"Julia está cumpliendo su sueño"
Una isleña en Operación Triunfo
La concursante isleña de OT se ha convertido en una de las favoritas y gana seguidores día a día
Lo está dando todo”, dice su familia y sus amigos
San Fernando/Ellos siempre lo han sabido. Julia, a pesar de su timidez, es una de esas personas que tiene algo especial, una dosis extra de excepcionalidad, mucha personalidad, ingenio, cierto magnetismo...Así que ahora casi ni se extrañan de verla en la tele, superando cada miércoles el reto del popular concurso televisivo Operación Triunfo (OT) 2018. Ni siquiera se sorprenden de que sea una de las favoritas y de las que mejores críticas consigue en el talent show que emite la Primera. En realidad siempre han sabido que Julia Medina, la estudiante de la Compañía de María que iba a todas partes con su guitarra, llegará muy lejos.
Los que hablan así son los suyos. La familia y los amigos de la joven isleña que arrasa en OT y que en San Fernando se ha convertido –podría decirse– en trending topic. Son una piña. Siempre lo han sido y ahora que toca apoyarse y apoyar a una de las suyas más todavía.
"Yo la veo en la final, fijo", dice segura Begoña de la Cruz, que hace las veces de portavoz de un numeroso grupo de amigos que empezó a forjarse cuando estudiaban Secundaria. No tiene dudas. "Ella siempre ha sido nuestro nexo de unión", advierte al hablar de Julia. Son sus más fieles seguidores, los que se han movilizado colocando carteles por San Fernando para animar a la gente a votar, los que se mueven por las redes sociales y entre los alumnos de la Compañía, donde todavía Julia sigue siendo muy popular, los que velan por la joven artista isleña fuera del concurso.
Julia tiene suerte de tenerlos cerca, pendientes de ella en todo momento. Es una realidad que su madre, Maribel Martín, no pasa por alto. Es la directora del colegio Manuel de Falla de San Fernando y no son pocos los que a diario le preguntan cómo lleva lo de OT, porque este tipo de concursos –ya se sabe– tienen siempre dos caras: la de los concursantes, que se ve por la tele con todo su glamour, y la otra, más personal, que los suyos viven desde afuera sin poder escapar a la tensión y el desasosiego aunque también compartiendo la alegría de los aplausos y de los éxitos al ver que cada semana se llega más lejos.
A pesar de ello, Maribel ha dudado un poco en hablar con la prensa. No quiere hacer nada que pueda perjudicar a Julia y hasta ahora se ha mantenido al margen de la vorágine: ni comentarios, ni redes sociales... Aunque, claro, no ha podido evitar que el teléfono móvil eche humo todos los días hablando de Julia y que la familia entera esté eufórica siguiendo cada paso que la joven da en el concurso. Está abrumada ante los mensajes y muestras de apoyo que recibe y asegura estar muy agradecida por el trato.
"Estoy contenta. Julia está cumpliendo su sueño", afirma. Eso está por encima de todo. Claro que resulta duro. Sufre con las galas, por supuesto. Esta semana andaba afónica antes de la actuación y eso la trae bastante preocupada. "Nunca ha estado afónica y eso que estaba todo el día cantando", dice. "El uso continuado de la voz, el estrés, el clima...". Aunque lo peor –admite– es no poder tener contacto con ella. Eso es algo que tanto la familia como los amigos llevan regular. "Me cuesta mucho aunque sé que están muy cuidados".
Julia –dice su madre– "lo está dando todo". Es, dice, una joven "muy perfeccionista y muy trabajadora". Y aquí, en Operación Triunfo, está siendo consciente del momento que vive. “Está dando el cien por cien”. Claro que, admite, "todos los concursantes son tremendamente buenos".
Antes de pasar el casting de OT estuvo a punto de irse a México, cuenta. Llevaba ya un año en Madrid, donde acudió tras la llamada de un productor para formar el dúo Carlos y Julia. "Le había surgido la oportunidad de irse a la capital y decidió compaginarla con sus estudios de Magisterio en la Universidad Autónoma", explica. Cuando se empezó a hablar de México su madre le recomendó que no se fuera, que antes acabara la carrera. "Eres joven, vendrán otras oportunidades", le dijo. Y la verdad es que no tardaron en llegar. Apareció el casting de OT, al que el año pasado –dicen sus amigos– no se quiso presentar. "Nosotros le animamos para que lo hiciera", afirma Begoña. Y pasó una tras otras las exigentes pruebas para entrar en la academia de OT con nota. Ahora, pase lo que pase allí, cuando salga le espera "un fiestón" en toda regla, avisan sus amigos.
"Siempre tuvo aptitudes, tiene un don especial para la música"
"Julia tiene un don para la música", dice Maribel, su madre. Siempre ha tenido una facilidad enorme para tocar el piano, la guitarra... "Tiene mucho oído". Pero además ha crecido en una casa rodeada de instrumentos en la que la música siempre ha tenido un protagonismo muy especial. "Siempre nos ha escuchado cantar en casa". Y eso, qué duda cabe, ayudó a que la artista se fuera fraguando. De pequeña tuvo un fugaz paso por el Conservatorio de Música. Destacó en las pruebas iniciales pero poco después lo dejó. "Me dio pena porque tenía aptitudes pero siempre he pensado que la música es para disfrutar y que un niño tiene que aprender música jugando".
Su madre, de hecho, se sacó las oposiciones de Magisterio por matemáticas primero y luego por música para conseguir plaza en San Fernando, en el CEIP Manuel de Falla, que es también donde Julia cursó Primaria. Luego pasaría a la Compañía de María, donde conoció a su grupo de amigos. Empezó luego Filología Inglesa pero al segundo curso descubrió que no era su vocación y se pasó a Magisterio. La música, claro, también formaba parte de su vida. "Ella colaboraba con el grupo Saurom y cantó con ellos en varias ocasiones", cuenta su madre. Fue, no obstante, cuando llegó la llamada de un productor que la había descubierto a través de internet cuando todo empezó más en serio e hizo las maletas para irse a Madrid.
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