El Obispado negocia una operación para la venta del convento de las Capuchinas en San Fernando

San Fernando/El Obispado de Cádiz negocia una operación para la venta y desarrollo urbanístico de los suelos del antiguo convento de las Capuchinas, que están sin uso desde que en enero de 2017 fueran trasladadas las últimas religiosas que lo habitaban a la sede de la congregación en El Puerto de Santa María.

Desde entonces -hace ya 5 años- el futuro de estas instalaciones de la calle Constructora Naval, uno suelos muy atractivos dada su cercanía al centro de San Fernando, ha sido toda una incógnita para los isleños.

Aunque, evidentemente, sí han despertado el interés de los inversores. Las conversaciones que en este sentido mantiene desde hace tiempo el Obispado con un operador privado, según ha podido saber este periódico, están muy avanzadas e, incluso, se esperan importantes novedades relativas al desarrollo de los suelos a corto plazo.

Dentro de la operación urbanística prevista, la capilla del convento así como parte del antiguo huerto de las monjas pasaría a manos del Ayuntamiento de San Fernando como equipamiento y zona verde en concepto del aprovechamiento que le corresponde a la administración local en el desarrollo de los suelos.

Y sobre la mesa hay ya incluso planes para el futuro uso de la capilla de la calle Constructora Naval. El gobierno local ha trasladado al Consejo de Hermandades y Cofradías, que hace tiempo que busca una sede en condiciones, la posibilidad de cederles estas dependencias -incluyendo una sala anexa- para que puedan contar con un espacio propio para el desarrollo de sus actividades, un lugar que, en el caso de que la operación saliera adelante, les permitiría dar cabida, además de a las reuniones de la junta permanente y de a los plenos de hermanos mayores, a actos cofrades como presentaciones de carteles, conferencias o eventos similares que suelen copar la agenda de las hermandades.

La búsqueda de una sede para el Consejo de Hermandades y Cofradías es un tema que viene de largo y que, en el pasado mes de abril, llegó incluso a ser debatido en el pleno a raíz de una moción del PP planteada en las vísperas de la Semana Santa, en la que pedía también un incremento de la subvenciones que reciben estas entidades. El equipo de gobierno se comprometió entonces a aumentar estas ayudas económicas en los años venideros y a colaborar en la búsqueda de alternativas para que la institución cofrade pudiera contar con una sede.

El convento de las Capuchinas, por otro lado, figura entre los elementos protegidos por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con un nivel 2 aunque se encuentra fuera del ámbito del Plan del Casco Histórico (PEPRICH) ya que sus límites, precisamente, se quedan en la calle Constructora Naval.

La protección establecida en el documento atiende especialmente a la capilla y a la fachada principal que da a la calle, así como al claustro de columnas que se encuentra en su interior.

En el Plan, en este sentido, se especifica que el inmueble abarca una superficie de 7.313 metros cuadrados.

Entre las actuaciones permitidas se señala, textualmente, a la "conservación y restauración, demoliciones parciales sin posibilidades técnicas recuperación siempre se reconstruya con las técnicas y materiales originales".

Y entre las actuaciones expresamente prohibidas que figuran en el PGOU se refieren a "demoliciones que afecten a la tipología sin justificación técnica o histórica, alteraciones en la composición volumétrica, ampliaciones verticales y horizontales".

Curiosamente, también se recomienda la retirada de las placas y retablos cerámicos que adornan la fachada y que son producto de la estrecha relación que las religiosas mantenían con distintas hermandades y cofradías.

El convento de las Capuchinas no es el único inmueble del Obispado que se ha quedado vacío en los últimos años y que está a la espera de que la Iglesia Diocesana le dé uso o que decida qué hacer con él. El ejemplo más relevante en este sentido es el edificio de la antigua Escuela de San José, también en pleno centro de San Fernando y dotado de un elevado grado de protección. Está cerrado desde que el centro educativo que lo ha ocupado en las últimas décadas echara definitivamente el cierre en el pasado curso. Y aunque ha habido también algunos inversores que se han interesado, ninguna propuesta ha fructificado hasta el momento.