San Fernando cumple el compromiso de reducción de emisiones que bajan un 25,51%
Sostenibilidad
El gobierno trabaja en la aplicación de medidas que permitan llegar al objetivo de reducción del 55% para 2030
San Fernando/San Fernando cumple con el objetivo de reducción de emisiones acordado en el Pacto de Alcaldes por el Clima y la Energía, cuyo compromiso se renovó en septiembre de 2019 tras una década de implicación. "Los indicadores analizados marcan que ya cumplimos con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 por debajo del 20% que fijaba el documento de adhesión para el pasado año 2020. Así lo evidencia el Inventario de Gases de Efecto Invernadero de nuestra ciudad, que establece que desde entonces San Fernando ha reducido estas emisiones en un 25,51% respecto a los niveles de 1990", detalla la alcaldesa, Patricia Cavada, sobre el posicionamiento de la ciudad en sostenibilidad ambiental.
El Ayuntamiento avanza en la elaboración de su Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES) que está en fase final de redacción, que incluye el inventario actualizado de gases de efecto invernadero con estos buenos datos. Para la regidora se trata de un importante logro en el contexto de la lucha contra el cambio climático, "un objetivo que se ha logrado gracias a la inversión municipal y a acciones contundentes". Eso sí, "no estamos satisfechos porque aún tenemos que avanzar en otros parámetros tan fundamentales como el uso de las energías que vengan de las renovables y la autoeficiencia", deja claro.
Los objetivos se amplían ahora puesto que, entre otras cosas, el Pacto Andaluz de Acción por el Clima obliga a una reducción de emisiones del 40% para 2030. El municipio se marca, precisa Cavada, un reto más ambicioso: una reducción de hasta el 55% para 2030, que es el que fija el nuevo Pacto de Alcaldías.
Factores que influyen en la reducción de emisiones
El gobierno municipal apunta a las medidas y acciones que han contribuido a la reducción de emisión del 25,51% en estos años como el nuevo sistema de movilidad de la ciudad, que premia los espacios públicos para el peatón, que se muestra en la peatonalización de la calle Real, el entorno del Mercado Central y diferentes calles del centro); o la presencia de menos coches circulando por esa misma peatonalización, así como la red de aparcamientos que evitan que los vehículos transiten por el centro "y que permiten que estén menos tiempo dando vueltas buscando donde aparcar".
Otro factor al que ha hecho referencia son los incentivos fiscales: para las viviendas de San Fernando que han incorporado energías renovables, solar térmica y fotovoltaica; y las bonificaciones al máximo que permite la ley para los vehículos que consuman energías limpias.
La incorporación de iluminación LED, eólica y fotovoltaica en vías públicas y en edificios; la promoción de la construcción sostenible desde lo público en edificios emblemáticos y con trascendencia como la fachada del Museo Camarón o la próxima incorporación de materiales sostenibles el futuro edificio náutico; y el incremento de zonas verdes que reducen emisiones.
"Tradicionalmente los indicadores de consumo eran los que marcaban el desarrollo económico de una ciudad, y a más consumo energético, hídrico, emisiones, etc., más desarrollo económico e industrial tenía una ciudad. Ese ahora es un concepto que entendemos equivocado, que va en la línea contraria a la que nos debemos marcar. En ese sentido, en San Fernando el cambio de modelo productivo avanza en esa nueva línea, ya que en la ciudad hemos tenido en los últimos años un importante incremento de actividad y de generación económica sin que eso haya ido aparejado a un mayor consumo de recursos", defiende la alcaldesa.
Nuevo reto
El reto ahora es implementar las energías que vengan de fuentes renovables y en la autoeficiencia, "al tiempo que se trabaja con el objetivo de lograr una reducción del 55% de gases invernaderos en 2030". Por eso, se plantean medidas que pasan por el uso de autobuses híbridos, completar la iluminación de baja emisión o la prohibición de la compra de coches municipales que no sean híbridos o eléctricos, así como la incorporación en los pliegos de contratos municipales la obligación por parte de las empresas del uso de este tipo de vehículos salvo excepciones y por motivos técnicos.
"También se están dando ya pasos para el desarrollo de las supermanzanas y la recuperación de espacios para los peatones en el marco de la nueva movilidad, avanzando en la eliminación de vehículos del centro; y se trabaja ya en la red de aparcamientos tácticos sostenibles, digitales y autosuficientes", apunta.
Eso se traduce en la revisión de lo normativo, como la implantación local de la Agenda Urbana; el análisis del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para adecuación a las nuevas necesidades vinculadas al cambio de modelo energético; la ordenanza de movilidad; la elaboración del PACES (Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible); y la ordenanza de transformación energética.
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