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Antonio Lizana, músico: “Yo puedo tocar jazz en un festival, pero mi música siempre señala al Sur”

El artista isleño afronta nuevos retos tras añadir dos importantes hitos a su trayectoria: haber participado en la banda sonora de Gladiator II y en el musical de la Venta de Vargas

El músico isleño Antonio Lizana participa en la banda sonora de 'Gladiator II'

El polifacético artista participa como cantaor en dos escenas de ‘Venta de Vargas. Musical Flamenco’. / Julio González

San Fernando/–Usted es un artista inquieto y, entre el saxofón y el cante, siempre tiene más de una cosa entre manos, ¿qué está tramando ahora?

–Pues durante los próximos meses estaré enfrascado en componer los temas de mi sexto álbum, que grabaré a finales del próximo año. Y lo cierto es que ya tengo planificado buena parte de 2025. A finales de febrero comienzo a trabajar en Sevilla con la Big Band de Andalucía para adaptar varios de mis temas al formato big band. Luego marcho a Francia a girar durante casi un mes y de marzo en adelante estaré con mi grupo, Antonio Lizana Group, en lugares como Escandinavia, Italia, Brasil o Argentina. 

–A por el sexto álbum ya, casi nada. ¿Qué nos va a ofrecer en este nuevo trabajo discográfico, aún sin nombre?

–Va a ser un álbum menos de nicho y más alejado de mi zona de confort. Mis anteriores trabajos se pueden clasificar dentro del flamenco-jazz y eso me ha hecho un habitual de los festivales de jazz. En este momento me apetece hacer cosas nuevas, romper un poco con la continuidad.

–El pasado Día Internacional del Flamenco se estrenaba en el Real Teatro de Las Cortes el musical de la Venta de Vargas con todas las entradas vendidas, ¿cómo llega a participar en él?

–Aunque pase la mitad del tiempo fuera trabajando le tengo mucho arraigo a La Isla y mantengo una fuerte conexión tanto con la familia de la Venta de Vargas como con muchas de las personas que mueven aquí el flamenco, gente como Javier Fernández ‘Chico’ o Carlos Rey, que han impulsado este musical. Ambos han tirado de artistas amigos para terminar de definir el proyecto. En mi caso lo bonito es la verdad y lo genuino que tiene la propuesta, además de en el fin de fiesta participo en una escena llamada Reunión de cabales, que no se aleja mucho de parte de mi realidad. Igual que en esa escena, cuando estoy aquí quedo regularmente con Paco Moyano y Trini de La Isla para echarnos unos cantes en torno a una mesa y con la compañía de Paco Guerrero a la guitarra. En cuanto al fin de fiesta le pongo voz al poema que José Luis Ortíz Bueno dedicó a la Venta y que cuelga de sus paredes. Participio en Venta de Vargas. Musical flamenco en calidad de artista invitado y me uniré siempre que pueda.

–Cada vez le veo más flamenco...

–Antes me sentía desnudo si no iba con mi saxofón y lo cierto es que ahora también me buscan como cantaor y que estoy aprendiendo mucho acercándome al flamenco. Muchos se quedan en la parte festera de los tangos y las bulerías y no indagan en la base y la pureza de otros palos. Hay que proteger este arte para que no pierda su esencia. El flamenco debería enseñarse en las escuelas.

–Y también tiene reciente otro hito: haber participado nada más y nada menos que en la banda sonora que Harry Gregson-Williams ha compuesto para Gladiator II. ¿Cómo llega a trabajar en una superproducción de Hollywood?

–Recibí un correo electrónico en inglés al que no le hice caso creyendo que era un spam. A los días insistieron en un segundo mail y comprobé que estaban interesados en mi para colaborar en la música de una superproducción de Hollywood. Parece ser que estaban buscando voces mediterráneas y mi colega Michael League, productor musical y líder de Snarky Puppy, les pasó mi contacto. Ya cuando me enteré que era para Gladiator II me ilusioné mucho. Todo prosperó y el compositor fue viajando por Europa para captar nuevos sonidos y acordamos grabarme en un estudio de Madrid. Allí grabé voces en todos mis registros, desde susurros y tonos graves a quejíos de máxima desesperación. Y precisamente fueron un par de largos quejíos lo que ha quedado de mi en esa banda sonora. 

–Una interesante puerta se le abre con esta oportunidad.

–La verdad es que me están llegando proyectos muy interesantes y diversos. De hecho, acabo de participar poniendo voz a un personaje para un videojuego para dispositivos móviles de producción estadounidense pero elaborado por una empresa asiática. En este caso estaban buscando una voz con raíz ibérica y he terminado cantando en inglés y mezclándolo con unos quejíos flamenco.

–Después de tanto viajar y de tanto mundo, ¿sigue siendo especial para usted actuar en su tierra?

–Sin lugar a dudas. Actuar en tu tierra tiene una responsabilidad doble. Cuando actuó en otros países me ven como un artista ya hecho, perciben una realidad terminada. Aquí me han visto crecer como artista, me han visto equivocarme y desafinar, saben de donde vengo y como he llegado a ser lo que soy. 

–¿Por qué casan tan bien el flamenco y el jazz?, ¿es por la capacidad de improvisación que comparten ambos?

–Es exactamente por eso. Por su capacidad para jugar con la música y la voz, para improvisar e ir alargando melodías y cantes. El proceso es el mismo para mi ya sea con el saxo o en un cante. 

–Cómo marca la diferencia Antonio Lizana como artista?

–Creo que puedo ofrecer una versión contemporánea de la música de mi tierra sin perder de vista el peso de la tradición. Yo puedo tocar jazz, pero mi arte señala al Sur.

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