Un cuento de Navidad convertido en belén

El peculiar nacimiento creado por José Manuel Coto

El belenista José Manuel Coto asombra con un insólito montaje ambientado en el Londres victoriano, que incluye en el nacimiento alusiones a Dickens y hasta a Papá Noel

El belenista José Manuel Coto, junto a su creación / Román Ríos
Arturo Rivera Barrera

29 de diciembre 2018 - 05:01

San Fernando/A José Manuel Coto la idea se le ocurrió en las Navidades pasadas. Y de inmediato se puso manos a la obra. Primero, con una exhaustiva labor de investigación y documentación para que todo fuera lo más riguroso y exacto posible, un fiel retrato de la época del Londres victoriano en el que se ambienta este peculiar belén: desde el papel de las paredes de la casa del siglo XIX hasta la réplica en miniatura de la portada de la primera edición del célebre Cuento de Navidad de Charles Dickens, que es uno de los numerosos guiños que puede verse en este singular e insólito montaje navideño.

El montaje tiene detrás horas y horas de trabajo, algo de lo que tanto expertos como profanos en materia belenista se percatan fácilmente con tan solo echar un vistazo. Poco a poco, a lo largo de 2018, el nacimiento de Coto fue tomando forma hasta convertirse en la creación que abrió sus puertas en la calle Florencia 16 poco días antes de que dieran comienzo las fiestas.

Desde luego, decir que se trata de un montaje original es quedarse corto. El nacimiento, con imágenes de Tente González y narración en audio de Charo Pérez, deja boquiabierto a todo el que pasa por allí. Asombra e impacta por lo inusitado de la propuesta narrativa que plantea esta escena alegórica. Y no han sido pocas las tardes en las que, durante estas fiestas, se han visto largas colas a las puertas del domicilio para ver este montaje tan diferente a poco que se ha empezado a correr la voz.

Si es de los que ya ha visto el nacimiento de José Manuel Coto –primer premio en la modalidad de particulares del certamen navideño– sabrá ya que todo eso es cierto. Este experto y reconocido belenista isleño ha dado una nueva vuelta de tuerca a la tradición para reinventar el concepto de belén. "Cuenta una historia", apunta Coto al hablar de su creación. "Quería hacer algo diferente", resume. Y, desde luego, lo ha conseguido.

"Cuenta una historia. Quería hacer algo diferente", dice el autor del belén

Coto no rehuye de la tradición, por supuesto. De hecho, el mensaje que en el fondo lanza con su propuesta –uno de ellos– no es sino una auténtica defensa del nacimiento tradicional. Pero es de los que cree que el belenismo puede dar mucho de sí, que tiene un largo recorrido por delante para experimentar e innovar, para dar rienda suelta a la creatividad y hacer cosas diferentes para contar una historia –la del nacimiento del Niño Jesús– que es eterna. "Creo también que es lo que la gente busca", señala al hablar de los belenes.

El montaje de un nacimiento tradicional es, de hecho, la escena principal que se narra en este contexto doméstico que podría haber pintado Murillo sino fuera por que está ambientado en el Londres del siglo XIX. Una familia cristiana –alter ego de la Sagrada Familia– se afana en montar el nacimiento en las vísperas de la Navidad. El padre, carpintero, avanza con la miniatura de un pozo para completar el montaje, de lo más tradicional. La madre cose apaciblemente la luna en la tela del celaje. Y el niño, claro, juega con las figuras de los Reyes Magos "como todos hemos hecho de pequeño".

"A ningún belenista le gusta Papá Noel, por eso siempre he querido incluirlo en mis montajes"

Frente a él se arrodilla la figura de Santa Claus o Papá Noel, que intenta obsequiar al pequeño con un regalo (una bola de cristal muy navideña) que éste rechaza aferrándose a la figuritas de los Reyes Magos: es la defensa de las tradiciones católicas. "A ningún belenista nos gusta la figura de Papá Noel", puntualiza Coto. Y precisamente por eso siempre quiso que, de alguna forma, estuviera presente en sus creaciones. Ahora ha encontrado la fórmula.

Aunque, en realidad, el belén de José Manuel Coto no pretende sino ser un homenaje a la Navidad en su más amplio concepto. De ahí las alusiones a las tradiciones católicas, anglicanas e, incluso, celta, que puede verse también en la figura de San Bonifacio, el evangelizador de los germanos que cristianizó la costumbre pagana del árbol de Navidad. Se aprecia detrás de una de las ventanas de la casa. El personaje literario más navideño, el Ebenezer Scrooge de Cuento de Navidad, completa la escena de la mano del pequeño Tim tras las tres inesperadas visitas nocturnas de los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras que propician su reconversión: otro mensaje –y otro homenaje– navideño de este ecléctico belén que ha roto moldes y que irá al museo de belenes de Mollina cuando pasen las navidades.

El belén puede verse durante todas las fiestas, de 19.00 a 21.30 horas.

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