San Fernando rinde homenaje a 30 años de leyenda: "Va por ti, Camarón"

San Fernando/"Va por ti, Camarón". Desde el escenario, Carmen Linares brindó un gesto de reconocimiento a la media luna flamenca que brillaba en el cielo de La Isla al recordar el legado de un "grandioso" cantaor "que nos ha dejado tanto".

Apenas unos instantes después, el público -multitudinario, llenó al completo la plaza aledaña del Castillo de San Romualdo- se rendía por completo a la dama del flamenco galardonada con el Princesa de Asturias, acompañada -primero- solo por Salvador Gutiérrez a la guitarra y Tino di Giraldo a la percusión y, luego, por el resto de músicos -Carlos Benavent, Jorge Pardo, Rubem Dantas- que formaron esa inigualable banda que reunió en San Fernando el 30 aniversario de la muerte del mito para versionar sus grandes temas bajo un lema con mucho duende -Soy gitano- y para poner música a esas inigualables voces que este sábado dieron las gracias al gran maestro desde el escenario.

La actuación de Carmen Linares fue uno de los grandes momentos que deparó una noche que desde el principio estuvo dispuesta a hacer antología con ese concierto homenaje en memoria de Camarón con el que desde el Ayuntamiento isleño se recordaba esa fecha del 2 de julio que San Fernando ha institucionalizado en memoria del cantaor que revolucionó el flamenco con La leyenda del tiempo.

Aunque hubo muchos más, claro. Cuando uno reúne en un mismo cartel a artistas así es lo que pasa. Y más aún si el motivo es rendir homenaje a ese Camarón que todos llevan muy dentro. Así, se vio en el escenario que miraba hacia al barrio de la Pastora a La Mari de Chambao cantando con Javier Ruibal la rumba Amor de conuco, con Juan Carmona a la guitarra y Antonio Lizana al saxo; a Lole Montoya dejando sin palabras al público con Un cuento para mi niño o Todo es de color; a Pedro El Granaíno recordando los fandangos de La vida es una ilusión o al isleño Jesús Castilla, que fue el encargado de abrir el telón cuando todavía el sol no se había puesto en el horizonte, con la Nana del caballo grande.

Se cantó por Camarón y a Camarón durante un espectáculo de dos horas que fue de la respetuosa liturgia flamenca al apasionado homenaje a -"ese Camarón nuestro" que diría Castilla al abrir la velada- y que, una vez más y 30 años después de su muerte, puso de manifiesto que el legado del cantaor está más vivo que nunca.

La cita, además, estuvo arropada por un numerosísimo público que llenó los asientos que había disponibles desde mucho antes de que empezara el concierto, que se sentó también por el césped para disfrutar del concierto y que hasta llegó a las proximidades de la plaza Sánchez de la Campa y la calle Augusto Miranda, donde algunos se apostaron para ver cómodamente las actuaciones que se sucedían en el escenario en una noche de sábado en la que el 30 aniversario invitó también a los isleños a echarse a la calle.

El Ayuntamiento, que otros años ha preferido ubicaciones más céntricas como la plaza de la Iglesia, optó esta vez por llevarse el acto del 2 de julio al entorno de ese escenario del verano que es el Castillo de San Romualdo. Y la cosa funcionó.

La familia de Camarón fue la encargada de tomar el escenario para cerrar el espectáculo con un animado final de fiesta que enarboló el legado del cantaor como bandera y en el que, claro está, no podían faltar ni La leyenda del tiempo ni Volando voy.