El Plan del Casco Histórico sigue sin convencer diez años después

La ampliación de las competencias delegadas en el Ayuntamiento para las viviendas ubicadas en los entornos BIC retoma una vieja cuestión: el encorsetamiento del centro

Una imagen del casco histórico tomada desde una azotea del centro.
Una imagen del casco histórico tomada desde una azotea del centro. / Román Ríos
Arturo Rivera Barrera

05 de octubre 2018 - 05:00

San Fernando/Han pasado más de diez años de la primera aprobación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico, el controvertido PEPRICH que tantos quebraderos de cabeza dio en su momento al Ayuntamiento y a los vecinos del centro y que, a la postre, no contentó a nadie.

A pesar de la revisión del catálogo que se aprobó en 2011, la normativa no ha dejado en ningún momento de estar en entredicho. Con mayor o menor intensidad, el debate siempre ha estado sobre la mesa de Urbanismo.

De hecho, una gran mayoría piensa que se trata de un Plan Especial que peca en exceso de conservador en un área urbana que en el caso de San Fernando resulta muy extensa, lo que en definitiva se convierte en un freno para su desarrollo comercial y en una carga o, en el mejor de los casos, en un verdadero engorro para los vecinos que residen en el centro la ciudad.

De ahí que desde hace tiempo se demande una mayor flexibilidad del PEPRICH. Ciudadanos (Cs) ha tomado el tema por bandera y ha negociado con el gobierno municipal que comparten socialistas y andalucistas una revisión en ese sentido, en la que se está trabajando desde hace un par de años con el área municipal de Desarrollo Urbano. El debate, a buen seguro, se colará en la agenda electoral de las próximas municipales para volver a poner de manifiesto las carencias del centro y sus necesidades.

En ese contexto de la revisión del PEPRICH que se aborda una década después de su aprobación –y a tenor de los escasos resultados que ha dado en este tiempo– acaba de darse un paso que, precisamente, hace una década se esgrimía como una de las grandes ventajas que reportaría la aprobación del Plan Especial del Casco Histórico. Se trata de la ampliación de las competencias delegadas en el Ayuntamiento de San Fernando para autorizar obras o actuaciones en los entornos de los Bienes de Interés Cultural (BIC), una propuesta que el pleno acaba de aprobar por unanimidad y que en breve se llevará a cabo.

Existe un informe favorable de la Delegación Territorial de Cultura que se remonta al pasado 7 de junio, así que solo es ya una cuestión de trámite.

La medida beneficiará a las viviendas de la zona próxima a la plaza del Rey y el Ayuntamiento, de la plaza de la Iglesia, del Carmen... En definitiva, a los entornos BIC del centro, cuyos residentes tienen que hacer frente a una ardua burocracia cada vez que plantean una intervención en estos inmuebles catalogados, por nimia que pueda parecer.

Hasta ahora –y desde 2012– existía una delegación de competencias a favor de Urbanismo que incluía a las viviendas catalogadas en los niveles tres, cuatro y cinco del PEPRICH salvo algunos casos muy concretos. Entre estas excepciones estaban los entornos BIC, que a partir de ahora serán cosa del Ayuntamiento y de la llamada Comisión Municipal de Patrimonio. Con ello, como se advirtió en el debate del pleno, se ganará especialmente una cosa: agilidad en los trámites administrativos. Todos los grupos políticos se felicitaron por ello hace unos días.

Ahora bien, la revisión del Plan Especial del Casco Histórico –sobre todo para conseguir la esperada dinamización comercial– sigue siendo una asignatura pendiente.

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