La JCC retoma el reconocimiento de la singularidad de la carga isleña por parte de la Junta

Acompañada por el Ayuntamiento, la asociación de cargadores traslada a Cultura un dossier para insistir en su reconocimiento del estilo isleño como Bien Inmaterial Cultural de Andalucía

Reunión con Cultura para trasladar formalmente el dossier a la Junta para conseguir el reconocimiento a la carga isleña. / Ayuntamiento San Fernando
Redacción

22 de julio 2018 - 14:20

San Fernando/El reconocimiento de la singularidad de la carga isleña que se pretende desde hace años no se ha olvidado. La alcaldesa isleña, Patricia Cavada, acompañada del presidente de la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC), Juan Pedro García, ha mantenido esta semana una reunión con el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Daniel Moreno, con el objetivo de darle un nuevo impulso al “necesario” reconocimiento del estilo de carga isleño, “seña de identidad de la ciudad”, como Bien Inmaterial Cultural de Andalucía.

La propuesta de catalogación del particular estilo de carga de La Isla en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía ya fue contemplada en una declaración institucional por el Pleno municipal de febrero de 2015.

A partir de ahí, desde la asociación de la JCC se viene trabajando desde hace tiempo en el estudio y recopilación de la documentación necesaria para instar a ese reconocimiento que defendió “pormenorizadamente y con todo lujo de detalles” Juan Pedro García, acompañado de la alcaldesa isleña, durante el encuentro con el delegado para su inclusión como Bien Inmaterial Cultural, justificada en el hecho de que la forma de llevar los pasos procesionales por los cargadores en San Fernando, conocido como “estilo isleño de carga”, constituye “una manifestación tradicional, multidimensional, costumbrista y popular que se erige como una de las celebraciones del calendario más importante y genuina de la sociedad de San Fernando. Una forma única y singular en toda Andalucía, pues posee unos rasgos característicos y peculiares que los diferencian totalmente de otras formas empleadas en ciudades de importancia cofrade en Andalucía y España”.

Así, durante el encuentro con el responsable provincial de Cultura, se le trasladó un completo dossier justificativo de esta solicitud “bajo el compromiso de estudiarlo e indicarnos, si fuera necesario, las cuestiones a implementar antes de iniciar su tramitación oficial para su inclusión en el catálogo andaluz de Bienes de Interés Cultural”, asegura Cavada, que sostiene que la documentación preparada por la JCC contiene “una completa descripción histórica del origen del estilo isleño de carga, de los agentes que la componen -cuadrillas, capataces, cargadores, aguadores y las mujeres cargadoras-; sus elementos más característicos (almohada, cuerdas, pañuelo en la frente, cántaro y botijo); o el léxico específico empleado y la jerga propia de los cargadores”.

Asimismo, describe los recursos artísticos empleados por los cargadores, definido como “las acciones realizadas con arte y buen gusto por la cuadrilla a fin de dotar de belleza y emoción los andares y distintos movimientos del paso efectuados a lo largo del recorrido procesional”. En este punto, se define lo que significan términos como “el mecío, menos mecío, dar aire al paso, igualando con el pie derecho, con el pie izquierdo delante, serruchar o aserruchar, vámonos para atrás o el pasito holandés”.

Igualmente, se definen las técnicas del estilo de carga isleña: “meterse en el palo, cargar por derecho, cargar a medio ganchete, levantá, levantá por derecho, levantá a pulso, levantá a muerte o enmendarse bajo el palo”.

Finalmente, el dossier contiene también los datos etnológicos que describen la evolución histórica de la carga isleña, basados en los dos gremios u oficios de procedencia de los hombres que conforman las cuadrillas de cargadores de la primera mitad del siglo XX: los cargadores procedentes de las gentes del trajín (dedicados al movimiento de mercancías, bultos o cargas pesadas, embarcándolas o desembarcándolas en cualquier medio de transporte); y los cargadores procedentes de las cargadas de sal que trasvasaban la mercancía desde los faluchos y candrays hasta los barcos mayores anclados en la Bahía de Cádiz.

El estilo de carga isleña ha sido tratado en profundidad por autores como Alberto Salas en uno de sus últimos libros “Tratado de la carga isleña”, en el que documenta la historia y las particularidades de la singular manera de llevar los pasos en San Fernando.

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