El Rey visita el TEAR de San Fernando: La Infantería de Marina confirma su potencial único ante Felipe VI

El monarca ha asistido a toda una demostración del medios humanos y materiales y ha podido comprobar el alto nivel de preparación y adiestramiento del cuerpo

Imágenes de la visita del Rey al TEAR de San Fernando

Imágenes de la visita del rey Felipe VI al TEAR en San Fernando
El Rey Felipe VI durante su visita al TEAR en San Fernando. / Jesús Marín
Arturo Rivera Barrera

16 de diciembre 2022 - 17:14

San Fernando/La Infantería de Marina ha corroborado su enorme potencial y sus altas capacidades durante la visita que Felipe VI ha realizado este viernes a las principales unidades que tiene en San Fernando: la Brigada de Infantería de Marina-Tercio de la Armada (BRIMAR-TEAR) y el Tercio del Sur (TERSUR), que comparten acuartelamiento en la histórica población naval de San Carlos y que entre ambas superan los 3.000 efectivos.

Ha sido toda una demostración de medios humanos y materiales, de la versatilidad y modernización del cuerpo, de su capacidad de respuesta rápida y de su alto nivel de preparación y adiestramiento de cara a su participación en posibles operaciones militares.

Y el Rey ha seguido atentamente este despliegue de habilidades a lo largo de una secuencia de actos que ha ocupado prácticamente toda la mañana acompañado del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Antonio Martorell Lacave; del Almirante de la Flota, Eugenio Díaz del Río Jáudenes; del Comandante General de Infantería de Marina (COMGEIM), Rafael Roldán Tudela; del Comandante del Tercio de Armada, el general José Luis Souto Aguirre; y del Comandante del Tercio del Sur, el coronel José Ignacio Yáñiz López.

La visita isleña ha culminado con una recepción oficial a las autoridades, entre las que se encontraban la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada; y el consejero de Presidencia, Antonio Sanz.

Felipe VI ha llegado a las 10.45 horas al antiguo Cuartel de Batallones de San Carlos, donde ha sido recibido con honores de ordenanza y con las correspondientes salvas, tras las que ha pasado revista a la fuerza en formación, que posteriormente se ha retirado desfilando a los sones de Ganando barlovento.

Aunque la presencia de Felipe VI en los actos militares que normalmente se celebran en San Fernando es bastante habitual, se trata de la primera visita oficial que el monarca lleva a cabo a estas unidades de la Infantería de Marina desde que accediera al trono, si bien anteriormente había estado ya en el TEAR en dos ocasiones.

La más reciente, en el año 2006, hace ya 16 años, cuando el entonces Príncipe de Asturias realizó una visita de similares características a la realizada este viernes, que se acompañó luego de unos ejercicios tácticos que se llevaron en La Clica y que presenció también el monarca.

Aunque ya entonces era la segunda vez que visitaba esta unidad, en la que ya había estado cuando tan solo tenía 14 años -en 1982- para asistir a otro acto militar que todavía algunos recuerdan en el TEAR de San Fernando, cuya relación con el Rey se ha estrechado aún más si cabe después de esta jornada que ha marcado un nuevo hito en la historia del Tercio, porque ha servido para poner de manifiesto ante la mirada del Rey todo eso que convierte a la Infantería de Marina en un cuerpo único y excepcional en el seno de las Fuerzas Armadas.

El Rey visita en San Fernando las instalaciones del Tercio de Armada (TEAR) y del Tercio Sur (TERSUR) de la Fuerza de Protección.

A eso se han dedicado -tras el briefing de rigor que Felipe VI ha mantenido con los mandos de estas unidades- las dos exhibiciones que se han desarrollado a lo largo de la mañana. La primera de ellas, en el denominado Llano de San Carlos, ubicado en las mismas dependencias del TEAR, donde se ha desplegado en perfecto estado de revista todo un Batallón de Desembarco Reforzado, esa fuerza expedicionaria de Infantería de Marina -con todos sus medios humanos y materiales, equipos y vehículos- que llegado el caso intervendría en operaciones militares en tierra iniciadas desde la mar, a bordo de los buques anfibios de la Armada, y que podría dar esa primera respuesta a la gestión de una crisis.

La particularidad de la Brigada de Infantería de Marina reside, precisamente, en su capacidad de ejecutar por sí misma todas las funciones de combate y de llevar a cabo su misión de forma autónoma a través de un conjunto orgánico equilibrado de unidades de combate, de apoyo de combate y de apoyo de servicios de combate, como se ha recordado durante esta demostración. Y eso es, básicamente, lo que Felipe VI ha podido comprobar en esta exposición, que ha visto en un primer momento desde una tribuna expresamente montada para la ocasión, desde la que ha seguido atentamente las explicaciones que le ofrecían, y que posteriormente ha recorrido a pie, deteniéndose ante algunas compañías e incluso departiendo con algunos de los infantes en formación.

Tiradores de precisión, equipos preparados para la guerra NBQ, zapadores y desactivadores de explosivos, compañías de armas, lanchas Supercat, vehículos anfibios, vehículos de combate Piraña, misiles contracarro Spike, artillería con equipos ACAF (Adquisición y Control de Apoyo de Fuegos) para batir las posiciones enemigas y sus misiles Mistral... Y la gran novedad: los vehículos dotados con morteros Eimos, que permiten hacer fuego en movimiento y que, por lo tanto, brindan a una gran capacidad de maniobra.

También ha tomado parte en esta exhibición el Tercio Sur de Infantería de Marina, con sus equipos de seguridad, incluida la unidad cinológica.

La segunda parte de estas exhibiciones que se ha mostrado al Rey durante la visita que ha realizado al TEAR se ha desarrollado en el poblado de adiestramiento MOUT -siglas que responden en inglés al término Military Operations on Urbanized Terrain- que ocupa parte de lo que fuera el antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería y que precisamente ahora está siendo objeto de una ampliación.

Allí los infantes de marina se adiestran en operaciones militares en zonas urbanas, como ha podido comprobar de primera mano Felipe VI en un espectacular simulacro de asalto a un poblado ocupado por el enemigo que han llevado a cabo varias unidades tanto por tierra como desde el aire, descendiendo a través de una cuerda desde un helicóptero para tomar posiciones en la azotea de uno de los edificios.

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