Ismael Serrano, la vigencia del oficio de cantautor
Conciertos en San Fernando
El artista emociona con su voz y su guitarra en los conciertos de Viva la Vida
San Fernando/A solas con su guitarra pero pertrechado con un nutrido repertorio de temas "sanadores", Ismael Serrano defendió con éxito la vigencia oficio de cantautor en el sentido más purista del término, en pleno siglo XXI y en medio de una insólita pandemia que a todos tiene preocupados y desconcertados y en torno a la que no pudo evitar reflexionar a lo largo de la velada.
Desde el escenario isleño de Viva la Vida, en Bahía Sur, el madrileño ejerció en estos tiempos convulsos "terapia de grupo" -eso dijo que hacían los conciertos- con su música, sus canciones... Y también con sus palabras. Algo así como bálsamo para un tiempo en el que afloran las heridas. "Todo esto pasará y lo pasaremos juntos", afirmó al dirigirse al público.
El cantautor que mira las estrellas, que en los 90 dejó colgada la carrera de Ciencias Físicas en la Complutense para dedicarse a cantar porque era lo que le llamaba pero al que nunca dejaron de fascinarle los misterios del universo, echó mano a su alma de poeta -todo cantautor la tiene por obligación- para trazar a lo largo de todo el recital paralelismos que fueron del inmenso cielo de verano a sus letras y a su guitarra; de las anécdotas de la carrera espacial, de la primera vez que el hombre pisó la Luna, del principio de Heisenberg y la teoría de los universos paralelos a las vidas, amores y desamores de esas personas y a esos momentos particulares que narran sus canciones; del brazo de la vía láctea y los cuerpos celestes a ese escenario concreto instalado en Bahía Sur que en la noche de este viernes reunió a un modesto público en un concierto obligadamente íntimo pero también por ello memorable. Todo -reconocería a lo largo de la velada- es cuestión de perspectiva. A veces solo hay que cambiar de punto de vista.
Con los temas Qué andarás haciendo ahora y Sucede que a veces, Ismael Serrano se plantó en el escenario para enganchar directamente a su público y llevarse los primeros aplausos de una noche en la que, evidentemente, no faltarían indispensables de su repertorio como Papá cuéntame otra vez o Pequeña Criatura.
Eso sí, el cantautor madrileño también adelantó al auditorio un tema dedicado a las cuidadoras que forma parte de su próximo trabajo discográfico, que empezará a grabar ahora. Se atrevió con el clásico bolero Contigo aprendí y, aunque afirmó rehuir de eso de romantizar las semanas del confinamiento y del estado de alarma -"esta noche no vamos a cantar Resistiré", bromeó- no pudo evitar reconocer "pequeñas heroicidades" que reconcilian al género humano que habían salido a flote en este tiempo. Se refería el Ismael Serrano, además de ese momento diario dedicado a aplaudir a los sanitarios, a los niños y a cómo los más pequeños de la casa habían aguantado las semanas de encierro. A ellos les de dedicó uno de los momentos más especiales del concierto al interpretar Esos locos bajitos de Serrat.
Vértigo, Últimamente, Ahora que te encuentro, Recuerdo y Si se callase el ruido fueron también piezas indispensable de ese puzzle de emociones y sentimientos compartidos en el que se convirtió el concierto que Ismael Serrano ofreció en San Fernando donde se reafirmó como lo que es, un cantautor a la vieja usanza, de esos que mira las estrellas para cantar lo que pasa abajo, en la tierra.
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