Cuenta atrás para Adolfo Bosch 'Fofi'

"Me quitan la vida". Así habla Adolfo Bosch Lería, más conocido en San Fernando como Fofi. Y es que el próximo viernes día 24 de julio sale a subasta la vivienda del buceador tras el impago de una multa que le fue impuesta. La Consejería de Cultura estimó hace 23 años que había cometido una falta administrativa por infracción de la Ley de Patrimonio Histórico. La cuantía de la multa fue de 17,5 millones de pesetas (105.177, 12 euros), suma que ha ascendido a 218.000 euros, tras el paso de los años.

La historia comienza el 15 de septiembre de 1991 cuando le incautaron la colección arqueológica que poseía, donde se incluía nánforas romanas, cepos romanos y otros objetos de cerámica y metálicos, que él mismo encontró en el mar. Durante años los fue recopilando y almacenando en su vivienda. Fofi asegura que todo el mundo conocía su tesoro, incluso empezó negociaciones para ceder parte de las piezas al Museo Arqueológico.

La situación desembocó en un proceso judicial en el que Bosch afirma se cometieron irregularidades que se ha encargado de denunciar una por una. Ahora exige que se le enseñe el expediente de su caso, que la Delegación Territorial de Cultura le niega. Para protestar por esta cuestión, hubo una concentración el pasado lunes en la capital gaditana. Acompañado de familiares y amigos, Fofi pidió la colaboración de todos en la lucha contra la administración. Entre otras cosas, exige a la delegada de Cultura que le entregue el expediente, "a lo que se niegan porque dicen que hay una sentencia donde figura que se me entregó en su momento y que estaba completo". Sin embargo, según cuenta el propio Bosch vio el expediente pero se encontraba incompleto y, en palabras textuales "manipulado".

Todo este tedioso proceso ha ido avanzando con denuncias hacia la figura del propio Adolfo Bosch Lería por injurias y calumnias. "Tengo pruebas de todo lo que digo, dicen que miento pero tengo pruebas", comenta enfadado a este diario.

Ahora se le acaba el tiempo a este isleño que pronto se encontrará sin hogar, por la salida a subasta de su vivienda, en la que se incluyen dos locales de los que vive actualmente. Con una pensión por invalidez, tras multitud de operaciones que le impidieron realizar su profesión, afirma no poder enfrentarse a la multa, "entre toda la familia estamos intentando recaudar dinero, pero es imposible por lo que ha ascendido", comenta angustiado. Dice encontrarse desamparado ante el proceso y comenta como durante estos 24 años de camino ya han dejado el caso cuatro abogados distintos, el último ayer mismo. "Quería ver las diligencias por las que se me acusa de injurias y el abogado no quería pedirlas. Ha renunciado. Estoy solo. Ahora me encuentro a la espera de que se me asigne un nuevo abogado de oficio", afirma el buzo.

Con más de 60 años y con la salud deteriorada, Fofi empieza la particular cuenta atrás en la que se definirá su futuro.