Semana Santa en San Fernando 2022: Horario e itinerario de la hermandad de la Expiración (Silencio)
Jueves Santo
La Virgen de la Esperanza lucirá su manto recién restaurado tras una delicada intervención que se ha llevado a cabo en los talleres de Cyrta
San Fernando/La del Silencio es una de las cofradías que se quedó también sin salir en 2019 y para las que la larga espera impuesta por la pandemia ha resultado aún más larga. Así que ese regreso a la noche del Jueves Santo que La Isla ha acariciado por tanto tiempo llega, irremediablemente, con más ganas que nunca. La elegancia cofrade que esta cofradía derrocha a su paso y el buen hacer que ha demostrado a lo largo de los últimos años se han convertido además en una seña inconfundible de esta jornada de la Semana Santa isleña.
Título
Real, Venerable y Franciscana Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza
Horarios
- Salida cruz de guía: 21:30 h.
- Salida último paso: 22:00 h.
- Entrada cruz de guía en Carrera Oficial: 01:00 h.
- Salida último paso de la Carrera Oficial: 02:00 h.
- Recogida cruz de guía: 02:30 h.
- Recogida paso: 03.00 h.
Itinerario
Salida de la parroquia castrense de San Francisco, Real, San José, Plaza de San José, Virgen de los Desamparados, Dolores, Pérez Galdós, Almirante Cervera, Real, La Herrán, Murillo, San Esteban, San Gaspar, Constructora Naval, Plaza Jesús de Medinaceli, González Hontoria, Rosario, Plaza de la Iglesia, Real, CARRERA OFICIAL, Real, Sánchez Cerquero, General Valdés, Alameda Moreno de Guerra, Real y a su templo.
Recomendaciones
La salida de la hermandad, su discurrir por San Esteban, San Gaspar y su regreso por la Alameda, ya en la madrugada del Viernes Santo.
Iconografía
En el primer paso aparece la imagen del Cristo de la Expiración, crucificado que está representado en el momento de exhalar su último aliento. En el segundo, una antigua dolorosa, María Santísima de la Esperanza, bajo palio.
Las imágenes
La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración es obra de José Tomás de Cirartegui y la dolorosa es una talla anónima fechada en el siglo XVIII. Ambas son dos auténticas joyas del patrimonio religioso isleño.
Un poco de historia
Esta hermandad se fundó en el año 1796 en la iglesia del hospicio de religiosos franciscanos que servía de parroquia castrense del Departamento, en torno a una efigie de Cristo crucificado que se veneraba en ella. Esta sagrada imagen había sido tallada por el artista guipuzcoano José Tomás de Cirartegui Saralegui, escultor del Arsenal de la Carraca. Recibía culto en dicho templo desde el año 1788, presidiendo el sermón de las Tres Horas de cada Viernes Santo y dedicándosele una solemne novena a partir del año 1792, hasta que sus fieles devotos decidieron formarle una cofradía. En dicho año de 1796 obtuvieron los permisos necesarios del Provincial de los franciscanos de Andalucía y del Obispo de Cádiz, el cual les aprobó sus primitivas constituciones.
Ya desde sus inicios, la hermandad exponía a la veneración pública un calvario formado por la talla del Señor, una dolorosa, san Juan Evangelista y la Magdalena. Ignoramos si estas otras imágenes también salieron de las manos de Cirartegui o de otros escultores del Arsenal; la del apóstol fue donada por Manuel de Caviedes, hacendado de origen montañés y miembro de la junta de gobierno. Los cultos anuales de la Cofradía consistían principalmente en una novena por cuaresma con sermón y canto del Miserere, el Sermón de las Tres Horas o de las Siete Palabras del Viernes Santo, una función en mayo en la fiesta de la Invención de la Santa Cruz y el ejercicio del vía crucis cada cuarto domingo de mes. La salida procesional se consideraba algo secundario, aunque llegó a efectuarla en 1797 y años sucesivos.
Desde su fundación la Hermandad estuvo integrada por ilustres miembros de la Real Armada, formando parte de sus juntas de gobierno renombrados, prestigiosos generales y jefes de los distintos cuerpos. Su primer prioste fue D. Pedro de Cárdenas y Blancardi, caballero sanjuanista y jefe de escuadra (empleo equivalente al actual de vicealmirante) de la Armada. Desde el año 1799, la corporación tuvo la posibilidad de lucrar las generosas indulgencias que le concedió el papa Pío VI.
Las principales dificultades que hubo de afrontar la Hermandad de la Expiración durante la centuria decimonónica fueron, como todas las cofradías, las de índole económico y, particularmente, las derivadas de la exclaustración de los religiosos franciscanos. La corporación quedó en suspenso durante varios años y encontró serias dificultades para su reorganización en San Francisco, principalmente por la oposición del clero castrense que había sustituido a los frailes, llegando a sopesar la posibilidad de un traslado a la Iglesia Mayor Parroquial.
A pesar de las dificultades del siglo XIX, la hermandad fue de las más regulares en su estación de penitencia y entró en una etapa de continuidad durante el último cuarto de esa centuria. Continuó así durante las primeras décadas del siglo XX, celebrando los cultos de regla y siempre procesionando el Jueves Santo. El rey Alfonso XIII le concedió el título de Real en 1918. Como otras cofradías isleñas, conoció años de renovación y auge en la década de los años 1920, coincidiendo con la dictadura primorriverista, pero esta situación favorable se cortó al proclamarse la Segunda República.
Tras una etapa de letargo que se prolongó durante la República y la guerra civil, fue renovada radicalmente en 1940, derogando las primitivas y más que centenarias reglas que estaban todavía vigentes, suprimiendo el calvario, modificando la advocación de la dolorosa por la de Nuestra Señora de la Esperanza, estrenando un paso de palio (1948), cambiando el color de los hábitos de los penitentes y adquiriendo el sobrenombre del «Silencio» por comenzar a procesionar con el alumbrado público apagado, inspirándose en los modelos de sobrias cofradías gaditanas y sevillanas.
Así, alternando etapas de esplendor y de languidez ha llegado hasta nuestros días. Ostenta el galardón de haber sido la primera cofradía de penitencia isleña presidida por una mujer. En 1996 conmemoró su bicentenario fundacional, tratando de diseñar y cumplir desde entonces un ilusionado programa renovador de vuelta a sus orígenes y a sus vínculos con la Armada y con la Orden Franciscana.
Estrenos
La imagen de María Santísima de la Esperanza volverá a lucir en todo su esplendor el manto bordado tras la intervención a la que ha sido sometido para su restauración en los talleres de la empresa especializada Cyrta. La pieza se expuso en el centro de congresos una vez terminados los trabajos pero esta vez será la primera vez en la que podrá verse en la calle. A eso se sumarán otras novedades como la terminación del bordado de las bambalinas interiores y la restauración y plateado de la candelería.
Cargadores
Sendas cuadrillas de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC) se encargan de portar los pasos del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza.
Música
El paso del crucificado procesiona solo con el acompañamiento de una capilla musical y la banda de músico Maestro Agripino Lozano (Cruz Roja) acompaña al paso de palio.
Curiosidades
La histórica vinculación de la hermandad con la Armada, patente en el cortejo con la presenecia de la escolta de alumnos guardiamarinas de la Escuela Naval. Recientemente, junto al altar de los titulares en la parroquia de San Francisco se expuso una maqueta a escala del Juan Sebastián Elcano, con una lámpara que permanece encendida mientras el navío navega.
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