El SAS estudia su uso como centro de especialidades
Defensa y Salud tienen aún pendiente un encuentro para negociar el futuro del concierto
Casi 50.000 atenciones anuales al personal civil avalan el éxito del concierto que más de tres años atrás firmaran el Ministerio de Defensa y la Consejería de Salud para el uso civil de las instalacionesdel hospital militar de San Carlos. Una cifra que se reparte entre las 14 especialidades conveniadas que, en dos bloques, fueron aprobadas por ambas partes. Desde entonces, no han sido pocas las veces en que la ciudadanía isleña -encabezada por el Gobierno local- ha reclamado la aprobación de un tercer bloque e incluso la conversión total de estas dependencias, alegando que San Fernando es la única localidad en Andalucía con más de 75.000 habitantes que no cuenta con un centro hospitalario.
Una aprobación que sin embargo se ha resistido hasta el punto de enconarse en base a que la Consejería de Salud reclama a Defensa unas condiciones y calidades mínimas en las dependencias para poder seguir ampliando el concierto. En varias ocasiones así lo ha mencionado la consejera del área, María Jesús Montero, y, de hecho, las dependencias militares habían emprendido una serie de reformas en este sentido como la instalación de un nuevo sistema de aire acondicionado.
Las negociaciones se encontraban ahora en otro punto -según ha podido saber este periódico- con la aparición de una nueva posibilidad para acrecentar el uso civil de este hospital. La Junta estudiaba ahora su conversión en un Centro Hospitalario de Alta Resolución de Especialidades (CHARE) semejante al de Chiclana, aunque esta opción queda un poco más en el aire con el anuncio realizado ayer de la reducción de personal militar.
Porque precisamente para esta plantilla anunciaba el delegado provincial de Salud, Hipólito García, en una visita realizada meses atrás a la localidad, la voluntad de integrarlos en actividades sanitarias civiles como la que se desplegaría en caso de que se abriera el centro de especialidades que ahora se estudia, o se ampliara el concierto. Proponía así una solución al excedente de trabajadores militares en un hospital mermado en su actividad, un remedio que ya no será necesario precisamente porque este excedente no estará trabajando en las dependencias en el plazo de un año.
El Ministerio de Defensa finalmente ha tomado la decisión de no esperar y ha adoptado por sí misma la determinación de reducir su plantilla y equiparar el personal del centro a la carga de trabajo existente en la actualidad. Una orden que desvela el futuro para la parte militar, pero que deja al personal civil y a los ciudadanos igual que estaban: sin saber.
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