Avanza la adecuación del punto limpio de Camposoto para su apertura

San Fernando/La puesta a punto del punto limpio de Camposoto de cara a su próxima apertura ya ha dado comienzo. Durante las últimas semanas se han llevado a cabo los primeros trabajos de adecuación en estas instalaciones ubicadas en el Pago del Retamarillo, cerca del parque del Cerro de los Mártires.

Este punto limpio fue proyectado en el año 2002 después de que se pusiera en marcha el existente en la avenida Pery Junquera, el único que actualmente está en funcionamiento en la localidad. La idea, dados los buenos resultados de esta primera planta de reciclaje, era abrir otras instalaciones similares en el otro extremo de la ciudad para dar cobertura a la otra mitad de San Fernando.

Tras varias operaciones urbanísticas llevadas a cabo durante la década pasada se afrontó su construcción con los fondos del Plan E. Adjudicadas a Sacyr por 325.578 euros, las obras comenzaron en septiembre de 2010 para finalizar en enero del año siguiente. Pero el punto limpio de Camposoto nunca llegó a ponerse en marcha.

Y al no tener uso, las instalaciones no tardaron mucho en sucumbir al más absoluto abandono. Para rescatar el proyecto ha sido necesario esperar a que se adjudicara y entrara en vigor el nuevo contrato de los servicios de limpieza y de recogida de basura, que incluye en el pliego de condiciones la puesta en servicio de esta planta de reciclaje. De hecho, el concejal de Desarrollo Sostenible, Ignacio Bermejo, anunció ya su apertura inminente (para noviembre, dijo) a los pocos días de estar operativa la nueva concesionaria del servicio tras visitar el recinto.

Entre los trabajos acometidos en las últimas semanas se ha iniciado la puesta a punto del puesto de control del punto limpio, una sencilla edificación que había sido objeto de todo tipo de actos vandálicos y que incluso había salido ardiendo. En la zona se han acumulado también varios montículos de tierra, previsiblemente para nivelar el terreno en los próximos días.

En realidad, se trata de instalaciones muy básicas –una hilera de dársenas para dar cabida a los contenedores– cuya puesta en marcha no requiere tampoco de grandes complejidades. Al igual que el de Pery Junquera, dispone de un punto de entrada y otro de salida para los vehículos y un itinerario predeterminado para facilitar la descarga de los diferentes residuos en sus correspondientes depósito por parte de los usuarios.