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Entre actas y losas sueltas

El tranvía regresa con fuerza al debate político a raíz del preocupante deterioro de la calle Real pero el proyecto solo causa hastío entre los isleños

Losas rotas de la calle Real, en una fotografía tomada en el pasado mes de noviembre.
Arturo Rivera San Fernando

02 de febrero 2014 - 01:00

Cuando en mayo de 2015 se celebren las próximas elecciones municipales las obras del tren-tranvía metropolitano de la Bahía estarán cerca de cumplir siete años y hará más de una década del debate suscitado en torno al controvertido proyecto y a su trazado por la céntrica calle Real. Pero el tranvía seguirá siendo uno de los temas que marcará la agenda electoral, como hizo ya en 2007.

El lamentable estado de la calle Real -las innumerables losas rotas cuando ni siquiera se han recepcionado las obras y cuando las primeras unidades del tren-tranvía están todavía en fase de pruebas para su homologación en líneas ferroviarias del norte de España- ha empujado con fuerza de nuevo el proyecto hacia la escena política. El enfrentamiento entre PP y PSOE que deparó el pleno del pasado viernes dio buena cuenta de ello. Pero la situación ha cambiado. Lejos de dividir en dos a la ciudadanía -como ocurrió en 2007- el tranvía, y sus múltiples achaques y complicaciones, se han ganado a pulso el escepticismo de prácticamente todos los isleños. Hasta los que en su día fueron sus más firmes defensores no tienen reparo a la hora de mostrar sus dudas en torno a la obra. Y no les falta razón. Una cosa es el proyecto, tal y como se planteó en un primer momento, con sus 18 meses de plazo de ejecución de unos trabajos que iban a hacerse por fases, con su plan de tráfico alternativo y sus actuaciones complementarias. Y otra bien distinta es cómo se ha llevado a cabo dicho proyecto, que a los isleños les resulta interminable, y el resultado de una calle Real llena de adoquines sueltos y de un mobiliario penoso.

El PP -que ya ha dicho por activa y por pasiva que ni en broma piensa recepcionar la calle Real en ese estado- sabe de ese hastío que causa el tranvía entre la población y está dispuesto a utilizarlo mientras espera que pasen los años y el proyecto caiga por su propio peso (o eso piensa). Pero el PSOE, por otro lado, sabe poner el dedo en la llaga al advertir que los retrasos y problemas del tranvía no justifican en ningún caso el desmesurado tránsito de vehículos que soporta la calle Real y la absoluta falta de control sobre el tráfico rodado que existe sobre una vía que se convirtió en peatonal por expreso deseo del Ayuntamiento. Tanto coche -y especialmente tanto vehículo pesado- no hace sino empeorar notablemente el estado de la solería, que los socialistas achacan al uso indebido de la calle que el PP ha promocionado desde que llegó a la Alcaldía y procuró meter una línea del autobús urbano por el centro.

Los populares han intentado descargar en exclusiva la responsabilidad de los problemas que tiene la calle Real a la Junta de Andalucía, promotora de la actuación. Pero los socialistas no han dudado en recordar su implicación en el proyecto y en airear las actas de las diversas reuniones que ambas administraciones mantuvieron entre septiembre y octubre de 2008, cuando la obra daba sus primeros pasos, cuando se escogió la solería y cuando a petición expresa del Ayuntamiento se modificó el proyecto para eliminar el acerado en favor de una única plataforma peatonal que fuera de un extremo a otro de la calle. Era el PA el que llevaba la voz cantante pero los populares formaban también parte del Gobierno municipal e incluso estaban al frente de la Gerencia de Urbanismo. Asistieron a todas estas reuniones, como consta en las actas que el PSOE ha sacado a la luz y que incluso susbribe Daniel Nieto como delegado de Transportes, el mismo edil -portavoz del PP- que ahora descarta igualarse a la Junta en la búsqueda de soluciones porque sería, en sus palabras, "igualarse en responsabilidades".

"La dirección de obra entrega el aparejo diseñado de acuerdo a las últimas prescripciones dadas por el Ayuntamiento, indicando que es para tráfico peatonal según el informe emitido al efecto sobre la dimensión de las losas permitidas. Se confirma que es para tráfico peatonal, para carga y descarga con peso limitado a 3.500 kilos y residentes", sostiene el acta de la reunión que la comisión de seguimiento de las obras celebró en las dependencias de Alcaldía el 16 de octubre de 2008. Fue el encuentro en el que se eligieron las losas de granito rosa que tanto han dado que hablar luego y en el que se descartó la diferenciación con adoquines inicialmente propuesta por la Junta. Por parte del Ayuntamiento, además de diverso personal técnico, estaban presentes los concejales Manuel Prado y Daniel Nieto.

Lo cierto es que el estado de la calle Real demanda un solución consensuada por parte de ambas administraciones, una revisión de la ejecución de la obra para garantizar su correcto mantenimiento y un compromiso para mantener el tráfico rodado dentro de unos límites que hace tiempo que no se vienen respetando. Pero ese consenso, con las elecciones a 16 meses vista, se adivina complicado.

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