La apertura es solo el inicio del nuevo Museo Naval

La nueva ubicación del Museo Naval ha servido sin duda para acercarlo a locales y visitantes. En los primeros días desde su apertura el balance de visitantes es más que positivo y eso que aún queda mucho por hacer según explica la directora técnica y conservadora de la entidad, Berta Gasca Giménez.

Las labores de traslado de las piezas desde la anterior ubicación se han realizado durante los seis meses previos a su apertura, aunque no todas las piezas de la exposición han obtenido un lugar para ser expuestas al público de manera permanente. "Hemos seguido unos discursos expositivos basados en exponer los objetos que aportan información sobre la historia de la zona y aquellos objetos que no aportaban a la historia local no se han sacado", explica Gasca. Es pronto para pensar en posibles muestras efímeras cuando aún hay mucho por hacer con las piezas que tienen su sitio asegurado. El plan, primero, es terminar los carteles informativos al haber una cantidad importante de objetos que no cuentan siquiera con una etiqueta con el nombre, lo que dificulta la visita cuando no se acude acompañado de un guía. "El trabajo de las cartelas esperamos tenerlo terminado a un 90% para la semana que viene, pero ese es sólo el primer nivel didáctico al que queremos llegar", detalla responsable de conservación del museo, para quien lo importante es eso: ser lo más didáctico posible. Para ello se pretende seguir un plan de tres fases.

La primera de las fases es ofrecer los diferentes paneles informativos a los visitantes. Es la parte más sencilla del plan a cinco años vista, siempre que el presupuesto y las investigaciones que se llevan a cabo lo permitan. El segundo nivel de profundización pasaría por tener disponible hojas informativas de las diferentes salas de las que consta el museo, y en el mejor de los casos contar con audioguías. El último nivel, y el que necesita de un mayor trabajo de investigación, es la creación de catálogos de la exposición con la intención de atraer a un público investigador, o al menos muy interesado en las piezas históricas navales.

El proyecto, sin duda, resultará del agrado de los visitantes, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de curiosidades que se esconden tras los numerosos objetos que sin esa información pasan desapercibidos. Tal puede ser el caso de la carta manuscrita de Don Juan de Borbón a sus compañeros de la Escuela Naval de La Isla explicando su marcha tras la proclamación de la II República. También se puede ver el estandarte tricolor que lucía la escuela en su partida. Incluso se puede conocer la historia del primer mascarón del proa del Juan Sebastián de Elcano y por qué la cabeza original se encuentra en una vitrina junto al mencionado mascarón.

En estos momentos se encuentra es su fase inicial otro proyecto que dotará al museo de dos nuevos elementos que se colocarán en el patio interior, una vez se haya acondicionado para ello. Se trata de la colocación de dos popas de gran tamaño de dos fragatas de finales del siglo XVIII y que aparecieron en la década de los 70s en los fangos de La Carraca. "Una de las fragatas estamos seguros que es española, pero la otra podría ser francesa", comenta la directora técnica y conservadora, junto al comandante Vicente Pablo Ortells. Habrá que esperar para verlas ya que están en fase de documentación y restauración.

Otra de las ideas que hay en mente de la dirección del museo es poder abrir sus puertas durante los fines de semana. En estos momentos sólo se puede visitar de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 horas. Si se quiere concertar una visita grupal puede hacerse a través de la Oficina de Turismo.