Diez años de la Ronda
Fue una actuación que transformó la movilidad en La Isla: cuatro carriles y cuatro kilómetros de longitud entre Gallineras y Constitución hasta la Venta de Vargas. Ahora cumple una década
Miles de vehículos transitan por ella a diario para atravesar la ciudad por su extremo sureste. Cómoda, funcional, eficiente, rápida... La Ronda del Estero, con más de cuatro kilómetros de longitud que discurren entre el puerto de Gallineras y el nudo de la Venta de Vargas, ha sido una de las obras más acertadas de todas las que se han llevado a cabo en La Isla desde los años 90. Ahora acaba de cumplir diez años. Y su rentabilidad queda fuera de toda duda. También la forma en la que ha cambiado a La Isla y los hábitos de los isleños.
La Ronda es, quizás, el ejemplo más palpable para los ciudadanos de los beneficios que arrastra la ejecución de estas grandes infraestructuras en su día a día. Por no decir también el único junto al soterramiento de la vía del tren y a la construcción de la estación de Bahía Sur. Porque los efectos positivos que ha supuesto la apertura de esta vía de cuatro carriles en todo este tiempo tienen una doble lectura al poner también de manifiesto las enormes carencias que lastra la ciudad en materia de comunicaciones. De hecho, hay proyectos como el del enlace de la CA-33 con Fadricas y la avenida Cayetano Roldán que se remontan a las mismas fechas en las que empezó a plantearse la ejecución de la Ronda y que todavía no han conseguido salir adelante, ni siquiera figurando varios años consecutivos en los Presupuestos Generales del Estado con nombre y apellidos.
Aunque peor suerte han corrido en todo este tiempo otras actuaciones como la carretera entre La Carraca y Tres Caminos, que tras dos décadas de reivindicaciones sigue estando en el aire, ni dispone de proyecto e incluso se cuestiona su viabilidad. O la llamada Ronda Norte que se dibujó en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y que se proyectaba entre la zona de la Población de San Carlos, la extinta FSC y La Casería hasta los polvorines de Fadricas y Bahía Sur, que tuvo que eliminarse del documento por los informes desfavorables de Defensa.
Así que la Ronda del Estero, inaugurada el 3 de abril de 2006 por la entonces consejera de Obras Públicas y Transportes, Concepción Gutiérrez, y el alcalde de la ciudad, Manuel María de Bernardo, ha pasado a ser también una especie de ejemplo de lo que podía ser La Isla si todas esas actuaciones similares de las que se habla desde la década de los 90 y que empezaron a planificarse en aquellas fechas hubieran tenido mejor fortuna y pudieran ser hoy disfrutadas por los ciudadanos en lugar de engrosar el voluminoso catálogo de las asignaturas pendientes que acumula San Fernando.
Y eso que, para ser sinceros, la Ronda del Estero sigue sin estar terminada. La circunvalación continúa a la espera de que se complete su última fase: la conexión de la avenida Constitución con la CA-33 a través de Camposoto, un trazado de escasos metros de longitud que discurre desde una de las rotondas de la carretera de la playa -la colindante al parque de bomberos- y por la parte trasera del desaparecido acuartelamiento de Janer hasta enlazar con la autovía. Dicha actuación, proyectada también desde mediados de los años 90, se terminó vinculando a la puesta en marcha del proyecto del tren-tranvía metropolitano a modo de obra complementaria, pero tampoco se ha llevado a cabo. Ni desde luego hay perspectivas de que se vaya a retomar el proyecto a medio plazo.
En la ejecución de la Ronda del Estero se invirtieron unos 16,5 millones de euros, parte de los cuales -unos 8,6- salieron de la Junta de Andalucía. El resto lo puso el Ayuntamiento de su propio bolsillo, que fue además el que puso en marcha la actuación al abrir en 1998 el primer tramo, los 700 metros que discurren entre la rotonda de la Venta de Vargas y el Zaporito y que forman la denominada avenida San Juan Bosco. Aquella primera etapa tuvo un coste de 1,8 millones de euros. En 2004, al hilo de la apertura de la nueva carretera de Camposoto, se abrió también el tramo que discurre por la avenida Constitución, con un coste de dos millones de euros. Fue un enlace vital para los nuevos desarrollos de toda la zona de Camposoto.
Los dos tramos restantes tuvieron que esperar hasta el 3 de abril de 2006. El primero de ellos, ejecutado también por el Ayuntamiento, abarcaba desde Gallineras hasta la avenida Constitución. Su presupuesto superaba los cuatro millones de euros. El segundo corrió a cuenta de la Consejería de Obras Públicas en su integridad, un total de 8,6 millones de inversión para rematar la actuación hasta el Zaporito. Las obras, cuyo punto de partida se remonta al convenio que ambas administraciones firmaron en 2004, se llevaron a cabo durante más de doce años.
Quedaban todavía entonces pendiente de ejecutarse los accesos a la Ronda desde el entramado urbano de toda la franja sureste de la ciudad, que se fueron realizando poco a poco durante los años siguientes y al hilo de nuevas actuaciones urbanísticas. Algunos, como el de la avenida Manuel de Falla o el que enlaza con el eje transversal de Tomás del Valle-Sanchez Cerquero, constituyen vías clave hoy para la comunicación de San Fernando.
Porque la Ronda del Estero, además, cobró un papel decisivó cuando las obras del tranvía eliminaron el tráfico rodado de la calle Real, la arteria principal de la ciudad, al absorber el tráfico que atravesaba toda la ciudad, desde uno extremo a otro.
También te puede interesar
Lo último