Madrugada frustrada sin el reencuentro de Jesús Nazareno con San Fernando
En la Iglesia Mayor, que abrió sus puertas a las tres de la madrugada, hubo colas para ver a la imagen del Regidor Perpetuo y de María Santísima de los Dolores en sus pasos tras la suspensión de la salida procesional
Madrugada de Viernes Santo en San Fernando: Nazareno suspende su salida
Jueves Santo a medias... y sin quitar ojo al cielo en San Fernando
San Fernando/Había ciertas esperanzas. O La Isla quiso creer en ellas después de un Jueves Santo a medias en el que dos hermandades -Tres Caídas y Misericordia- habían conseguido la victoria de salir a la calle en una muestra de arrojo que logró sortear la amenaza de lluvia. Pero la noche pintaba muy diferente. Los partes eran peores.
Por eso la junta de gobierno de la hermandad del Nazareno demoró in extremis la decisión de salir o no a la calle. Incluso unos minutos más allá de las dos de la madrugada, la hora a la que tenía previsto echarse a la calle. En esos momentos en los que la cruz de guía debería estar pisando la rampa de la Iglesia Mayor -así lo manda la tradición isleña- todavía andaban reunidos en la sacristía valorando distintas opciones y partes meteorológicos.
Pero el riesgo -así lo explicó el hermano mayor de la cofradía, José Fernández Mora, al informar a los hermanos que se congregaban en el interior del templo- era demasiado elevado. No había garantías suficientes para echarse a la calle con normalidad. La decisión era difícil, mucho, pero no podía haber otra en una madrugada de Viernes Santo marcada por las inclemencias meteorológicas.
Así que se optó por suspender la salida procesional. Un fuerte aplauso acogió la noticia que confirmaba a esta Semana Santa como la más aciaga de los últimos años, a excepción del obligado paréntesis que impuso la pandemia. Esta vez, el Nazareno no iría al encuentro de La Isla. La lluvia -que dejó a la ciudad sin su Domingo de Ramos, sin su Martes y su Miércoles Santo y que dejó también el Jueves a medias- se llevaba por delante también el momento cumbre de estos días de cofradías.
Y eso que la junta de gobierno lo intentó con todas sus ganas. A las diez de la noche se reunió con la intención de tomar ya una decisión con respecto a la salida procesional que finalmente retrasó hasta la una de la madrugada habida cuenta de cómo se presentaban los últimos partes del tiempo. Y a la una, con los hermanos ya en el interior del templo, decidió volver a retrasar la decisión hasta las dos de la madrugada para ver cómo evolucionaba la noche. Todo los esfuerzos fueron en vano. La realidad de los partes meteorológicos, aunque no gustaba a nadie, se impuso a las ganas. Las probabilidades de lluvia eran demasiadas. Y ciertamente incluso habían caído algunas gotas mientras la hermandad se preparaba para salir.
Tras la decisión de no salir a la calle, los hermanos, conducidos por el director espiritual, rezaron el ejercicio de las cinco llagas en el interior del templo en un momento de gran recogimiento. Y posteriormente se procedió a abrir las puertas de la Iglesia Mayor, desde las tres hasta las cuatro y media de la mañana, para que la gente que aguardaba en la calle pudiera entrar a contemplar a titulares de la hermandad, dispuestos ante el presbiterio en la nave central del templo. A pesar de lo tardío de la hora una impresionante cola de gente aguardó su turno para ver a las imágenes de Jesús Nazareno y de María Santísima de los Dolores. Era como si todo aquello que representa a la madrugada del Viernes Santo en San Fernando se hubiese quedado dentro de la Iglesia Mayor.
La de esta noche única de la Semana Santa isleña iba a ser además la primera vez en la que iba a procesionar la imagen de Jesús Nazareno tras la importante restauración que ha llevado a cabo Pedro Manzano, que ha resuelto los problemas de estabilidad que presentaba la talla en los últimos años y le ha devuelto la policromía que tenía en el siglo XIX.
Sí se celebró por la mañana del Jueves Santo el denominado rito del bastón, que se lleva a cabo desde que la imagen de Jesús Nazareno fuera nombrada Regidor Perpetuo de San Fernando en 2010: una simbólica ceremonia en la que la alcaldesa deposita a los pies de Jesús Nazareno el bastón de mando en las vísperas de una salida procesional que esta vez se vio truncada por la lluvia.
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