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El Invifas desaloja los pisos militares de La Ardila para iniciar su rehabilitación

Los inquilinos han sido realojados en otros bloques de Defensa pero once de ellos regresarán tras las obras

Mudanza de uno de los últimos pisos militares de La Ardila que está habitado.
Arturo Rivera / San Fernando

21 de abril 2008 - 01:00

Casi todos los bloques están ya cerrados a cal y canto. Las puertas y ventanas completamente tapiadas y las calles interiores bloqueadas con vallas de obras. De esta forma, se quiere impedir que las viviendas sean ocupadas ilegalmente mientras no se afronta su rehabilitación, un proceso que se calcula tendrá una duración de dos años.

El Instituto para la Vivienda de las Fuerzas Armadas (Invifas) terminará esta semana el realojo de las 35 familias que residían en los pisos militares de La Ardila, bloques que han tenido que ser desalojados debido a su mal estado de conservación, como se refleja en varios informes elaborados tras el examen técnico de las fincas.

Uno de los bloques, de hecho, tuvo que ser desalojado con carácter urgente durante el pasado verano al no contar con suficientes garantías de seguridad para sus inquilinos. Desde entonces, el Invifas afronta los trámites para reformar los edificios.

De momento, sólo dos inquilinos aguardan aún su inminente realojo. La mudanza, de hecho, se llevará a cabo en los próximos días. Y justo para estas fechas, el Invifas espera haber obtenido ya de la Gerencia Municipal de Urbanismo la declaración de ruina de las viviendas, lo que le permitirá iniciar el correspondiente expediente para abordar las obras.

Según el acuerdo alcanzado por el Invifas con los inquilinos, éstos podrán permanecer si lo desean en las viviendas en las que han sido realojados, también propiedad del Invifas, o podrán volver a ocupar sus antiguas casas una vez rehabilitadas. Otra opción que se les ha ofrecido ha sido la de acogerse a una indemnización por abandonar la casa sin necesidad de ser realojados en otras viviendas de Defensa.

En la mayoría de los casos, los inquilinos han optado por evitarse una nueva mudanza y quedarse en las viviendas que han ocupado recientemente. Otros, sin embargo, han mostrado su deseo de volver a sus antiguos hogares una vez que las obras se hayan llevado a cabo. Se trata, concretamente, de un grupo de once inquilinos, que espera volver a sus hogares en un par de años, según el compromiso contraído por el director general del Invifas.

La rehabilitación de las fincas, no obstante, estará condicionada por el grupo de personas que desea regresar a sus casas ya que, debido al mal estado que presentan las fincas, resultaría más costoso reformarlas que derribarlas para hacer nuevos pisos. Es decir que, en principio, se rehabilitarán tan sólo los edificios que vayan a ser nuevamente ocupados. El resto, seguramente, será demolido.

Las viviendas de La Ardila constituyen junto a las de León Herrero uno de los grupos de pisos militares más importantes que existen todavía en la ciudad pendientes aún de enajenación -el proceso para las casas de Bonifaz y del entorno del Merendero ya se ha iniciado hace unas semanas tras varios años de espera- por parte del Ministerio de Defensa.

Además, el Invifas tiene también que negociar con la Gerencia Municipal de Urbanismo la ordenación definitiva que recogerá el nuevo Plan General de Ordenación (PGOU) para el suelo sobre el que se asienta este conjunto de viviendas, donde inicialmente estaban previstas amplias zonas verdes.

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