Israel Fernández y Diego del Morao llenan el Bahía Sound de San Fernando con el mejor flamenco en un espectáculo de primera
El dúo formado por el cantaor toledano y el guitarrista jerezano protagoniza una velada única que dedican a Camarón de la Isla
San Fernando/Tienen razón los que dicen que Israel Fernández es uno de los grandes valores del flamenco actual. En su paso por el ciclo de conciertos veraniegos Bahía Sound lo acreditó con creces. Acompañado del jerezano Diego del Morao a la guitarra, el cantaor toledano brindó un espectáculo de primera en el que, cante tras cante, hizo gala de su portentosa voz para desplegar la seducción y la magia del mejor flamenco en una velada que supo a poco y en la que el auditorio, efectivamente, pudo sentir verdaderamente que estaba ante un talento único que tiene además mucho que ofrecer todavía.
En varias ocasiones a lo largo de la noche el público se puso en pie sin condiciones para ovacionar al artista, que evidentemente -al estar en La Isla- no pudo sino dedicar el concierto al grande entre los grandes, al "monstruo", "el espejo", "la leyenda": Camarón. Por la mañana, antes del concierto, Israel Fernández había visitado incluso el Museo que San Fernando dedica al mito del flamenco, se había sentado en el Mercedes blanco de Camarón que se expone en este centro de interpretación y, emocionado, había firmado en su libro de honor.
"En la tierra manda un hombre, en el cielo manda Dios y en el cante manda un gitano de la Isla de León", cantaba Israel Fernández al reinventar la vieja taranta para cerrar un inolvidable recital flamenco. Fue todo un guiño a San Fernando que, evidentemente, gustó -y mucho- a un público que, por cierto, llenó el recinto de Bahía Sound en esta noche de viernes.
El festival, más proclive a otros estilos y músicas ligeras, había cambiado radicalmente de tercio esta semana al incluir este concierto en la programación de verano. Y le funcionó bastante bien. Será porque Israel Fernández está también destinado a ser uno de esos cantaores que mantiene al flamenco de actualidad.
La aparente timidez del cantaor que saludó al respetable "desde la humildad, el respeto y el cariño" desapareció por completo en el escenario en cuanto se arrancó y su voz se perdió en un arrebato de potencia y pasión en ese diálogo con la guitarra coprotagonista de Diego del Morao mientras sus cantes hablaban, casi siempre, de Amor, que es también el nombre que puso a ese disco con el que consiguió su nominación a los Grammy Latino y con el que se convirtió en el cantaor flamenco de moda.
Israel Fernández, que hace escasas semanas se fotografiaba con Mick Jagger, citó las rimas de Bécquer con su Soleá del cariño -"...yo no sé que te diera por un beso", cantaba- y condujo a un público hechizado por ese dúo único que forma con Diego del Morao con los tientos de La amada.
Dedicó al público más joven la Seguiriya del desvelo mientras los entendidos asentían afirmativamente con la cabeza. Y con los mayores quiso desmarcarse por bulerías. Hasta regaló unas sorprendentes guajiras flamencas antes de dejar al público sin palabras con los fandangos de la madrastra en la recta final de un concierto único que dejó huella en el Bahía Sound.
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