Diez años de las torres de La Casería
Una década después de que comenzaran las obras de las polémicas torres, el barrio hace balance de este desarrollo inconcluso que -aseguran- "ha aportado bien poco a la zona"
"Es agua pasada", dicen en La Casería de las polémicas torres de 16 plantas de altura. El tema parece que no importa como antes o será que para el barrio, inmerso en su lucha cotidiana, hay otros lugares hacia los que mirar, otras necesidades más acuciantes que atender en plena crisis antes que seguir discutiendo acerca de si está bien o mal construir estos bloques con vistas a la Bahía, si ayudan al desarrollo de la zona o si estropean por completo todo su encanto.
Pero no se confundan. Después de tanto tiempo, las torres se toleran con reticencias pero están muy lejos aún de ser aceptadas plenamente. En el barrio, se echa de menos el paisaje de antaño y se lamenta el estado en el que están las parcelas y solares colindantes, completamente desatendidas. Afean el entorno de una zona que se ha quedado así, a medias, algo que -insisten los vecinos- parece que no importa a nadie.
El malestar sigue latente, oculto tras un velo de resignación y pasividad que es común a buena parte de La Isla. Las torres -admiten- han aportado bien poco a la zona. Ese revulsivo que pretendían ser para dar un salto de modernidad en La Casería se quedó en un simple amago y, todavía hoy, hay decenas de pisos a los que se les intenta dar salida después de haber rebajado hasta tres veces el precio con el que se pusieron a la venta sobre plano, cuando los tres edificios -icono de una época- se estaban empezando a construir.
En las últimas semanas se ha vuelto a hablar de las torres y del plan parcial Sector I-Casería Norte. Defensa busca un comprador para la parcela que tiene en la zona, en la calle Ingeniero Vargas Machuca. Allí está proyectada la construcción de una de las cuatro torres que este desarrollo tiene pendientes. La subasta ha quedado desierta. Ahora, el Invied (el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa) intenta darle salida al solar a través de su venta directa por 1,2 millones de euros.
Hace apenas unos meses que se conoció también el dictamen del Consejo Consultivo que zanjó el proceso judicial que en los últimos ocho años ha mantenido enfrentados a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento. Las torres -se advertía desde el Consistorio- son legales.
Además, se cumplen ahora diez años de la puesta en marcha del plan parcial del Sector I-Casería Norte. Hace exactamente una década que las primeras máquinas se adentraron en este solar cercano a la playa de La Casería para empezar a trabajar en la construcción de las tres primeras torres, un hecho que no tardó en desencadenar las primeras protestas. Fue a mediados de 2005, cuando ya las obras empezaron a tomar forma, cuando los vecinos, apoyados por colectivos ecologistas, dieron la voz de alarma y empezaron a luchar para impedir su construcción. Nació entonces la plataforma SOS Casería, que tanto dio que hablar y cuya denuncia ante la Consejería de Medio Ambiente desencadenó -ya en 2006- el conflicto de las torres.
De todo ello, del principio de todo el embrollo de las torres, han pasado ya diez años. Y en el barrio de La Casería el balance que se hace resulta revelador. "Sigue habiendo muchísimas viviendas vacías después de tanto tiempo", apunta la presidenta de la asociación de vecinos La Inmaculada, Maribel Barón. "Nosotros siempre estuvimos en contra, aunque no pudimos pararlas".
"Son unos vecinos más", afirman por su parte en el bar Bartolo al referirse a estos tres polémicos edificios. "Aunque movimiento, lo que se dice movimiento, apenas se nota con las torres", matizan.
"Nunca hemos estado de acuerdo con este desarrollo residencial por su tremendo impacto en una zona idílica", sostiene, por otro lado, Enrique Fuentes, el presidente de El Pino, la otra asociación de vecinos que existe en la zona norte del municipio.
En La Casería todos dan por hecho que no habrá más torres. Puede que el plan parcial sea legal tras el dictamen del Consultivo, pero no habrá más torres de 16 plantas, aseguran. Los cuatro edificios que faltan en el desarrollo inicial jamás se construirán. No se puede por la coyuntura económica actual pero además sería políticamente inadmisible después de todo lo ocurrido, apuntan. "¿Construir las otras cuatro torres? ¿Para qué? No sé si sería posible seguir ahora y no creo que nadie esté dispuesto a hacerlo pero tampoco consentiríamos que se construyeran más torres. Lucharíamos para impedirlo", subraya Maribel Barón.
El desarrollo planteado entonces no concuerda con la realidad de hoy, insiste el colectivo. "Tampoco hace falta construir más pisos en San Fernando, con todas las viviendas que hay vacías". En La Casería, los vecinos abogan por replantearse este desarrollo para utilizar estos terrenos destinados a un uso residencial a equipamientos y zonas verdes e, incluso, a la creación de actividad económica. Cualquier cosa menos otra torre, menos otro piso.
Desde El Pino se comparten también estos argumentos y se recuerda la demanda histórica de los vecinos de la zona norte del municipio. "No hay ningún equipamiento, nada, desde la estación a La Casería", se advierte.
Todos apuntan a la necesidad de replantearse un modelo de desarrollo cuyo resultado, diez años después, han demostrado ser un fracaso.
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