“Me autoimpuse escribir una novela histórica pero a mi manera, con ritmo”
Santiago Díaz | Escritor
El autor presenta esta noche en la Feria del Libro de San Fernando ‘Los nueve reinos’, su última novela, en la que abandona el género negro para adentrarse en un episodio histórico
Santiago Díaz (Madrid, 1971) saboreó las mieles del éxito con El buen padre, en la que nos presentó el personaje de la inspectora Indira Ramos. Luego llegaron Las otras niñas e Indira, que completaron una excepcional trilogía con más de 130.000 lectores. Esta noche llega a la Feria del Libro de San Fernando para presentar, junto a Montiel de Arnáiz, su última novela, Los nueve reinos, con la que se ha adentrado en el género histórico sin renunciar a su estilo. Ayer relató en una entrevista cómo ha vivido ese tránsito desde lo negro hacia un episodio muy desconocido de la historia de España.
Pregunta.–¿Contento con la acogida de crítica y público que está teniendo la novela?
Respuesta.–Sí. En cierta medida estaba convencido de la historia, porque es muy especial, pero temía si ese cambio de registro le iba a pesar un poco a la gente, si le iba a echar para atrás, porque la histórica tiene quizá fama de ser más lenta. Pero me he sido fiel a mí mismo, he seguido escribiendo a mi manera y la verdad que la gente lo ha aceptado bien. Está teniendo buenas críticas, tanto de público como de prensa.
P.–¿Cuándo decide aparcar una saga que había funcionado magníficamente y adentrarse en contar la historia de los guanches canarios?
R.–Fue todo una casualidad. A finales de 2017 leí una noticia sobre la momia guanche que hay en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y se me abrió el mundo, porque la idea que tenía de los guanches es que eran los aborígenes canarios, con una cultura muy primitiva, y de repente, cuando vi esa momia, pensé que para conservar así a sus muertos durante miles de años en tan buen estado, a lo mejor no eran tan primitivos como yo pensaba. Y eso es lo que hizo que empezara a investigar. Fue ahí donde descubrí una historia sorprendente, épica, una civilización desconocida, y cuanto más estudiaba y me documentada, más ganas me entraban de contarlo.
P.–Maneja usted a las mil maravillas los saltos temporales.
R.–Me gusta. La novela arranca en el siglo I A.C., con la llegada de los guanches a las Islas Canarias, que se sitúa en el tiempo pero nadie sabe cómo se produjo. Lanzo una teoría, que es la que más me gusta. O sea que es una historia de ficción pero sobre una base absolutamente real. Y después ya nos vamos adelante 1.500 años, que es el tiempo que ellos pasan en Tenerife aislados del resto del mundo. Ahí se dividen otras dos líneas temporales: por una parte toda la conquista de los castellanos, con Beatriz de Bobadilla, con la Reina Isabel, y por otra, 30 años después está la historia de una esclava que vive en la Valencia de 1523 y se tiene que fugar. Me gusta alternar esas dos líneas temporales, le da un dinamismo muy grande a la novela.
P.–En Indira ya demostró que es todo un maestro en construir tramas secundarias con casi tanto protagonismo como la principal.
R.–La trama principal de la novela es la guerra entre los guanches y los castellanos que quieren conquistarlos, pero hay otras tramas paralelas protagonizadas por personajes secundarios que me han divertido mucho. Me gusta no centrarme solo en una trama principal, sino ir moviéndome de unas a otras.
Descubrir la existencia de una momia guanche me hizo ponerme a investigar sobre ellos”
P.–¿Le ha costado culminar con éxito la fase de documentación de la novela?
R.–Sí, porque casi toda la documentación que hay de los guanches está escrita un siglo después de la conquista por cronistas castellanos, con lo cual es todo un poco partidista. Pero cada vez hay más estudios arqueológicos, universitarios, académicos, que cierran más incógnitas. He tenido que currármelo pero cada cosa que descubría me resultaba más atractiva para contarla que la anterior.
P.–¿Se ha sentido cómodo con el nuevo traje de novelista histórico?
R.–Mucho. Me lo he pasado muy bien. Lo que sí es cierto que estás más en tensión que escribiendo thrillers, porque estás temiendo a cada párrafo meter la pata con algo que igual en el siglo XV o principio del XVI no existía. Vas con pies de plomo en la escritura, pero a la hora de estructurar, aunque estén en un contexto histórico diferente, son historias de personajes.
P.–Después de los tres éxitos de la saga de Indira Ramos, ¿va a seguir por este camino o vuelve a la novela negra?
R.–Lo siguiente, que ya estoy por la mitad de la novela y que si todo va bien saldrá para primavera de 2025, es un spin off con Jotadé, el policía gitano que aparece con Indira. Me lo estoy pasando de maravilla con él. Después de eso tenemos que hablar con la editorial. Ellos también quieren que continúe con Jotadé, que es un personaje que a la gente le atrae mucho y en esta primera novela la historia que estoy contando de él es muy atractiva, muy dinámica y divertida; seguramente quieran que siga por ahí y yo encantado; pero, también me ha picado el gusanillo de la histórica y tengo varias propuestas que hacer rondando por mi cabeza. Si la gente parece que acoge bien esta y la editorial me da la oportunidad no descarto hacer una nueva incursión en la historia.
P.–Se percibe, en unas y en otras, su formación como guionista. Son novelas muy cinematográficas.
R.–Sí, es lo que aprendí a hacer, con mi manera de escribir, y una de las condiciones que me autoimpuse fue esa, voy a escribir una histórica pero no voy a cambiar mi manera de escribir, me gustan los capítulos cortos, diferentes localizaciones, muchos giros, es que es mi estilo, y quiero mantenerme fiel.
P.–A las nueve de esta noche le tendremos por la Feria del Libro de San Fernando. ¿Cómo va la promoción de la novela?
R.–Es muy agradable, porque ves el interés real que despierta en la gente que se la lee, que te dice que se lo ha pasado de maravilla, pero es verdad que estar de un lado para otro cansa y tienes muchas ganas de volver a casa. Pero estoy disfrutando de esta promoción como de ninguna.
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