Andrés Calamaro recala en Bahía Sound con su tributo a los 25 años de 'Honestidad brutal'
El concierto, incluido en la gira Agenda 1999, estrena el escenario de las grandes ocasiones en el festival isleño
Búscate en el concierto de Andrés Calamaro en el Bahía Sound de San Fernando
San Fernando/Antes de hacer su aparición en el escenario de Bahía Sound, el argentino pasó por la Venta de Vargas para rendir honores. Y de allí salió diciendo que era "posiblemente, el centro del mundo" y "el kilómetro cero del flamenco y el arte".
Luego lo repetiría durante el concierto para deleite de sus entregadísimos fans locales en una de esas escasas intervenciones -apenas hizo un par de ellas- que concedió entre tema y tema más allá de escuetos comentarios. Porque Calamaro fue más bien parco en palabras. Lo suyo era cantar, sin duda. Y a ese oficio que sabe bien se dedicó a fondo acompañado de los suyos, una canción tras otra sin pausa durante hora y media de concierto. Al artista se le vio concentradísimo en la faena, que ejecutó con la maestría de un diestro veterano y ducho ya en estos ruedos. Y valga el símil taurino para un espectáculo que el porteño culminó entre aplausos mientras emulaba el lance de la verónica al ritmo de un pasodoble.
Desde luego, salvando las distancias, hay cierto paralelismo entre el coso y el escenario. Y Andrés Calamaro, cual maestro que ha triunfado ya en todas las plazas a los dos lados del Atlántico, se plantó en La Isla con su Agenda 1999, que es el nombre que ha dado a la gira con la que rinde tributo a uno de los álbumes clave de su discografía: el clásico Honestidad Brutal. Hay quien lo considera su mejor disco e, incluso, uno de los trabajos que merecerían ser recogidos entre la menciones especiales de la historia del rock, pero eso se lo dejamos a los eruditos en la materia. Lo que está claro es que para el artista -prolífico autor donde los haya- significa mucho cuando se atreve a ir de ciudad en ciudad cantando los temas de un disco que sacó hace 25 años. O tal vez está en esa edad o en ese sitio en el que, simplemente, uno tiene la suerte y la facultad de hacer lo que le apetece.
1999 fue, desde luego, un gran año para la música española, que coronaba entonces una década de ingenio, creatividad y de temazos que hicieron historia en el panorama del pop y del rock antes de afrontar el cambio de siglo, no se sabe si para bien o para mal. Y en esos años, evidentemente, tuvo mucho que ver ese Andrés Calamaro que volvía a cantar en solitario tras su paso por Los Rodríguez y el tremendo éxito de Sin documentos.
El artista se plantó puntualmente a las 22.00 horas en el escenario de San Fernando con El día de la mujer mundial. Y la verdad es que sorprendió ver el auditorio de Bahía Sound con todas sus sillas perfectamente colocadas y alineadas para un concierto de rock, pero lo cierto es que el público no tardaría en ponerse en pie vitorenado a Calamaro. Lo hizo antes incluso de que terminaran los temas de los que Calamaro se sirvio para introducir el show, que calentó motores con Cuando no estás y Cuando te conocí.
Esa fue en realidad la tónica de esta velada en la que también Bahía Sur estrenaba el escenario de las grandes ocasiones, aunque el festival arrancara en la semana anterior en el beach club. El repertorio se centró casi en exclusiva en los temas de Honestidad Brutal, unos más conocidos y otros menos. Para los fieles de Calamaro que acudieron a la cita, desde luego, se convirtió en un concierto de culto en el que se sucedieron en el escenario Eclipsado, Con abuelo, Las heridas...
Calamaro habló también desde el escenario de ese prometedor domingo "que tiene tanto que ofrecer" y que aguardaba al cabo de unas horas, con la final de tenis de Wimbledon, el final de fiesta de los Sanfermines, con la final de la Eurocopa "contra la pérfida Albión" y hasta la de la Copa de América... El contexto deportivo, además de animar al personal, le sirvió al argentino para introducir el divertido tema dedicado al "semidiós" Maradona, que puso a la gente a bailar llegado el ecuador del concierto "a la espera de que sea un gran día en las dos orillas".
Le seguirían luego más temas de Honestidad Brutal, como No tan Buenos Aires y Te quiero igual así como otros como Cuando no estás (del álbum Bohemio) o Tuyo siempre (de El Salmón) hasta llegar -no podían faltar- a temas como Flaca o Paloma, que hicieron vibrar al público en el momento culminante del concierto antes de que Calamaro se despidera a lo grande de la afición con Crímenes perfectos y Los chicos.
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