Visto y Oído
Broncano
Desarrollo Sostenible
San Fernando/Cuando en el año 2002 se inauguró el punto limpio de la avenida Pery Junquera, el Ayuntamiento ya anunció sus planes para dar forma a una planta de reciclaje similar en el otro extremo del término municipal, en Camposoto. Los buenos resultados que enseguida se obtuvieron con estas instalaciones no hicieron sino confirmar los propósitos municipales. En 2007 se dio luz verde a la operación urbanística prevista en una parcela de 3.131,63 metros cuadrados en el Pago del Retamarillo, cerca del Cerro de los Mártires.
Fue el principio de una compleja historia que todavía hoy anda dando coletazos y que se ha convertido en una de esas asignaturas pendientes que La Isla arrastra sorprendentemente en el tiempo.
Ahora, con la entrada en funcionamiento del nuevo contrato de la limpieza –en manos de Cespa– el Ayuntamiento ha anunciado la puesta en marcha definitiva de este punto limpio, que será el segundo que tendrá la ciudad. El concejal de Desarrollo Sostenible, Ignacio Bermejo, se ha atrevido incluso a dar una fecha: noviembre. Es decir, dentro de unas pocas semanas.
Lo cierto es que el punto limpio de Camposoto existe desde hace 10 años, aunque jamás ha llegado a ponerse en marcha y las instalaciones levantadas en el Pago del Retamarillo han llegado a un bochornoso abandono en estos años.
El punto limpio de Camposoto fue construido con el dinero del Plan E que llegó a La Isla, los fondos estatales que se concedieron durante el gobierno de Zapatero para combatir los efectos de la crisis de la construcción. Adjudicadas a Sacyr por 325.578 euros, las obras comenzaron en septiembre de 2010 para finalizar en enero del año siguiente. Su ejecución –a diferencia de lo que ocurrió con otras actuaciones del Plan E, como el pabellón de la barriada Andalucía– no supuso ningún problema. El gran inconveniente fue la posterior incapacidad de poner en marcha estas instalaciones.
La pretendida ampliación de las partidas presupuestarias destinadas a limpieza y recogida de residuos que se iba a llevar a cabo en 2012 –con la que se planeaba dar cobertura a la planta de transferencia construida en Camposoto– se truncó con los recortes que se aplicaron tras la aprobación del plan de ajuste, en marzo de ese mismo año.
Fue entonces cuando se tiró la toalla y se descartó toda posibilidad de poner en marcha el punto limpio de Camposoto antes de que tocara renovar la plica de los servicios de limpieza y recogida de basura, en cuyo pliego de condiciones –lógicamente– se incluyó la gestión de estas 'nuevas' instalaciones. El problema, claro, es que un contrato de ese calibre implica necesariamente una tramitación de varios años, a la que además ha habido que sumar el parón que ha supuesto el recurso presentado contra la adjudicación por otra de las empresas que optaba a hacerse con el servicio.
La nueva concesionaria –Cespa– asumió las riendas del servicio el pasado 1 de octubre y tan solo unos días después, tras visitar las instalaciones, el responsable del área anunciaba su inminente apertura.
Lo cierto es que ya en 2006 –tras acometer una complicada operación urbanística que permitiera la intervención en estos terrenos (suelo rústico) sin tener que esperar a la aprobación del nuevo PGOU– se planteaba que la gestión de estas instalaciones fuera asumida por la empresa encargada del servicio. Incluso este criterio había puntuado favorablemente a la hora de resolver la anterior adjudicación del contrato de limpieza, como el PSOE –entonces en la oposición– recriminó al gobierno municipal cuando asumió con los fondos del Plan E la construcción del punto limpio de Camposoto.
Sobre el punto limpio de Camposoto pesan diez años de abandono, que no es poco. Aunque, en realidad, se trata de instalaciones muy básicas –una hilera de dársenas para dar cabida a los contenedores– cuya puesta en marcha no requiere de grandes complejidades, de ahí que se hayan aventurado desde el Ayuntamiento isleño a dar un plazo de tiempo tan corto para su puesta en servicio. La planta de reciclaje sigue el mismo diseño de la que existe en Pery Junquera desde hace dos décadas, aunque tiene mayor capacidad. Dispone de un punto de entrada y otro de salida para los vehículos y un itinerario predeterminado para facilitar la descarga de los diferentes residuos en sus correspondientes depósitos. El puesto de control que se encuentra en peor estado: ha sufrido destrozos de todo tipo, incluso un incendio en su interior, cuyos restos son claramente apreciables.
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