Abre Neurorrehabilitación en el hospital de San Carlos: una planta para empezar de nuevo

La nueva unidad se ha puesto en marcha en San Fernando tras una inversión de 1,3 millones que ha permitido remodelar la sexta planta

Trata a pacientes de toda la provincia de Cádiz y de Ceuta

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Una de las dos salas de fisioterapia con las que cuenta la planta de Neurorrehabilitación del hospital de San Carlos, en San Fernando.
Una de las dos salas de fisioterapia con las que cuenta la planta de Neurorrehabilitación del hospital de San Carlos, en San Fernando. / Jesús Marín
Arturo Rivera Barrera

05 de noviembre 2023 - 06:00

San Fernando/La sexta del hospital de San Carlos no es una planta al uso. Y no lo es en muchos sentidos. Sobre todo porque aquí los pacientes aprenden de nuevo a vivir después de que la vida les haya cambiado por completo. En la nueva Unidad de Neurorrehabilitación que se ha puesto en marcha hace pocas semanas en San Fernando médicos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y auxiliares ponen el alma en ello.

No hay muchos hospitales que cuenten con una unidad de neurorrehabilitación en España. Y menos aún con ese enfoque integral que se ha puesto en marcha en San Carlos. La planta sexta del centro sanitario isleño –que depende del hospital Puerta del Mar– se ha transformado al completo con una inversión de 1,3 millones de euros que ha dado forma definitivamente a un proyecto del que se venía hablando desde que estas instalaciones pasaran a manos del Servicio Andaluz de Salud.

La planta, tras las obras de remodelación y la instalación de los equipos, empezó a funcionar de manera progresiva después de verano para tratar a pacientes con lesiones medulares o con daño cerebral (por traumatismo craneoencefálico o por ictus, en la mayoría de los casos). Algo que, ciertamente, en el hospital de San Fernando se venía haciendo desde la pandemia –el servicio se trasladó ante las necesidades del Puerta del Mar en plena emergencia sanitaria– pero que ahora se vale del mejor recurso que pueda tener: un espacio especialmente diseñado, adecuado y dotado para estos pacientes que precisan de un largo periodo de ingreso y de un abordaje integral para su capacitación antes de volver a casa.

Con habitaciones especialmente diseñadas para ellos, baños adaptados, armarios y otras soluciones accesibles a su alcance. Disponen incluso de una cocina adaptada para que aprendan a desenvolverse a su regreso en las labores más cotidianas del hogar. Y con las consultas, enfermería, las salas de rehabilitación, la terapia ocupacional, el logopeda... Todo está en el mismo sitio y todo a su alcance, lo que favorece a su vez ese enfoque integral del equipo que trabaja con ellos.

Nueva Unidad de Neurorrehabilitación en el hospital de San Carlos en San Fernando.
Nueva Unidad de Neurorrehabilitación en el hospital de San Carlos en San Fernando. / Jesús Marín

El espíritu con el que trabaja la unidad existía antes, claro, pero ahora tiene la mejor herramienta: el espacio que les permite llevar a la práctica ese enfoque. Supone un salto cualitativo sin precedentes.

Y eso, tan sencillo, es la clave de todo esto. "La filosofía de la planta es unificar en una misma ubicación todo, no solo al paciente ingresado que necesita la rehabilitación sino también las distintas terapias que tienen que hacer", explican Rogelio del Pino Algarraba y Nieves Reyes Delgado, jefe de servicio y supervisora de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros-Interniveles de Medicina Física y Rehabilitación.

La prioridad, a la hora de hacer las obras, ha sido apostar "por un diseño arquitectónico que facilite la integración del paciente y la terapia intensiva y multidisciplinar que necesitan". Así que frente a soluciones sin duda más costosas, se ha optado por lo más sencillo, que es también lo que mejores resultados suele dar: una planta pensada específicamente y desde el primer momento para estos pacientes con lesiones medulares o daño cerebral, pendiente de sus necesidades y de encajar con facilidad ese abordaje médico que precisan. Y por extraño que pueda parecer, ese concepto no existe apenas en los hospitales.

El hecho de disponer de un baño adaptado, de una habitación especialmente diseñada en la que, por ejemplo, el paciente puede acceder al armario para coger su ropa y vestirse desde su silla de ruedas (la barra del perchero es abatible) implica que desde el primer momento está afrontando su rehabilitación, aprendiendo a manejarse para cuando salgan del hospital y vuelvan a casa. "El shock es tremendo siempre en estos casos", advierte el doctor Rogelio del Pino. Así, se consigue que el impacto sea menor tras su paso por el hospital. Pero además se les muestra el camino: las distintas soluciones que existen para adaptar su vivienda y cómo manejarlas.

El doctor Rogelio del Pino, jefe de la unidad, y la supervisora Nieves Reyes.
El doctor Rogelio del Pino, jefe de la unidad, y la supervisora Nieves Reyes. / Jesús Marín

"La planta en sí es terapéutica, desde el diseño de la habitación, el cuarto de baño adaptado... La terapia para convertirse en una persona autónoma comienza en la propia habitación", explica el responsable médico. Allí, de hecho, es donde el terapeuta ocupacional empieza ya a trabajar con ellos desde el primer día: "Les enseña a vestirse de manera autónoma, a utilizar el cuarto de baño...".

Porque el objetivo de la rehabilitación –precisa– es siempre que el paciente sea lo más autónomo posible en función del alcance de la lesión que tenga, que llegue al máximo que pueda, que recupere todo lo recuperable y que aprenda a manejarse en el día a día.

Esa es la finalidad de la planta en sí. También, claro, se trabaja con los familiares. "Otro objetivo nuestro es enseñar al cuidador en los casos en los que esos pacientes no pueden ser autónomos en su totalidad. Se identifica al cuidador principal y se le enseña cómo manejar al paciente", explica también la supervisora Nieves Reyes.

El origen de todo este enfoque está en la Unidad de Lesionados Medulares del hospital Puerta del Mar, que es una de las 9 que existen en España y de las 3 que hay en Andalucía junto a las existentes en Sevilla y Granada. Desde hace años es una unidad de referencia para toda la provincia de Cádiz y Ceuta.

Introducir el baño adaptado en las habitaciones de los pacientes ha sido una de las claves en la planta de Neurorrehabilitación que ha abierto sus puertas en el hospital de San Carlos en San Fernando.
Introducir el baño adaptado en las habitaciones de los pacientes ha sido una de las claves en la planta de Neurorrehabilitación que ha abierto sus puertas en el hospital de San Carlos en San Fernando. / Jesús Marín

Se trata de pacientes que necesitan varios meses de ingreso. Sin embargo, la fase aguda normalmente se supera en las primeras 6 semanas. Luego, una vez estabilizados, no necesitan esos cuidados médicos propios de una unidad de agudos pero sí trabajar su rehabilitación para capacitarlos antes de salir del hospital y de volver a casa. Con la incorporación del hospital de San Carlos a la red sanitaria andaluza, surgió la oportunidad: la posibilidad de crear la Unidad de Neurorrehabilitación y, a su vez, de ampliar también el perfil de los pacientes: no solo ya se trataba de lesionados medulares sino también de personas con daño cerebral.

"Nos hicieron una primera propuesta en el año 2015 y, luego, en el 2017 se retomó la idea para montar una Unidad de Neurorrehabilitación que amplía ese concepto de Unidad de Lesionados Medulares a otras patologías como el daño cerebral ya sea por un ictus o por un traumatismo craneoencefálico", explica el responsable médico del servicio.

Así que, que esos pacientes con lesiones medulares y otros con daño cerebral, una vez superada la fase aguda en Puerta del Mar, pasan a San Carlos para completar su tratamiento. "Aquí ingresa gente de toda la provincia y de Ceuta", apunta el doctor Rogelio del Pino. Y no solo se trabaja con los pacientes ingresados. Hay también una parte ambulatoria para aquellas personas a las que ya les han dado el alta pero tienen que seguir recibiendo una o varias sesiones de terapia para afrontar su recuperación.

Aunque es relativo porque siempre depende de lo que requiere cada caso, el tiempo medio de ingreso en el hospital de La Isla oscila entre los 70 y los 90 días. De ahí también el enfoque que se ha dado al diseño de la sexta planta, pensando también en que los pacientes van a vivir aquí durante un periodo de tiempo largo. El criterio de "humanización" ha estado presente incluso a la hora de elegir las vistas de las habitaciones, para que puedan contemplar la Bahía.

La planta de Neurorrehabilitación dispone también de una cocina adaptada al objeto de que los usuarios aprendan a desenvolverse en las labores cotidianas del hogar cuando vuelvan a su casa.
La planta de Neurorrehabilitación dispone también de una cocina adaptada al objeto de que los usuarios aprendan a desenvolverse en las labores cotidianas del hogar cuando vuelvan a su casa. / Jesús Marín

La Unidad de Neurorrehabilitación atiende entre 50 y 60 pacientes ingresados al año, de los cuales en torno a 20 son lesionados medulares. El perfil de estos últimos, de hecho, ha cambiado con el paso de los años. Antes, la inmensa mayoría procedían de accidentes de tráfico. Ahora que la siniestralidad en las carreteras ha disminuido considerablemente, ingresan menos por esta causa. También hay pacientes que llegan por accidentes laborales y casos degenerativos.

"Tratamos a pacientes con lesión medular de todos los niveles excepto aquellos que necesitan marcapasos diafragmático. Ese nivel, que es que es muy alto, se necesita trasladar a la unidad de referencia, que en nuestro caso sería la Unidad de Medulares de Sevilla o el Hospital Nacional de Parapléjicos", matiza el jefe de servicio.

Y a ellos, con la apertura de la Unidad de Neurorrehabilitación, se suma también el tratamiento de pacientes con daño cerebral, que normalmente han sufrido un ictus o un traumatismo craneoencefálico. "Contar con las instalaciones nos permitió ampliar este concepto", señala.

Estos pacientes –explica el rehabilitador– necesitan una terapia intensiva de varias horas de duración y a ser posible, si su estado lo permite, de mañana y de tarde. De ahí que precisen estar ingresados durante tanto tiempo.

La Unidad de Neurorrehabilitación contará también con un circuito en el exterior del hospital de San Carlos para que los pacientes aprendan a desenvolverse con la silla de ruedas. Se ubicará junto al nuevo edificio técnico que se ha levantado en el recinto (en la imagen).
La Unidad de Neurorrehabilitación contará también con un circuito en el exterior del hospital de San Carlos para que los pacientes aprendan a desenvolverse con la silla de ruedas. Se ubicará junto al nuevo edificio técnico que se ha levantado en el recinto (en la imagen). / Jesús Marín

El equipo –formado por médicos especialistas en rehabilitación, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, enfermería de planta, auxiliares y demás personal– está integrado por más de 40 profesionales en San Carlos, que ascienden a 160 en toda la unidad incluyendo Puerta del Mar, Puerto Real y atención primaria.

"Durante el ingreso se hace un abordaje de estos pacientes con todos esos enfoques distintos. Cada profesional le dedica su tiempo hasta que el paciente consigue la recuperación: aprenden a vestirse, a utilizar un cuarto de baño adaptado, una cocina adaptada, a usar correctamente la silla de ruedas... En definitiva, adaptarlo a su vida, pero eso requiere una intensidad en la terapia: intensidad de la fisioterapia pero también de la terapia ocupacional, logopedia, enfermería..".

Así que cada paciente, en función de lo que necesite, tiene cada día su propia agenda: fisio por la mañana y por la tarde, luego terapia ocupacional, talleres con el logopeda...

Y el diseño arquitectónico de la planta facilita eso: en un ala, las habitaciones de los pacientes y en otra las salas para la fisioterapia –hay dos, una para los lesionados medulares, que funciona durante todo el día, y otra para los pacientes con daño cerebral– la sala para los ejercicios de terapia ocupacional, el logopeda...

Sistema de suspensión para la marcha que aprovecha la longitud del pasillo en la planta de Neurorrehabilitación del hospital de San Carlos en San Fernando.
Sistema de suspensión para la marcha que aprovecha la longitud del pasillo en la planta de Neurorrehabilitación del hospital de San Carlos en San Fernando. / Jesús Marín

Y hasta una cocina adaptada para que aprendan a manejarse en este espacio cuando estén de nuevo en casa y una sala de estar –adaptada, claro– en la que echan también muchas horas. "Eso facilita su integración social", explican el doctor Rogelio del Pino y la supervisora de enfermería Nieves Reyes. Hay pacientes que han pedido ya que les lleven directamente las bandejas de comida allí, así que en este espacio –todavía pendiente de equiparse en su totalidad– pasan el tiempo libre y conviven cuando no tienen terapia.

La "tecnología clave" de la unidad pasa también por este diseño: la sala en la que el equipo al completo, todos los terapeutas, evalúan los casos y toman las decisiones oportunas. "Es el centro neurálgico de la planta", afirma el responsable médico de la unidad.

Dos proyectos completarán además en breve el funcionamiento de esta planta de neurorrehabilitación del hospital de San Carlos. El primero de ellos será un circuito –dotado de pavimentos con distintas texturas, rampas, etc...– en el que los pacientes aprenderán a manejar la silla de ruedas y que se construirá en el exterior justo al lado del nuevo edificio técnico que se ha levantado en el recinto hospitalario. Y el segundo, que ya se está habilitando en la segunda planta, un laboratorio de análisis del movimiento.

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