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Rafael Garófano habla de los espectadores y los exhibidores en su charla sobre el cine en La Isla

Los asistentes pudieron disfrutar de algunas de las películas que se vieron la primera vez en la ciudad

Rafael Garófano interviene durante la proyección de algunas de las primeras películas del cine.
A.l. San Fernando

18 de mayo 2016 - 01:00

La historia del cine en San Fernando es la historia de los exhibidores y los espectadores, por eso ayer en su conferencia el doctor Rafael Garófano Sánchez ofreció más allá de los detalles del cinematógrafo una estampa de La Isla de la época. Incluso, los asistentes -que acudieron al centro de congresos a la propuesta cultural de la Academia de esta semana para acercarse a La Crónica Social del Cine en San Fernando- disfrutaron de la proyección de varias de las películas, de apenas dos minutos, que los primeros espectadores isleños vieron en el Teatro el 8 de marzo de 1899.

La leche vertida, El paso del tren bajo un túnel o Riña de cuatro mujeres fueron algunos de los títulos bajo los que se exhibieron en San Fernando las obras de los hermanos Lumière y de Méliès. Es una suerte, reconoció el conferenciante, conocer esos nombres. Otros historiadores no han conseguido confirmación de qué se proyectó en otros pueblos y ciudades. A San Fernando se sabe que llegó en esos días la primera película prohibida de la historia -por el gobierno francés, y por blasfema-, Las tentaciones de San Antonio, que novedosa se daba opción a los caballeros a que se quedaran para verla. "Otro título complicado, porque aquí llegó como Después del baño, pero que originalmente era Vuelta del teatro", según Garófano, despertó las risas ayer del público.

La fascinación por el cinematógrafo, expuso este estudioso de la fotografía y el cine, respondía al a sensación de realidad que los espectadores vivían. "Se comportaban como si estuvieran en los toros, aplaudían, vitoreaban y pedían repeticiones", apuntó.

Del teatro el cine pasó en los años siguientes a ofrecer en barracones que se construían en la calle para la gente del pueblo.

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