Con algo más de 250 años...

Fernando Mósig Pérez presentará esta tarde en el Centro de Congresos su última obra: 'Historia de la hermandad de la Virgen de la Soledad'.

Fernando Mósig, rodeado de sus publicaciones.
Arturo Rivera San Fernando

03 de marzo 2016 - 01:00

La hermandad de la Soledad no solo es la cofradía de penitencia más antigua que existe en San Fernando. También es una de las asociaciones más veteranas de la localidad. Y en el año en el que la villa de la Real Isla de León y su Ayuntamiento cumplen 250 años de historia no está de más recordar que aquí hay hermandades recorriendo sus calles en Semana Santa desde mucho tiempo antes.

El dato lo apunta el historiador isleño Fernando Mósig Pérez, que esta tarde -a las 20.00 horas- presentará en el Centro de Congresos (Real , 83) su último trabajo, Historia de la hermandad de la Virgen de la Soledad. "Soledad es incluso 20 años anterior a la constitución del municipio. Más allá de su carácter religioso hablamos de una asociación local con 270 años de vida y que además, a diferencia de lo que ha ocurrido con otras hermandades, ha tenido una historia continua sin interrupciones. Ha sido una hermandad bastante humilde pero constante en el tiempo", precisa Mósig.

El libro, un encargo de la hermandad de la Soledad que ha conseguido ver la luz a través del servicio de publicaciones de la Diputación Provincial de Cádiz, es la undécima publicación de Fernando Mósig y la quinta que se centra en las hermandades de San Fernando. En definitiva, algo más de 700 páginas, siete capítulos, 150 fotografías e ilustraciones y tres apéndices, en uno de los cuales figuran documentos inéditos. Un trabajo que sigue la línea de anteriores investigaciones y que el propio autor califica de "concienzudo, exhaustivo y honrado". Su gran mérito, advierte Mósig, es recopilar la historia completa de la hermandad de la Soledad, que se inicia a mediados del siglo XVIII. "Hay tres fechas esenciales: 1747, que es la de su constitución como hermandad; 1768 que es cuando es reconocida canónicamente; y 1805, fecha en la que consigue de Carlos IV su reconocimiento civil, lo que le resultó luego en el siglo XIX de gran utilidad para sortear las desamortizaciones".

Mósig, como no podía ser de otra forma, repasa la turbulenta relación de la hermandad de la Soledad con el Santo Entierro, el padre Parodi y las procesiones conjuntas que realizaban en la Semana Santa, y apunta una interesantísima hipótesis de trabajo relativa a la autoría de la Virgen de la Soledad al plantear su posible relación con el afamado autor del Arsenal de La Carraca José Tomás Cirartegui, que era algo así como el Alfonso Berraquero de la época, con su círculo. De hecho, comenta, hay en manos privadas una talla de una Magdalena reconocida a este autor que guarda un gran parecido con este autor. "Pero existía además una relación con la hermandad ya que ésta le encargó la talla del Cristo yacente que hoy procesiona con el Santo Entierro", explica.

Para Fernando Mósig, reconstruir la historia completa de la hermandad de la Soledad ha sido una tarea apasionante como historiador que le ha permitido ahondar en las diferencias sociales existentes en el siglo XVIII al hablar de las procesiones conjuntas con el Santo Entierro o indagar en curiosidades históricas como la afinidad de la cofradía con el partido conservador y sus miembros en el primer tercio del siglo XX.

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