La Isla, primer paso del Camino
San Fernando | El Rocío 2019
La hermandad del Rocío se despide de la ciudad al modo romero antes de emprender su camino hacia la aldea almonteña
San Fernando/San Fernando está en camino. El Simpecado de la hermandad isleña del Rocío ha vuelto a recorrer la ciudad de punta a punta, desde la Bazán hasta el Carmen, para brindar a los cañaíllas su colorida y alegre despedida de siempre, al modo romero.
Mañana está previsto que la hermandad -aproximadamente unas 150 personas la acompañan en esta ocasión durante todo el camino- embarquen en Bajo de Guía. Y el jueves llegarán al Rocío para llevar a cabo la presentación ante la Blanca Paloma en la tarde del viernes.
Es, sin duda, un año muy especial, como apuntaba la hermana mayor de la hermandad, Ana Ortiz, al recordar el aniversario de la coronación aniversario de la coronaciónque hace de 2019 un año extraordinario para todas las filiales y todos los devotos rocieros. "Es un año muy completo", afirmaba.
Pero las primeras horas del camino, aunque hermandad isleña del Rocío tiene su corazón en la aldea almonteña, son siempre para La Isla, que además brinda cada año una cálida despedida a los peregrinos.
A las nueve y media de la mañana se ha celebrado en la iglesia de la Sagrada Familia la misa de romero, tras la que la comitiva que escolta a la carreta con el Simpecado de San Fernando se ha puesto en marcha.
Esta ruta ha tenido, como siempre, varias paradas obligadas. La primera de ellas, en la Alcaldía, donde la la regidora, Patricia Cavada, ha hecho entrega a la hermandad de la bandera de la ciudad, que portarán durante todo el camino. La alcaldesa, acompañada de varios miembros de la Corporación, ha trasladado también a los romeros sus mejores deseos para el camino.
Pero en este recorrido de despedida la hermandad del Rocío ha pasado también por la Iglesia Mayor Parroquial, donde se ha despedido del Patrón San José; del Regidor Perpetuo de la Ciudad, que es la imagen de Jesús Nazareno; de la archicofradía de Jesús de Medinaceli. También, claro está, por la iglesia del Carmen, donde reside la gran devoción mariana de San Fernando, la Patrona, y donde siempre se viven momentos muy emotivos antes de que la filial isleña deje atrás la ciudad en busca de su Lunes de Pentecostés.
El paso de los romeros por la calle Real en esta calurosa mañana de junio ha contado también con momentos muy especiales como la cálida acogida que siempre le dispensan los alumnos de algunos colegios, como el Miramar o La Salle.
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