El adiós del ferry 'Albayzín', hito de la construcción naval en la antigua Bazán en San Fernando
Los astilleros de La Carraca alumbraron en 1994 este ferry rápido, el primero en aluminio construido en España que ahora pasa por el desguace
Tecnología de vanguardia, pero con la memoria de un gigante de la industria naval
Por donde pasa el futuro de Navantia
San Fernando/El Albayzín deja de existir. El primer ferry rápido de aluminio que se construyó en España desaparece, en el desguace, después de años amarrado y sin actividad en Argentina. Este hito de la construcción naval de la antigua Bazán en San Fernando dice adiós, no sin antes traer al presente recuerdos de los 90, ahora que vuelve a hablarse de novedades tecnológicas en la fabricación de buques. Para los astilleros de La Carraca fue entonces "una auténtica revolución".
Son palabras de Luis Calderón, trabajador de esta compañía desde hace más de 30 años que hace unos días presentaba –junto a Luis Carlos Gallardo– los resultados de un programa de conservación de patrimonio histórico que se ha puesto en marcha en Navantia Sistemas. Este empleado vivió los cambios que conllevó en la factoría isleña la incorporación de la construcción civil, frente a una historia entera dedicada a buques militares, y por supuesto el encargo de la construcción de tres buques rápidos de aluminio, cuyo prototipo fue el Albayzín, a los que siguieron otras dos series más avanzadas.
Se trataba del primero de la serie Mestral, al que seguirían el Alcántara y el Almudaina. Fue un encargo de la compañía Transmediterránea, aunque de los astilleros isleños salió ya en manos de Buquebús que lo fleta a Sea Shuttle para operar en aguas de Nueva Zelanda. Se incorpora a la línea Argentina-Uruguay , e incluso realiza rutas por aguas del Norte de Europa durante el verano de 1996 (previo paso por Bazán para unas modificaciones) y luego inicia la ruta entre Algeciras y Ceuta para cruzar el Campo de Gibraltar, con un primer viaje el 1 de octubre de 1997. En 1998 queda registrado en Montevideo para hacer la ruta del Río de la Plata. En su número 740 la revista Ingeniería Naval lo denomina el viajero de los tres ferries por ser el que más rutas cubrió.
Era un ferry de monocasco de aluminio con forma de 'v' profunda y planta de propulsión diesel. De 95 metros de eslora y 14,60 metros de manga tenía capacidad para 450 pasajeros, 84 turismos y 11 autocaravanas en una única cubierta garaje. Contaba con hasta 382 asientos de clase turista en popa y 68 para primera clase, distribuidos en dos cubiertas distintas de acomodación, cada una con bar cafetería. Podría alcanzar una velocidad de 36 nudos.
Su construcción supuso, como bien apunta Calderón, una revolución para la empresa y sus trabajadores, desde los departamentos de ingeniería hasta los talleres de operarios. "Fue un cambio radical. Una modificación de los procesos de trabajo. Y un hito tecnológico de ingeniería", rememora este trabajador. Este encargo trajo consigo la remodelación de las instalaciones, la dotación de nuevos equipamientos tecnológicos y una profunda formación de la plantilla. “Lo que conocemos como el taller de anillos se construyó entonces”, apunta. Una nave para el armado de más de 4.000 metros cuadrados y una plataforma de trabajo a tres alturas.
"El principal cambio fue porque pasábamos de hacer cascos de hierro a trabajar el aluminio. Había pocos operarios que lo trabajaran, armadores, soldadores y chapistas especialistas en este material que se centraban en la superestructura, la parte de arriba que sí tenía aluminio, pero la mayoría no. Se formó al personal a todos los niveles", explica Luis Calderón.
Fue una transformación profunda en la técnica de soldadura, asegura, porque el comportamiento de cada uno de estos materiales era totalmente distinto. El hierro era fácil de cortar con el soplete, y los operarios albergaban gran experiencia en ello. De máquinas de soldadura de electrodo revestido se pasa a soldadura semiautomática, expone. El aluminio es más delicado, tiene que estar bien preparado, limpio, y necesita un análisis, porque hay distintas gamas de componentes que le dan distintas cualidades.
A eso se suma el hito tecnológico que consiguió ingeniería. "Se aprovechó el conocimiento de años en la construcción de barcos militares para aplicarlo en el campo civil, en el que el astillero se adentraba", destaca. Fue el inicio de la construcción naval integrada en la antigua Bazán que supone la fabricar de bloques que ya están casi terminados para posteriormente proceder a su montaje. Eso implicaba también un trabajo importante de ingeniería y por tanto el manejo de nuevos programas de diseño.
Después de la construcción de dos ferries más de esta serie, el astillero afronta una serie más avanzada, Alhambra, con el Silvia Ana L como exponente, una versión gigante del Albayzín. La tercera serie, Serval, con distintas modificaciones tendrá un tamaño intermedio.
El primer anillo del Albayzín, se puso en grada en marzo de 1994 y la botadura data del 23 de julio de ese año, amadrinado con Dolores Montoya, viuda de José Monje Cruz, Camarón de La Isla. Se hace entrega de este buque rápido de aluminio el 30 de octubre.
Estuvo en activo hasta hace unos años, para quedar abandonado y amarrado en Argentina. En octubre del año pasado es remolcado a Colonia de Sacramento donde se le retira el motor y otros repuestos para ser usados en el Silvia Ana L. Después siguió hasta Montevideo donde, según publica la web puentedemando.com, ha estado varado en instalaciones en Fewell, en Punta Sayago, en el puerto de la capital uruguaya, y ya se ha procedido con los primeros trabajos de desguace.
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