Simulacros para preparar a los socorristas en la playa de Camposoto de San Fernando
Cruz Roja pone a prueba su operativo de la costa isleña al detectar durante una jornada cambios de condiciones en el mar
San Fernando/Dos conatos de rescate cerca de la orilla en la playa de Camposoto de San Fernando poner en alerta al servicio de socorrismo que presta Cruz Roja. Las condiciones del mar han cambiado y entran las dudas de si desde las torretas de vigilancia podrían detectar la situación de riesgo que algún bañista arrastrado por la corriente pudiera vivir en estas circunstancias. La puesta en práctica de un simulacro para analizar el operativo resulta decisiva.
Este escenario no es inventado, se vivió el martes en la playa isleña, tanto la preocupación por los usuarios como el desarrollo de una prueba para comprobar si los protocolos son correctos. "El responsable del servicio se percató de lo que estaba pasando y se decidió poner en marcha un simulacro. Es algo habitual. De hecho, se suele hacer uno a la semana”, explica el coordinador de Playas de Cruz Roja, José Antonio Rodríguez Santana.
Aunque los estándares de calidad exigen dos de estos test al mes, la entidad opta por ir más allá, al considerar que esto beneficia a su plantilla. "Con la rotación de la plantilla hacemos que todos tengan que afrontar estas situaciones para que llegado el momento estén preparados", expone. Esto ayuda a que en la realidad se puedan desarrollar este tipo de actuaciones de manera automática e incluso a rebajar el estrés que se produce al atender un rescate. "Para eso se debe ejercitar de manera continua", insiste.
El martes se tomó la decisión en la playa de Camposoto de poner en práctica un simulacro. Dos compañeros se lanzaron al agua y se dejaron arrastrar mar adentro por la corriente. De hecho algunos testigos han detallado en redes sociales que estaban situados cerca de la línea de boyas. Uno levanta las manos y comienza a hacer señales. "El torreta se percató y activó el protocolo, salió corriendo hacia el agua y nadó hasta estas dos personas. Llegó prácticamente a la vez que la moto náutica", detalla Santana. El socorrista no sabía nada, desvela.
"Fue muy llamativo, despertó la curiosidad de la gente", apunta. Es cierto. En redes sociales algunas personas se hacían eco del rescate, en el último acceso de la playa, sin saber que realmente no era un suceso real, pero admiradas de la rapidez con la que se había dado respuesta. Los tiempos de reacción son una de las cuestiones fundamentales en un rescate, y por eso deben comprobarse de manera continuada que se cumplen, si los protocolos son correctos, para en caso contrario establecer nuevas formas de intervención.
Camposoto es una playa tranquila, como las de Chiclana en la que también prestamos servicio”, expone el responsable de Playas de Cruz Roja. Eso no es óbice para olvidar que se trata de un espacio natural donde las condiciones cambian "y hay que estar preparados". También los usuarios deben obedecer las indicaciones que se den, "unos lo cumplen, otros no". "Me gustaría pensar que la gente cumple, que es responsables. Nos falta cultura de la prevención", asume.
Este año más personas se ocupan del servicio de vigilancia y salvamento, que está en manos de Cruz Roja, al haber una dotación diaria fija de 17 personas de lunes a domingo, lo que supone dos socorristas más que antes en tierra). En concreto son 10 socorristas en tierra, un conductor, dos socorristas para la moto de agua, un patrón de embarcación semirrígida, un operador de transmisiones y un jefe de playa.. Un buggy, un todoterreno 4x4, cinco torres de vigilancia, cinco socorristas en patrullas dinámicas y un centro de coordinación completan el servicio.
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