Miguel Ángel López Moreno describe la sociedad de San Fernando de 1936 en su nuevo libro
Memoria Histórica
El autor detalla en San Fernando, 1936. Sepulcros blanqueados cómo se justifican los asesinatos y la represión
San Fernando/San Fernando, 1936. Sepulcros blanqueados completa la información que su autor, Miguel Ángel López Moreno, ofrecía en su obra anterior, República, alzamiento y represión en San Fernando. "El anterior libro hablaba de las víctimas y sus circunstancias, para recuperar su memoria. Este se centra en los victimarios, en los que incentivan y ejecutan las políticas de exterminio y de represión de las personas que no coinciden con la ideología dominante", explica el escritor sobre este nuevo trabajo.
López Moreno describe cómo era la sociedad en La Isla en los primeros meses de la Guerra Civil, "en España, en San Fernando no hubo", matiza. Describe cómo se escenifica la puesta en marcha de un nuevo estado en la ciudad, "quiero decir, nuevos valores, nuevo sistema de creencia, nueva ideología". "Cómo la ideología de la gente que manda, no gobierna, va calando en la sociedad. Cómo mutan los valores coincidentes con la estética democrática de la República a unos valores con contenido autoritario", abunda.
El hilo conductor, detalla, es lo que pasa en San Fernando el 29 de octubre de 1936, "el día en que mataron a Cayetano Roldán, que era un posible título para el libro". El escritor e investigador ha buceado en lo que publicaba la prensa diaria en esos días, "un articulo de fulanito, una noticia del frente, los puntos que se dan a tal persona, otro artículo...", para a partir de ahí explicar esa sociedad de los primeros meses de guerra.
En esa escenografía de la victoria que se hace en San Fernando, expone, "también hay un discurso ambiental de odio que se distribuye para justificar los asesinatos que ocurrían en la parte de atrás". Los asesinatos y represiones de todo tipo: malos tratos, ostracismo interior, miseria (por incautación de bienes) o exilio, "porque no podían seguir viviendo en una patria diseñada para contener solo a las personas con ciertos valores, cierta creencia y cierta ideología". "Quienes no coincidían tenían que irse o eran exterminados", insiste.
En San Fernando, 1936. Sepulcros blanqueados se detallan también algunas de las recaudaciones de dinero que se hacían en la ciudad "para sufragar las causas patrióticas". "Era fundamental estar en las listas con nombres y apellidos y cantidad aportada", aclara Miguel Ángel López. Su destino era la Falange, la Milicia Cívica, el Requeté, la Falange femenina, los Pelayos, "que eran los pequeños de los requetés", la compra de un hidroavión o la compra de un sable y un fajín al general Varela, por citar algunas. Fueron "muchas recaudaciones con las que se sufragaba la guerra, y los gastos de la represión y del funcionamiento del nuevo estado".
El autor ha aprovechado la documentación que llegó a recopilar para el libro anterior y que no llegó a usar. Ahora espera que esta obra tenga el mismo recibimiento que tuvo la otra, que se vendió mucho, se hicieron seis reediciones, a pesar de ser un tema muy local. "Se recaudó fondos para seguir con las excavaciones en el cementerio. Me siento orgulloso de que haya sido así", comenta.
Su objetivo es "aportar conocimiento desde las fuentes primarias, que creo que es positivo". "Recuerdo siempre la frase de Serrat: "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Espero que nadie se moleste, pero hay que decirlo todo, con respecto".
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