Desescalada en San Fernando: La vida sigue igual en la fase 3

Imagen de la calle Real con numerosos ciudadanos.
Imagen de la calle Real con numerosos ciudadanos. / Sonia Ramos

San Fernando/San Fernando estrena fase 3 de la desescalada de las restricciones por el coronavirus, un nuevo paso que no supone sin embargo grandes diferencias al menos visibles respecto a la etapa anterior. Suele pasar además que más allá de los momentos en que se permitió salir a pasear o a hacer deporte, las primeras jornadas de cada avance se ven afectadas por la precaución de los ciudadanos. Hoy, por ejemplo, se permitía el uso de las barras, muy común en momentos de desayuno o aperitivo, pero pocos parroquianos han optado por esta fórmula en beneficio de las mesas de las terrazas.

Resulta evidente día a día que la ciudad sale del letargo del confinamiento. En la playa de Camposoto a pesar del aire frío de poniente algunas personas se animaban a dar un paseo o tomar en sol. Eran pocos los vehículos aparcados en la bolsa de la entrada lo que indicaba además que no habría problemas de aglomeraciones, ni mucho menos.

Por La Almadraba apenas un padre con un cochecito de niño, una vecina en la puerta de su casa, el bar el Cruce abierto o una obra de construcción de un edificio mostraban esta nueva vida. Y eso que en los barrios se percibe el trasiego de los residentes, de los negocios que poco a poco mejoran su actividad, aunque haya bares o comercios que sigan cerrados.

Paseos de mayores por el centro de la ciudad, ya sin horarios.
Paseos de mayores por el centro de la ciudad, ya sin horarios. / Sonia Ramos

En el centro desde hace varias semanas se nota la mejora del ambiente. Numerosas personas pasean, disfrutan en terrazas, hacen los recados o faenan -obras, repartos-. Los mayores pueden salir ya a la calle sin límite horario, aunque esto es algo que ya habían dejado de hacerlo en las últimas jornadas en la mayoría de los casos.

El paisaje de San Fernando, de ciudadanos en la calle, vuelve a la contidianeidad, a pesar de que no sean nada comunes las mascarillas, Son numerosas, la mayoría las lleva, aunque algunos se resistan a tapar sus narices y otros la lleven como accesorio sin utilidad al cuello o en la frente.

Un cliente en la barra del bar El Pescaíto.
Un cliente en la barra del bar El Pescaíto. / Sonia Ramos

También habrá que acostumbrarse a las colas, como la de este mediodía en Correos, en los bancos, las farmacias, supermercados o comercios, como en estas semanas se ha habituado los clientes a aguardar mesa mientras el camarero la limpia tras levantarse el cliente anterior o a usar los geles hidroalcohólicos.

En el patio del edificio de Alcaldía también se ha dispuesto esta solución higiénica e incluso guantes para que las personas que acudan a hacer algún trámite, ya sea entregar documentos o recoger lo solicitado lo haga con garantías. Las mamparas separan al ciudadano de los trabajadores municipales. Solo se atiende a quien tenga cita previa. Después de dos semanas con algunos servicios, hoy se han incorporado todos aquellos servicios que no puedan realizar el trabajo de manera telemática

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