"Hay que tener calma, esto es una carrera de fondo"
San Fernando | Estado de alerta por el coronavirus
La Isla guarda la distancia y encaja las indicaciones para prevenir el contagio
Isleños con guantes y mascarillas atraviesan la calle Real con premura mientras se dirigen a su casa después de hacer la compra. Hace apenas unos días la imagen -similar a las que se han podido ver en los informativos en esas ciudades del norte de Italia o en China en las que el virus de Wuhan iba ganando terreno de manera implacable- habría causado asombro e, incluso, algún que otro comentario irónico o escéptico. Ahora no. Es la nueva realidad que se ha instalado bruscamente, que ha obligado a frenar en seco a todo un país y que San Fernando encaja con aparente calma y normalidad. Aunque, eso sí, manteniendo un metro de distancia.
No hace falta insistir en la recomendación que recuerda la necesidad de dejar el suficiente espacio para evitar contagios. Aunque en las farmacias y otros locales comerciales se recuerde una y otra vez con distintos carteles: la gente cumple a rajatabla, nadie se salta las indicaciones.
En la primera jornada laboral del estado de alarma con sus medidas excepcionales y tercera del #yomequedoencasa San Fernando ha repetido esa imagen de calles prácticamente vacías y supermercados concurridos, aunque sin llegar a los extremos de la semana pasada.
"Hoy todo está muy tranquilo por aquí", dicen en el Mercado de San Antonio. Hay clientes, aunque no tantos con en la mañana del pasado sábado. "Los lunes siempre son más tranquilos, no hay pescadería", recuerdan. Todo discurre con la mayor normalidad que cabe experar dentro de una situación excepcional. Eso sí, la cafetería y su amplia terraza -siempre llenas de gente- están cerradas a cal y canto.
Pasado el mediodiía reina también la tranquilidad en las calles del Mercado Central, aunque los detallistas aseguran que la mañana "ha sido bastante movida". Lo están notando desde la semana pasada: "La gente está comprando mucho".
Raúl Serván, presidente de los detallistas del mercado Central insiste en la "normalidad" con la que, a pesar de todo, se están viviendo estos días. "Se están cumpliendo las indicaciones, la gente está guardando la distancia para prevenir contagios, los clientes están bastante concienciados", afirma. E insiste en lanzar un mensaje de tranquilidad: "No va a haber problemas de suministro ni desabastecimiento, la gente puede estar tranquila por eso", dice.
El polígono industrial de Fadricas, el principal en activo que existe en el término municipal isleño, apenas está a un 20% de su actividad. La mayoría de las empresas ha echado el cierre en cumplimiento de las medidas adoptadas por el estado de alarma. "Solo están trabajando las de alimentación, las gasolineras...", explica el gerente del polígono, José Ramón Arrocha. Algunas, además, trabajan a puerta cerrada y han reducido al mínimo tanto sus servicios como los trabajadores que tienen en activo. En las calles del polígono apenas se aprecia actividad.
En las farmacias no hay mascarillas, ni guantes ni gel hidroalcohólico desde hace más de una semana. "Pero no hemos parado en toda la mañana", afirma uno de los dependientes desde el mostrador que se ha habilitado en la puerta para minimizar el contacto. Las colas que arrastran estos establecimientos, al mantener el metro de distancia los clientes, son bien largas. También se han convertido en unos negocios especialmente concurridos en estos días de crisis.
Agentes de la Policía Local, en colaboración con la Policía Nacional, se han dedicado nuevamente a patrullar la ciudad para comprobar que la gente está cumpliendo con las indicaciones. Pero hoy parece que cuesta menos trabajo. "La gente lo tiene asumido", dicen. No ha habido incidencias, advierten. "Solo algún caso puntual". En todo caso, recomiendan, hay que mantener la calma: quedan muchos días de aislamiento por delante. "Esto es una carrera de fondo", avisan.
Por parte del Ayuntamiento, operarios de la concesionaria de parques y jardines comenzaron ayer las tareas de limpieza a fondo del mobiliario urbano, parques y zonas de juegos infantiles. Y lo mismo hicieron los operarios del servicio de limpieza con los contenedores.
Aunque la inactividado no fue total. En algunas obras, como las del Museo Camarón o como las del entorno del Ayuntamiento, siguieron trabajando. Según las explicaciones dadas por el equipo de gobierno, hasta nueva orden o instrucción estas obras pueden continuar su marcha siempre y cuando cumplan las medidas de seguridad estipuladas que se han aprobado.
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