El Mercado Central encara al fin su gran reforma para sacudirse sus carencias
La actuación pasa por reducir la superficie comercial, trasladar la pescadería, reordenar los puestos, redistribuir los espacios y abrir los huecos en la fachada de la calle Hermanos Laulhé
San fernando/El Mercado Central se dispone a afrontar su segunda gran remodelación tras las obras que se llevaron a cabo en 1999, una actuación planteada desde comienzos del mandato -y uno de los proyectos que el PSOE esgrimió durante la campaña de las municipales de 2015- con el que la histórica plaza de abastos aspira a sacudirse de sus carencias y de la mala imagen que ha arrastrado en los últimos años, en gran medida a causa de los numerosos puestos vacíos que pueden verse en sus calles.
De hecho, en el proyecto básico y de ejecución encargado por el Ayuntamiento se señala que el porcentaje de puestos vacantes es superior al 40 por ciento, un dato que resulta todavía más acuciante en el caso de la pescadería. Y en unas amplias instalaciones municipales que rozan los 3.000 metros cuadrados esta situación tiene irremediablemente un efecto bastante negativo, que en reiteradas ocasiones se ha señalado además en el debate político.
Reducir la superficie destinada a actividad comercial, reordenar los espacios disponibles y redistribuir los puestos y zonas de servicio para revertir esta situación es la premisa fundamental que sigue la actuación propuesta y que, si todo marcha según lo previsto, se pondrá en marcha durante el próximo oto-ño. Las obras ya han sido licitadas con un presupuesto base que asciende a 313.439 euros, un montante que previsiblemente se rebajará en el momento de la adjudicación de los trabajos. El plazo para la presentación de ofertas ya ha terminado -lo hizo ayer mismo- y la mesa de contratación se ha convocado para principios de septiembre. Así que si no hay problemas el Mercado Central podrá mostrar su nueva imagen a principios de 2018 ya que el plazo de ejecución de los trabajos que se plantea es de cuatro meses.
La actuación principal prevista en esta primera fase de los trabajos se centra en el traslado de los puestos de la pescadería, algo que ya se barajó durante el anterior mandato aunque no se terminó de llevar a la práctica. El espacio que actualmente ocupa se liberará por completo para destinar esta edificiación a actividades alternativas. Se hablaba de un supermercado pero no hay nada en firma todavía. Estos detallistas pasarán así al extremo contrario del Mercado Central, a la zona a la que se accede por la calle Calderón de la Barca (la trasera del Ayuntamiento), como ya había anunciado el equipo de gobierno.
Este traslado supondrá una reforma integral de esta parte del Mercado Central y la demolición parcial de los puestos que ocupan este espacio, "renovando acabados, carpinterías, equipamiento e instalaciones y poniendo especial énfasis en la creación de un sistema adecuado de saneamiento". De hecho, las obras se aprovecharán para realizar también en esta zona de pescadería una nueva red de evacuación que se unificará al sistema general existente.
Será el cambio más importante que traerá consigo este proyecto de remodelación. Pero no el único. En la banda del Mercado Central que linda con la calle José López Rodríguez se planean reubicar los espacios de servicios: almacenes, cámaras, zonas de carga y descarga, cuarto de basuras... Y en el lateral opuesto -el que da a la calle Hermanos Laulhé- se desmontarán todos los puestos para proceder a la apertura de los huecos de la fachada y crear una nueva zona destinada a actividades complementarias que tiendan a dinamizar la actividad del Mercado. En el proyecto se señala la posibilidad de habilitar una zona gourmet, si bien esto es algo que todavía no ha concretado el Ayuntamiento.
Con la apertura de los huecos en la fachada se pretende también solventar otro de los problemas que aqueja a esta plaza de abastos: la iluminación, ya que dada la disposición dada al Mercado en 1999 la única luz natural se consigue a través de los lucernarios de los patios centrales al estar cegados los huecos de la fachada.
En lo que se refiere al resto de los puestos que están en las fachadas se mantendrán los que están en uso pero se eliminarán los que están vacantes -ya que no se espera que vuelvan a ocuparse- con la idea de crear nuevos espacios de estancia.
La actuación se completará con la renovación de acabados y carpinterías en puestos y zonas comunes de circulación mejorando también la estética del conjunto.
El proyecto contempla ejecutar estas obras afectando lo menos posible a la actividad comercial del Mercado Central y minimizando su impacto. De ahí que se plantee llevar a cabo esta actuación por zonas, acotándolas con tabiquería provisional que se desmontará a medida que vayan avanzando y concluyendo los trabajos a realizar.
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