Cuando La Isla pudo tener toda la playa
Defensa estuvo a punto de liberar la totalidad de la playa hace 15 años, pero el rechazo de la ciudad a la construcción de la galería de tiro en el interior del acuartelamiento frenó el proyecto
San fernando/Defensa no ha mostrado hasta ahora interés en negociar ni un metro cuadrado más allá de la propuesta de desafectación de las 17 hectáreas de suelo del acuartelamiento de Camposoto que se extienden junto al Cerro de los Mártires, unos terrenos a los que el Ayuntamiento se muestra reacio por dos razones fundamentales: por un lado, por la elevada carga arqueológica y la servidumbre que pesa sobre estos suelos; y por otro, por su escaso atractivo turístico, lo que de entrada complica cualquier operación urbanística que quisiera plantearse al respecto al dificultar la captación de posibles inversores que quisieran afrontar el desarrollo. Es decir, que al Ayuntamiento le serviría más bien de poco contar con esas 17 hectáreas que Defensa les ofrece ahora. Las negociaciones, por cierto, llevan meses en tablas y sin registrar avance alguno, aunque, como ha advertido el equipo de gobierno en anteriores ocasiones, el camino a recorrer es largo y en esto se piensa a largo plazo.
Pero en el contexto de esas nuevas conversaciones abiertas en septiembre de 2015 -en las que se han conseguido también acuerdos fructíferos como el convenio que propiciará la recuperación y apertura de Torre Alta, en el Observatorio- viejas propuestas como la desafectación del campo de tiro de la playa de Camposoto, que permitiría el uso y disfrute de los 1,3 kilómetros que siguen en manos militares, han recobrado también vigencia y se han pretendido ver desde una nueva perspectiva dada esa "comprensión" de las necesidades que, según la alcaldesa, Defensa ha mostrado en las reuniones llevadas a cabo.
La respuesta a la pregunta parlamentaria realizada por el diputado isleño de C's, Javier Cano, en la que se descarta la liberación de este tramo de la playa ha sentado pues como un verdadero jarro de agua fría que ha dado al traste, al menos en una parte, con las aspiraciones municipales. Sobre todo por lo tajante de unas afirmaciones que apenas dejan resquicio a las negociaciones acerca de la liberación completa de la playa. Claro que Defensa en ningún momento ha hablado de esta posibilidad pero la cuestión sí se había puesto sobre la mesa en este nuevo diálogo que ambas administraciones han abierto tras años de parálisis. En su respuesta a C's, el Ministerio deja bien claro que el Ejército de Tierra hace un uso continuado de estas instalaciones, que utiliza y necesita ese campo de tiro. Así que solo una firme decisión política podría cambiar esta postura.
Del equipo de gobierno solo el primer teniente de alcaldesa, Fran Romero, quiso pronunciarse ayer para lamentar la "pertinaz negativa" de Defensa respecto a los 1,3 kilómetros de playa que siguen sin liberarse. "Recuperar ese espacio es importante para La Isla, para su desarrollo turístico y para sus ciudadanos", advirtió al tiempo que afirmaba que desde el ejecutivo se insistirá en ofrecer "alternativas" para que dicha desafectación pueda ser realidad algún día. Su propuesta -explicó- pasa por plantear a Defensa la reubicación de dicho campo de tiro dentro del acuartelamiento. Una idea que no es nada nueva.
Lo cierto es que si La Isla no disfruta hoy de la totalidad de la playa de Camposoto se debe, en gran medida, a lo erróneo de la estrategia que el Ayuntamiento siguió en su momento. Porque Defensa sí quiso desmantelar el campo de tiro de la playa para trasladar estos ejercicios al interior del acuartelamiento de Camposoto, donde proyectaba la construcción de una galería de tiro. Hubo partidas presupuestarias asignadas, proyecto y hasta fecha de inicio para las obras. Pero finalmente se dio marcha atrás, en gran parte por el rechazo del Ayuntamiento -aunque también surgieron complicaciones administrativas- y por la activa campaña en contra de la construcción de dicha galería de tiro que se promovió entre los colectivos ciudadanos y que partidos como el PSOE alentaron con entusiasmo en aquellas fechas.
Fue, de hecho, en 1999 cuando el Ministerio de Defensa anunció su intención de construir estas nuevas instalaciones y liberar el tramo de playa que todavía estaba siendo utilizado por el Ejército. En agosto del año 2000 se licitaron las obras con un presupuesto de 229 millones de pesetas (más de 1,3 millones de euros). Pero el proyecto despertó sonoras protestas políticas y ciudadanas. Se montó una plataforma en contra de la galería de tiro y se organizaron concentraciones y hasta una manifestación de dudosa repercusión que pancarta en mano recorrió La Isla el 23 de noviembre del año 2000. Su argumento era sencillo: si se construye una nueva galería de tiro en el acuartelamiento jamás se desafectarían esos terrenos en los que soñaban hoteles y campos de golf.
Finalmente, Defensa desistió. En febrero de 2003 -tan solo unos meses después de firmar el protocolo de intenciones para la desafectación de suelo- anunció que daba marcha atrás en el proyecto para levantar dicha galería en los terrenos de La Clica, como efectivamente hizo años más tarde. Una noticia que el gobierno municipal -entonces liderado por Antonio Moreno (PA)- acogió como un auténtico triunfo.
La estrategia, sin embargo, no dio resultado. Quince años después La Isla ni tiene los terrenos de Camposoto ni tampoco puede hacer uso de la totalidad de la playa. Y el campo de tiro sigue en el mismo sitio.
pancarta en mano.Políticos y representantes de diferentes colectivos ciudadanos se manifestaron el 23 de noviembre de 2000 en contra de la construcción de una galería de tiro que hubiese supuesto la liberación de la playa al considerar que hipotecaba la desafectación de Camposoto.
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