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Costas
San Fernando/Las fincas salineras San Vicente, San Juan Bautista, San Cayetano, Los Ángeles de San Cayetano, Belén y Ánimas, San Salvador, La Caravela, San Adolfo y Santa Leocadía, y Sagrado Corazón necesitan una intervención urgente para arreglar las vueltas de afuera, en una actuación que califica de Obra de Interés General del Estado. Es el diagnóstico del informe redactado por Desarrollo Sostenible, que recoge la necesita de tomar medidas para recuperar en torno a 12,5 kilómetros de estos muros perimetrales.
"El informe está muy detallado, con el mal estado de conservación y la obligación de actuar en más de 12.000 metros de vueltas de afuera", comenta José Ruiz Cortejosa, uno de los representantes de la asociación de vecinos La Almadraba, que puso el foco de la preocupación de los ciudadanos que viven en zonas limítrofes con salinas y esteros precisamente en el deterioro de estas estructuras, que bloquean la entrada de agua de mar a los terrenos salineros, pero también sirven de protección para estas zonas bajas de la ciudad.
Cortejosa estuvo presente este martes en el Consejo Local de Medio Ambiente, como otras entidades y colectivos, partidos políticos, representantes de sectores económicos, de empresas de servicios municipales o de organismos como la Universidad de Cádiz o el Parque Natural Bahía de Cádiz, donde el gobierno dio a conocer los detalles de este estudio. "El estudio no deja lugar a dudas del mal estado de estas infraestructuras perimetrales que separan las salinas del mar, lo que obliga a que se realice una actuación prioritaria y urgente que debe calificarse como Obras de Interés General del Estado", indica el gobierno local en la nota remitida sobre este encuentro.
De hecho, las comprobaciones realizadas por los técnicos municipales –con visitas a cada una de las 25 salinas existentes en San Fernando y con consultas a fotografías aéreas y de satélite y a cartografía sobre la zona– han confirmado que existen "amplias zonas" donde se han perdido por completo las vueltas de afuera. Especialmente visible, se pone de ejemplo, es en la isla de terrenos salineros situada entre el caño del Carrascón y el Caño de Sancti Petri.
Los vecinos de La Almadraba, por su parte, también cuentan con material fotográfico sobre los derrumbes de tramos de los muros de las salinas, de los que vienen advirtiendo desde marzo de 2018 cuando el temporal EnmaEnma asoló la zona. Desde entonces cualquier momento de lluvia acompañado de una marea alta tiene en vilo a los vecinos, por la posibilidad de que se inunden sus viviendas. "Prima atender estas zonas más cercanas a viviendas, lo que significa intervenir en la salina San Salvador y La Leocadia", demanda Cortejosa, sobre las necesidades del barrio.
"Tenemos que empezar ya a trabajar, dado que la situación de algunas de las vueltas de afuera es de mucho deterioro, con el riesgo que eso supone para barriadas como Buen Pastor o La Almadraba", reconoce en este sentido la alcaldesa, Patricia Cavada. De ahí que espere la colaboración entre las administraciones públicas. En concreto hace mención al Ministerio para la Transición Energética, al que a través de Costas ha remitido el informe para que la información se incluya en el documento que el Gobierno central elabora sobre la estrategia para luchar contra los riesgos del litoral de la Bahía de Cádiz.
La regidora también hace referencia a la implicación de los titulares de las fincas salineras, aunque deja claro que no se trata de actuaciones de mantenimiento y conservación que corresponderían a esos gestores de las salinas, sino de "una intervención de choque que garantice la rehabilitación de todo el entramado de muros perimetrales salineras y sus caminos correspondientes". Porque su problemática, abunda Cavada, "afecta de forma directa a la seguridad del propio núcleo urbano y sus habitantes".
El deterioro de las vueltas de afuera de las salinas no solo debe analizarse como un problema que debe solucionarse ante los daños que pueda causar un temporal –en un momento concreto– en fincas salineras, esteros o superficies residenciales. Por el contrario debe abordarse como un peligro para el futuro de la ciudad, "en una visión estratégica de largo plazo que se basa en la necesidad de la defensa de la ciudad ante la subida del nivel del mar por efecto del cambio climático". Es prioritario para la conservación del territorio salinero y la recuperación de los valores ecológicos de las marismas, y la seguridad de los ciudadanos. Por eso, la alcaldesa dejaba claro que "vamos a liderar todo el proceso del que depende el futuro de la ciudad".
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