Coronavirus en San Fernando: La reinvención del mercado tradicional
El Mercado Central y el Mercado de San Antonio se han adaptado estas semanas a la bajada de clientela con la apuesta por el servicio a domicilio
Con la relajación del confinamiento empiezan a percibir cambios en el comportamiento de la clientela de estas semanas
San Fernando/Las semanas de confinamiento por el coronavirus han obligado a los mercados de San Fernando, el Mercado Central y el Mercado de San Antonio, a reinventarse y apostar por el servicio a domicilio para que los negocios siguieran adelante ante el temor de muchos ciudadanos a salir aunque fuera para una actividad permitida en esas primeras semanas.
Primero fue el Mercado Central el que fue difundiendo los teléfonos de los puestos a los que dirigirse para los encargos. El perfil del Ayuntamiento San Fernando Red Ciudad en Facebook colaboró en esa difusión y de hecho poco después creó la guía de comercios abiertos con la información de contacto de estos. A la tercera semana el Mercado de San Antonio también tomó la decisión.
"Ha supuesto para el Mercado Central un repunte considerable de las ventas, con el servicio a domicilio muy activo", explica el presidente de los detallistas del Mercado Central, Raúl Serván. Viernes y sábados son los días que más movimiento ha habido, incluso los lunes "porque después de los fines de semana sin poder salir, consumiendo en casa, había que llenar la despensa y la nevera". Es la consecuencia de los fines de semana sin bares.
"Cuando empezó el estado de alarma notamos cómo caían las ventas, la gente tenía miedo a salir. Se vinieron abajo de forma descomunal, así que no cabía otra que reiventarnos y pusimos en marcha el servicio a domicilio, con dos personas y motos para llevar los encargos a casa. Así pudimos atender a muchas personas mayores", detalla Manuel Fernández Coca, presidente de los detallistas del Mercado de San Antonio.
Para recibir a los clientes en los mercados se tomaron las medidas de seguridad necesarias, evitando el contacto entre el vendedor y el comprador, pidiendo que se guardaran las distancias de seguridad recomendadas. Guantes y mascarillas han servido para abundar en esa protección. "Se han tomado medidas estrictas, que los clientes han respetado. Pero hay que tener cuidado por que los ciudadanos se relajan y se dejan ir", advierte el presidente de los detallistas del Mercado Central, que reconoce que resulta engorroso el uso de las mascarillas: "Si nosotros la tenemos puesta desde la seis de la mañana y a las doce de la mañana o la una ya estás asfixiado, cansado". "Pero hay que seguir, guardar las distancias de seguridad que recomiendan", insiste.
En este mercado se ha ido repartiendo mascarillas, por Protección Civil, por los propios detallistas, pero Serván cree necesaria una mayor implicación del Ayuntamiento para dotar a los negocios con material suficiente para trabajar y para los clientes. Fernández Coca señala que la venta a domicilio les ha ayudado a controlar las aglomeraciones, porque menos gente se ha acercado a las dependencias y a partir de ahí un guardia de seguridad ha ido dando paso en función de los clientes que salían. Un control similar al llevado en el otro mercado.
La desescalada del confinamiento ha provocado que más gente salga a la calle y aproveche para hacer sus compras cerca de casa. Por eso el Mercado Central ha notado notablemente la bajada del reparto a domicilio. A pesar de ello seguirán adelante, pendiente eso sí de cómo funciona porque los puestos han metido a trabajar a gente para llevar los recados a las casas.
La bajada de las ventas in situ también se ha notado en el Mercado de San Antonio, al poder acudir los ciudadanos a los bares. "Aún así creemos que en los pedidos está el futuro", destaca el presidente de los detallistas. Los encargos para domicilio se mantienen en su caso: "El cliente se acostumbra rápido a lo bueno y creemos que puede ir a más por el boca a boca".
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