Las aulas específicas de los colegios de San Fernando viven su fiesta anual

El Casal Carrillo organiza un año más el encuentro de aulas específicas de los centros educativos de San Fernando

Taller de pinta gorras, una de las actividades del encuentro de aulas específicas en el Casal Carrillo.
Taller de pinta gorras, una de las actividades del encuentro de aulas específicas en el Casal Carrillo. / D.C.

San Fernando/El colegio Casal Carrillo volvió a a acoger ayer el encuentro de aulas específicas que lleva cinco años reuniendo a los seis centros educativos de Infantil y Primaria que cuentan con ellas –Camposoto, La Ardila, Raimundo Rivera, Elcano, San Ignacio y el mencionado Casal Carrillo–. Como cada edición los alumnos disfrutaron de los talleres preparados para su diversión en el gimnasio del colegio, y a su finalización han recibido un diploma de la cita.

Dos manos envolventes en torno a un girasol. Ese es el logo de este año de la convivencia de aulas específicas que organizaba el Casal Carrillo y que contó con 31 alumnos y 15 adultos, entre monitores y profesoras. Para ellos iban destinadas las actividades que se desarrollaron en las instalaciones. El taller de la calma compaginaba los cuentacuentos con una manualidad a base de purpurina. Los pequeños debían poner en una botella agua, purpurina de varios colores y unos motivos de flores o mariposas que tenían el líquido. Las risas estaban aseguradas. Para los más glotones fue todo una fiesta el taller de cocina dedicado a los cupcakes, en cuya decoración ayudó la gerente de la pastelería La Artesana. Cuando se daba la vuelta, algún que otro chico aprovechaba para meter la lengua y saborear las cremas.

Aunque la mayoría de las gorras pintadas estaban colocadas en una mesa, algunos alumnos querían lucirlas y realizaban los talleres con ellas colocadas, contentos por el trabajo bien hecho y por llevarse ese regalo a casa. Con el taller de disfraces también tuvieron que ponerse elementos que no traían de casa para posar para las fotos. Un marco con adornos de flores se había diseñado para la ocasión con una llamativa frase. "La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza sino de corazón a corazón", podía leerse.

En fila aguardaron su turno los menores para lanzar la pelota hacia los bolos, un juego en el que mostraron su puntería y competitividad. Uno de los pequeños, entusiasmado por la cámara de televisión de un medio local, acompañó como ayudante al camarógrafo durante esos minutos. "Tengo hambre", soltaba uno de ellos, que parecía que había olido lo que se prepara en el comedor, las pizzas que trae pizzería Nonetto para la ocasión. Al final del encuentro también habría degustación de berza y chacinas gentileza de Club Gourmet Charcutería Torrecilla.

Antes, sin embargo, los asistentes disfrutan de Carlos Hermoso, el mago del papel, la aportación de Editorial Anaya y de los cabezudos y la animación de Sueños Mágicos.

"Todo esto no sería posible también sin la colaboración de Bahía Sur, El Corte Inglés, Bahía Shopping, serigrafía Seriver, Artes Gráficas Francia 2, Meraki, Bernal Fotógrafo, Frutos Secos Berta o Más que chuches", destacó la directora del Casal Carrillo, Milagrosa Acosta. Otro ejemplo, además de los mencionados por su cooperación en alguna de las actividades, fue Globola que adornaba el gimnasio con unas torres y un arco de globos. Este año además se han contado con una psicoterapeuta, Juana Luisa Sánchez, que durante la actuación del mago ofrecía un taller de control de emociones para los padres.

A la entrega de los diplomas, las bolas de cristal con el logo y las chucherías asistieron los concejales Fran Romero y Antonio Rojas, además de representantes de Educación, como la responsable de Ordenación, María Luisa Bermejo, y Javier Navarrete, que lleva temas de recursos vinculados a la orientación.

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