Malestar en el Teatro de las Cortes al sustituir plantilla habitual por nuevos contratos

San Fernando

De momento hay cuatro trabajadores afectados en una plantilla integrada normalmente por once personas, aunque se teme que la cifra pueda ir a más tras la llegada de una nueva empresa

El Teatro de las Cortes, en una imagen de archivo. / Rioja
Arturo Rivera Barrera

06 de noviembre 2019 - 20:35

San Fernando/Nunca, en los 20 años que el Teatro de las Cortes lleva funcionando desde su reapertura en 1999, habían tenido problemas a pesar de que el contrato para la prestación de los servicios auxiliares –luces y sonido, azafatas, limpieza...– ha pasado por las manos de varias empresas durante todo este tiempo.

De hecho, la plantilla apenas ha variado en todos estos años. El empleado más moderno –apuntan– lleva ya diez años trabajando. Conocen a la perfección las instalaciones y saben como funciona el Teatro. En los últimos años, además, ha sido una conocida empresa de La Isla la que ha tenido a su cargo este contrato que licita el Ayuntamiento.

Pero la llegada al Teatro de las Cortes de una nueva adjudicataria en el pasado mes de agosto –la empresa gallega Galicia Event Crew SL– ha dado la vuelta a esta situación. El PP fue el martes el primero en dar la voz de alarma.

De momento, hay cuatro trabajadores 'en la calle' de una plantilla integrada por once personas: un técnico de luces y sonido, una azafata, un portero y la limpiadora. Y temen que la cifra vaya en aumento porque el pliego de condiciones que rige este contrato del Ayuntamiento no impide la adopción de estas medidas por parte de la adjudicataria.

Se temieron lo peor al descubrir anuncios de trabajo en internet que ofrecían contratos en el teatro para personas con discapacidad

Se empezaron a temer lo peor cuando a finales de septiembre descubrieron anuncios de trabajo en internet en los que se buscaba a personal para desarrollar estas funciones en un teatro en San Fernando. Era blanco y en botella. Según el testimonio de algunos de los afectados, en estos anuncios se especificaba que se quería contratar a personas con discapacidad para cubrir estos puestos de trabajo.

Cierto que la adjudicataria no tiene obligación alguna de subrogar al personal que trabaja en el Teatro, pero lo ocurrido rompe con un acuerdo tácito que existe desde hace 20 años y que, en anuencia con el Ayuntamiento, han respetado todas y cada una de las empresas que se han hecho cargo de este contrato, algo además bastante normal dado que se trata de personal experimentado que conoce perfectamente el trabajo y las instalaciones.

Los trabajadores afectados, además, aseguran que la empresa les dijo justo lo contrario en la primera reunión que mantuvieron en el pasado mes de agosto, un encuentro al que también asistió la concejala de Cultura, María José Foncubierta. "No solo nos dijo que se contaría con nosotros sino que incluso se mejorarían las condiciones económicas", señala uno de ellos.

Pero esos compromisos –advierten– no se han llevado a la práctica. Antes bien, según los trabajadores afectados, ya en el mes de septiembre se empezaron a dar ciertas "irregularidades": retrasos en los pagos, en el envío de las nóminas y de documentación, problemas para contactar con la empresa...

Hay algunos de estos trabajadores que necesitan certificados de empresa cada vez que se dan de alta y de baja para cubrir alguno de los espectáculos al estar percibiendo prestaciones, que se interrumpen el día en el que trabajan.

Sin embargo, lamentan, los pagos pendientes y dichos certificados se retrasaban sin explicaciones en el tiempo imposibilitándoles reanudar dichas prestaciones. Faltaban además productos de limpieza para hacer frente a las labores de mantenimiento del Teatro.

Así que, molestos al ver que no se solucionaban estos problemas y después incluso de haber contactado por teléfono con el personal de la empresa y de haber remitido algunos correos electrónicos, acudieron a la concejala de Cultura, que a se puso en contacto con la adjudicataria.

Días después, cuatro de estos trabajadores recibieron por escrito una comunicación diciéndoles que a partir de ahora prescindían de sus servicios, aduciendo, entre otros argumentos, el trato que habían dispensado a la empresa. "Nos sentimos completamente desamparados", afirman.

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