Museo Camarón, el precio de una leyenda
Nadie quiere quedarse atrás, toda ciudad quiere un museo para sus grandes artistas: Jerez con Lola Flores, Chipiona con Rocío Jurado, Algeciras con Paco de Lucía e, incluso, Alcalá de los Gazules con Alejandro Sanz
Son el reclamo perfecto para atraer visitas y acrecientan la leyenda pero las aspiraciones locales no siempre casan bien con los intereses de las familias de los artistas, como ha ocurrido en San Fernando
San Fernando/Nunca fue empresa fácil aquello de ser profeta en su tierra, aunque el dicho popular simplifique y se olvide luego de repartir 'culpas' y de los muchos matices que envuelven la vida de los grandes. Lo ocurrido con Camarón, ahora que el museo construido en La Isla está a punto de abrir sus puertas tras una millonaria inversión de fondos públicos, confirma la teoría para poner una vez mas de manifiesto lo mucho que pueden complicarse las relaciones con los artistas o, en su defecto, con su familia y herederos.
Arrastran pasiones, despiertan admiración y fascinan por su obra, así que pocas ciudades se resisten a brindarle a sus grandes figuras reconocimiento en forma de museo, centro de interpretación, sala de exposiciones o similar. Hay ejemplos de sobra, desde las grandes figuras de la literatura, como ocurre con la casa de Juan Ramón Jiménez en Moguer, al mundo del espectáculo y de la canción, como el museo de Raphael en Linares... Estos últimos, además, se han convertido casi en un fenómeno. Solo en la provincia, además del de Camarón, hay proyectos para Lola Flores en Jerez, Rocío Jurado en Chipiona, Alejandro Sanz en Alcalá de los Gazules y Paco de Lucía en Algeciras. De algunos de ellos, además, se viene hablando desde hace décadas.
Los museos consagrados a los artistas suponen también evidentemente una oportunidad única para sus ciudades natales por el interés que despiertan, que constituye un reclamo perfecto para atraer visitas y animar la economía local. Y en localidades como San Fernando, con un modelo económico basado en la industria naval y la presencia militar que vivió tiempos mucho mejores y una actividad turística que es prácticamente nula a pesar del entorno geográfico en el que se ubica, estas inversiones se convierten casi en proyectos estratégicos. Claro que estos centros de interpretación -que es así como se llaman- también redundan por lo general en beneficio de la marca y de su prestigio. En el de La Isla se han invertido más de 4 millones de euros de dinero público. La mayoría (3,5 millones), procedente de la ITI; y el resto, de los presupuestos municipales.
Pero el camino no es siempre sencillo y las pretensiones municipales y la indiscutible atracción que supone ese legado de los grandes artistas en choca a menudo con los intereses de familias y herederos, que reclaman su parte si de lo que se trata, en definitiva, es de hacer negocio además de rendir merecido homenaje a la memoria de sus paisanos más relevantes. En La Isla, esa relación acaba de saltar por los aires.
Que durante 25 años desde la temprana muerte que consagró al mito flamenco no se hubiera conseguido poner en marcha en San Fernando un museo dedicado a su artista más célebre -aún siendo un proyecto de lo más evidente- no puede achacarse en exclusiva a la falta de interés o de iniciativa municipal. Las tentativas que se dieron a lo largo de todo este tiempo -que fueron varias, algunas más consistentes y otras apenas una mera declaración de intenciones- terminaron siempre diluyéndose ante las dificultades que se vislumbraban en su camino hasta que llegó la ITI y puso 3,5 millones de euros de los fondos europeos sobre la mesa para hacer realidad el proyecto que ahora se levanta junto a la Venta de Vargas.
Antes, ciertamente, se había dado un paso importante -o eso se creía desde el Consistorio isleño- al cerrar un acuerdo con la familia para asegurarse el legado del artista: objetos personales, prendas, premios, curiosidades... A cambio se establecía una contraprestación económica que sorprendentemente se zanjó antes incluso de que se inventariaran y valoraran los fondos que iban a pasar a manos municipales: 2.500 euros mensuales (más el 21 por ciento de IVA) que se actualizan tomando como referencia el IPC y de los que, como se ha recordado en estos días, se viene dando cumplida cuenta desde que el 27 de febrero de 2014 se firmara el correspondiente convenio. Son 30.000 euros anuales durante un periodo de 50 años, que suman -hasta 2064- 1,5 millones.
Este acuerdo económico, para el Ayuntamiento de San Fernando, zanjaba la cuestión familiar de cara al proyecto del Museo, para el que curiosamente no está previsto cobrar entrada (al menos en un principio). Pero no lo ven así los herederos que ahora -cuando el nuevo equipamiento se dispone a abrir sus puertas- han denunciado que el Consistorio carece de autorización para hacer uso de la marca e imagen del cantaor. En declaraciones realizadas hace apenas una semana -mientras el enfrentamiento con el Consistorio y su alcaldesa subía de tono- la familia lamentaba "que se le niegue a vivir con dignidad de lo que Camarón le dejó a sus niños mientras que otros se lucran económica y políticamente de ello".
Otros museos de este tipo, sin embargo, lo han tenido más fácil. El que Linares, ciudad natal de Raphael, dedica al popular artista en el edificio de El Pósito fue uno de los primeros de este tipo que abrió sus puertas en Andalucía, hace casi 10 años, y constituye uno de los ejemplos más relevantes. En este caso, cuenta con la desinteresada colaboración del cantante, que ha cedido incluso más de 400 piezas, incluidos importantes premios y galardones recibidos en su larga y prolífica trayectoria. Entre ellos, el disco de uranio -uno de los tres que existen- que recibió en 1980 por vender más de 50 millones de discos.
Son donaciones. Según el Ayuntamiento de la ciudad jienense, el artista no percibe contraprestación económica alguna por ellas ni por exhibirlas, aunque la apertura del museo implica necesariamente el pago de determinados derechos por la exhibición de algunos fragmentos de sus películas o por la reproducción de los discos que suenan para ambientar la visita. Es más, el Consistorio afirma que el cantante se implica incluso personalmente en la promoción del museo cada vez que tiene oportunidad y con regularidad realiza nuevas donaciones para engrosar sus fondos. La relación -subrayan- es estupenda.
Más cercano resulta el ejemplo de Chipiona, donde el Ayuntamiento proyecta también desde hace más de una década abrir un museo dedicado a Rocío Jurado. Su apertura, tras una larga espera, se prevé para 2021, no sin que antes el Ayuntamiento complete varios trámites administrativos que todavía tiene pendientes. En este caso, este año se ha llegado a un acuerdo con Rocío Carrasco, hija y heredera de la artista, por el que se establece un canon de 30.000 euros anuales por la cesión y depósito de los fondos de la cantante para el museo. Así se ha incluido en una propuesta de convenio que todavía no se ha firmado pero que ambas partes han acordado. Según las declaraciones realizadas a principios de año por el alcalde, Luis Mario Aparcero, por parte de la heredera la intención es donar esta cantidad a la lucha contra el cáncer.
En cuanto al resto de museos proyectados en la provincia, con independencia de su marcha, poco se sabe de estos acuerdos con los artistas o sus familias y herederos. Eso, claro, no quiere decir que los ayuntamientos no hayan mantenido negociaciones en este sentido, pero de momento no se han plasmado en un acuerdo ni ha trascendido, más allá de rumores, cantidad económica alguna.
En Jerez, tras una azarosa trayectoria que se remonta tres décadas atrás en el tiempo y otros tres cambios de ubicación, las obras para la adecuación de la Nave del Aceite, que se financiarán con los fondos de la ITI, ya han sido licitadas -no sin polémica por la reubicación de la peña Buena Gente- y el Ayuntamiento espera que en poco tiempo puedan ponerse en marcha para dar cabida al Museo de Lola Flores. En paralelo se han licitado también las obras de un centro cultural que lleva también su nombre, concebido como un espacio complementario a los museos del flamenco y al dedicado a la artista. Los rumores apuntan a que dicho centro, que acogerá actuaciones en directo y espectáculos, será la 'moneda de cambio' que recibirá la familia de Lola Flores a cambio de la apertura del Museo. Por el momento, eso sí, no hay nada oficial con respecto al convenio entre el Ayuntamiento y la familia.
En el caso del centro de interpretación dedicado a Paco de Lucía, para el que todavía no han comenzado las obras pero también cuenta con financiación de la ITI, existe un acuerdo firmado entre el Ayuntamiento y la familia desde el año pasado que autoriza al Consistorio "a recabar fondos de carácter artístico, bibliográfico o discográfico, entre otros, referidos a la figura de Paco de Lucía, pudiendo realizar sus herederos donaciones, legados o figuras análogas". No obstante, en dicho convenio no se precisa cantidad económica alguna por la cesión de los fondos y los derechos, aunque la habrá. Tiene todavía que concretarse en otro convenio. Ahora los esfuerzos se centran en la redacción del proyecto museográfico.
Otro de los museos planteados es el que Alcalá de los Gazules quiere dedicar a Alejandro Sanz, un proyecto que cuenta con la aceptación del artista pero que todavía tiene un largo recorrido por delante.
Sin impedimentos para abrir el Museo
Para el bufete (Menta Abogados) y los especialistas a los que ha recurrido el Ayuntamiento de San Fernando en este conflicto no hay dudas al respecto. El convenio suscrito en el año 2014, aún siendo de carácter genérico, es bastante explícito y tiene "un sentido muy claro" en el que se recoge el consentimiento de la familia "no solo para el Museo sino también para determinadas actividades culturales". El acuerdo regula además una compensación económica que se sigue prestando a día de hoy y no se ha visto interrumpida en ningún momento.
"Eso es claramente una licencia de la marca Camarón o Camarón de la Isla", afirma la abogada Emilia López, que subraya que el Ayuntamiento ha sido "especialmente riguroso" en el trabajo llevado a cabo con los fondos del Museo y con las respectivas licencias, que no todas corresponden a la familia del artista.
La controversia, que ha roto un idilio de seis años, surge porque los herederos del cantaor reclaman ahora una compensación económica adicional, aunque la cantidad que solicita -la cifra no ha llegado a trascender pero sí que se considera excesiva- "no tiene respaldo documental ni viene acreditada por un informe imparcial".
El Museo Camarón -asegura la abogada- puede abrir sus puertas sin problemas porque todo está en orden y el trabajo realizado con las licencias -insiste- "ha sido escrupuloso". Además, destaca, no existe ánimo de lucro por parte del Consistorio con este proyecto. "Su finalidad es fomentar el legado artístico y cultural de Camarón", precisa Emilia López, algo que además -puntualiza- supone un plus que refuerza la marca y la buena imagen del artista. Es un camino de doble sentido: la marca también se ve favorecida e incrementa su valor con la apertura del centro de interpretación que se ha construido en La Isla.
Existe además, "aquiescencia" por parte de los herederos del artista durante todo este tiempo, en el que, además de percibir esa contraprestación económica pactada previamente, han participado del desarrollo del proyecto. Ha habido "tolerancia" en todos los pasos que se han ido dando e, incluso, en las actividades que se han venido celebrando con el nombre de Camarón, recuerdan los abogados.
Eso sí, la postura del Ayuntamiento isleño no es otra que la de llegar a un acuerdo con la familia porque entiende que es lo más conveniente para todos "y quiere conciliar". De ahí la oferta que hace unos días, antes de que el conflicto trascendiera a los medios de comunicación, se puso sobre la mesa.
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