La Isla empieza ya a disfrutar de un avanzado sendero del Carrascón

Después de varios años esperando a que comenzaran las obras y algunos retrasos en su construcción, el sendero del Carrascón está casi terminado. Ésta era una actuación muy esperada en La Isla, que se venía solicitando desde la década de los 90. Tras un largo periodo de discusión del proyecto, las obras para la regeneración de este espacio natural comenzaron en 2007 y se esperaba que acabaran el verano pasado. Sin embargo, algunos contratiempos con el acceso de las máquinas a la zona de las salinas hicieron que se pospusiera la fecha. En estos meses la adecuación del recorrido ha avanzado notablemente.

Con este sendero se crea un camino natural de unos cinco kilómetros de longitud que une La Magdalena y Gallineras a través de los esteros de la zona. Para tal uso se han acondicionado unos pasillos de tierra ya existentes, que han sido ensanchados.

A pesar de no estar concluido, en estos días el camino se ha convertido en el lugar elegido por decenas de isleños para dar una vuelta. Un goteo continuo de personas circula por el sendero, ya sea corriendo, en bicicleta o paseando al perro. El lugar se presta a ello, ya que la posibilidad de realizar ejercicio en pleno Parque Natural, entre salinas y caños, es un auténtico privilegio.

Desde un principio estaba previsto el uso del sendero para peatones y ciclistas. Sin embargo, a principios de 2008, los componentes de la asociación hípica de la Isla exigieron poder circular por esta vía a lomos de sus caballos. A pesar de que el Ayuntamiento accedió a esta posibilidad, la Demarcación de Costas, responsable del proyecto, se mostró reticente ya que estos animales perjudicarían el firme.

El recorrido del sendero del Carrascón comienza por la Magadalena, en la zona junto a la piscina. En este tramo, que se extiende hasta el Zaporito, el camino es más recto y discurre paralelo a la Ronda del Estero. Al inicio de la senda pueden encontrarse unos accesos que sólo permiten la entrada de peatones. Aún así, a ambos lados se extiende una franja de tierra que deja el paso libre a cualquier vehículo.

Éste ha sido el tramo más complicado de reconstruir, ya que el sendero primitivo se encontraba erosionado por el agua, que lo había convertido en algunas zonas en un pasillo de menos de 50 centímetros. Aquí fue necesaria la colocación de piedras en la base, que permitieran el drenaje de la zona. Sobre ellas se echó una subbase de material, y encima zahorra artificial, un material procedente del machaqueo de piedra o grava natural, de un color gris oscuro.

El segundo tramo comienza aproximadamente en el puente de Lavaera. En esta zona el camino serpentea, para seguir el paso natural entre las antiguas salinas. Ahí el sendero presenta un aspecto menos natural, más elevado sobre el entorno colindante. En diversas zonas ha sido necesaria la colocación de más material para sostener el camino ante los terrenos fangosos que allí se encuentran.

Finalmente, el último tramo, más próximo a Gallineras, se inicia con el paso de un puente hecho sobre un caño. Ésta fue la última parte en la que comenzaron las obras, ya que esta zona estaba mejor conservada y se consideró la de más fácil construcción. Actualmente es aquí donde se están realizando los últimos detalles. Por eso, la porción del camino que va desde el puente antes mencionado hasta el muelle de Gallineras tiene un firme más irregular, con baches y remiendos en el suelo.

Así se llega al final del sendero del Carrascón. En este extremo todavía falta por concluir el acceso al camino. Ahí puede observarse una entrada abierta para el paso de máquinas, que muestran que, a pesar del avance de las obras y el uso público que ya se realiza, todavía queda un poco para la inauguración definitiva.