Teatro comprometido

Upace estrena en Las Cortes la obra 'Un mundo diferente'. La propuesta de teatro negro ha sido creada por los usuarios, que también son los actores.

La actriz principal, al inicio de la obra, antes de comenzar el teatro negro.
La actriz principal, al inicio de la obra, antes de comenzar el teatro negro.
Amaya Lanceta San Fernando

11 de marzo 2016 - 01:00

La Unión de Parálisis Cerebral (Upace) de San Fernando vio ayer recompensados dos años de duro trabajo con el estreno en el Teatro de Las Cortes de la obra Un mundo diferente, que cosechó un éxito rotundo entre un público entregado. Sus aplausos -que se sucedieron a lo largo de la escenificación-, pero sobre todo sus risas y la atención que mostraron durante el montaje fueron prueba evidente de la sintonía que se produjo entre los actores y su propuesta y los espectadores que llenaban el patio de butacas, además de la platea, la zona principal y la conocida como anfiteatro.

Unos 23 usuarios de la entidad formaban parte del elenco de la obra, protagonizada por Pepa Cerezo, en el papel de Lola, una profesora con discapacidad que recapacita sobre la sociedad actual. Se escucha entonces cómo sus vecinos de abajo hablan de lo publicado en el diario: una mujer se suicida por no poder pagar la hipoteca. Eso les hace criticar a los bancos y a las administraciones y sus recortes. La mujer suma a eso el problema de las barreras arquitectónicas para las personas con discapacidad. "El problema no es ese, sino concienciar a los que las ponen", advierte. A partir de entonces la escena se transforma y Lola da riendas a su imaginación, a los valores que considera deben imperar.

"Mezclamos distintas técnicas, primero el teatro real, luego el teatro negro", explicaba momentos antes del inicio el director de la obra, Raúl López de Palacio, que más tarde saldría para dirigir a la orquesta de Upace, un grupo también de usuarios que hicieron sonar siguiendo el ritmo de la música los distintos instrumentos que se le habían asignado, de percusión, acompañados por el músico Alberto Domínguez. Sería en el momento en que Lola se dispone a contar un cuento.

Durante toda la obra en la que interactúan usuarios y voluntarios -unos 25, más todos los implicados en las cuestiones técnicas del montaje- una serie de personajes -príncipes, princesa, hadas, damas, nobles, robots o piezas de ajedrez- toman vida para desarrollar el argumento de la obra. "En el taller de lectoescritura de la residencia no estaban motivados y hablábamos de temas actuales. Querían tratar temas de denuncia social, de rechazo a la discapacidad, pero descubrieron que las noticias eran negativas, muchas de corrupción, y estuvieron de acuerdo en montar una obra donde se manejaran estos asuntos. Al final de la obra hay un mensaje al público", comenta Raúl. Ayer en Las Cortes fue el estreno. Pero habrá más oportunidades de disfrutar de ella.

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