Canastas de esperanza, de San Fernando a Kenia

El isleño Jaime Macías ha liderado una campaña con la que se han reunido los fondos para crear una cancha de baloncesto infantil en la isla de Lamu (Kenia)

Hasta 130.000 euros de subvención municipal para proyectos y campañas de diferentes ONG en San Fernando

Algunos de los niños y niñas de la isla de Lamu posan en la nueva cancha de baloncesto, que espera ya los últimos trabajos de pintado.
Algunos de los niños y niñas de la isla de Lamu posan en la nueva cancha de baloncesto, que espera ya los últimos trabajos de pintado. / D.C.

San Fernando/“Llevo toda la vida vinculado al baloncesto y uno de mis grandes sueños siempre ha sido enseñar a jugar a niños sin recursos, que ni siquiera conociesen este deporte, para que luego disfrutasen de ello. Y ahora estoy mucho más cerca de cumplirlo”. Así lo explica Jaime Macías, un joven ingeniero industrial isleño que trabaja en Navantia San Fernando y que está a punto de hacer realidad ese noble anhelo gracias a su labor como voluntario para la ONG española Afrikable. Con este objetivo se está terminando de construir una pequeña cancha de baloncesto en la isla de Lamu (Kenia). Y todo ello bajo el liderazgo y la iniciativa de este vecino de San Fernando de 31 años.

El voluntariado siempre había llamado la atención de Macías y el deseo de ayudar a los que más lo necesitan le llevó a bichear distintas organizaciones solidarias sin ánimo de lucro, hasta que hace un par de veranos dicha búsqueda le hizo decidirse por la ONG Afrikable. Una entidad que desempeña su tarea en la isla de Lamu y que lucha por mejorar la vida de unas 40 mujeres y de unos 120 niños y niñas de edades entre los 9 y los 11 años

Respecto a las mujeres se trabaja en su empoderamiento, proporcionándoles empleo, principalmente en tareas vinculadas a la artesanía y dando lugar a artículos que luego se venden a través de la web de la ONG para recaudar fondos para esta comunidad. En cuanto a los niños se trabaja para garantizar su educación primaria y su alimentación durante la jornada escolar. De esta forma, poco a poco se van sumando nuevos cursos de Primaria a este proyecto, que actualmente llega hasta segundo de Primaria.

 “La transparencia en su gestión y la rápidez y claridad con la que ofrecen cualquier tipo de información y despejan cualquier duda me inspiró confianza. Y después de mi experiencia puedo decir que no me equivoqué”, detalla el voluntario. 

Y una vez puestos en antecedentes surge una duda razonable: ¿cuál es el camino que lleva a este isleño a emprender una campaña para construir una cancha de baloncesto infantil en Lamu? Lo explica el protagonista con sus propias palabras. “Cuando preparé el equipaje para viajar a Lamu me sobró bastante espacio y lo aproveché para llevar conmigo diverso material para practicar deportes como fútbol, tenis, voleibol o baloncesto. Elementos que, junto a material escolar, compré o fueron aportados por amigos y familiares, Cuando llegué allí pude comprobar que todo el terreno era de tierra y que si bien no había mucho problema para practicar cualquier deporte era imposible hacer botar una pelota de baloncesto si no era sobre un terreno asfaltado”, indica el voluntario.

“Los niños se iban a botar la pelota a un pequeño círculo asfaltado que había junto al pozo y luego volvían corriendo a la arena para encestar y seguir jugando. Evidentemente, había que remediar esa situación. Pregunté y me dijeron que asfaltar una zona para una pequeña cancha de baloncesto costaría unos 1.400 euros. No lo dudé e inicié una campaña para recaudar los fondos necesarios”, señala Macías. 

Trabajos previos al asfaltado de la zona de juego.
Trabajos previos al asfaltado de la zona de juego. / D.C.

Objetivo conseguido en tiempo récord

Dicha campaña, que estuvo activa desde el 25 de julio al 6 de agosto, superó ampliamente las expectativas. De hecho, a mitad de este plazo ya se habían recaudado los 1.400 euros necesarios y la recogida concluyó con casi el doble del dinero fijado: con un saldo final de 2.733 euros. Macías explica que este dinero de más se utilizará para adquirir nuevo material deportivo y, sobre todo, para comprar libros de texto que permitan ampliar hasta el tercer curso la línea de Primaria. Los participantes pudieron aportar sus donaciones mediante transferencias, bizum o paypal.

En este sentido, el voluntario aclara que la práctica totalidad de los fondos han sido aportados por personas de San Fernando, con especial representación de los clubes de baloncesto isleños. “Ha sido muy especial ver como mi ciudad se volcó con esta causa. Casi todo el dinero recaudado ha salido de San Fernando y mucho han tenido que ver los clubes de baloncesto locales, un mundo que conozco muy bien debido a mi vinculación con el Club Baloncesto San Fernando, del que formo parte hace más de veinte años y en el que he sido desde jugador a vicepresidente pasando por entrenador”, explica Macías. 

Este voluntario volverá a Lamú las próximas vacaciones de Navidad y ya podrá por fin enseñar a jugar baloncesto en mejores condiciones a los niños y niñas que allí le esperan para aprender . “Ya está todo listo, ya sólo queda pintar las líneas del terreno de juego en el suelo y poco más. Pronto volveré allí y lo haré con todos los medicamentos y el material deportivo y escolar que me quepa en las maletas”, indica el líder de esta iniciativa.

Como es evidente, para este isleño la parte favorita de su tarea como voluntario es el tiempo que pasa con estos niños, pero lo cierto es que su tarea va mucho más allá en este proyecto solidario. De esta forma, además de colaborar en el desarrollo de las clases de educación física este ingeniero industrial dedica su tiempo a enseñar a las mujeres de Lamu el manejo de los programas básicos de informática. “Lo que más me gusta y me divierte es jugar y enseñar a estos niños, pero entiendo que todo conocimiento que puedo trasmitir a estas mujeres sobre los ordenadores agiliza mucho la labor de la escuela”, detalla Macías.

El voluntario isleño Jaime Macías, en un aula junto a un grupo de escolares atendidos por la ONGespañola Afrikable.
El voluntario isleño Jaime Macías, en un aula junto a un grupo de escolares atendidos por la ONGespañola Afrikable. / D.C.

El secreto de la felicidad

Una de los aprendizajes más valiosos que se lleva este isleño de su experiencia como voluntario nace de la forma de entender la vida que tiene la comunidad a la que se le dedica este proyecto solidario. “Yo siempre he valorado y agradecido lo que tengo, pero la verdadera forma de la felicidad la he aprendido de estos niños y mujeres. Uno se da cuenta de que no ha sido del todo feliz hasta que convive con ellos. Son verdaderamente felices teniendo nada y sus sonrisas son sinceras. Siempre dan lo mejor de sí mismos. Un buen ejemplo de esta realidad es cuando terminan las clases y les acompaño de camino a sus hogares. Para muchos de ellos el desayuno y el almuerzo que reciben en el colegio es el único alimento que ingerirán hasta el día siguiente y, a pesar de eso, ves como se sacan unos frutos secos que se han guardado en clase y te los ofrecen de forma sincera”, relata Macías. 

Este terreno deportivo ya ha sido escenario de las primeras canastas de algunos de estos jóvenes.
Este terreno deportivo ya ha sido escenario de las primeras canastas de algunos de estos jóvenes. / D.C.

Ayudando a ayudar

Este voluntario inisiste en la importancia de q ue su ONG, Afrikable, siga recibiendo el apoyo económico necesario para seguir adelante con su labor. De esta forma, explica diversas opciones para colaborar con esta entidad solidaria cómodamente y desde nuestros hogares. 

Animo a quien quiera a vivir la experiencia de viajar como voluntario a Lamu, pero también hay otras alternativas para ayudarnos en esta labor. Lo más fácil es contactar con la ONG a través de su página web, www.afrikable.org, y ver las distintas opciones, que van desde hacer un donativo, apadrinar o amadrinar a un niño de la comunidad, del que se manda información de forma regular, a comprar en la tienda on line algunos de los artículos elaborados por las mujeres de Lamu. Aunque también hay otras maneras de hacerlo, como organizar cualquier iniciativa solidaria a beneficio de la entidad”, finaliza Macías.

En definitiva, desde San Fernando se ha marcado un triple hasta Kenia que ha puesto el marcador de este partido a favor de la solidaridad y de la voluntad de ayudar a los que más lo necesitan. Aún queda mucho tiempo de juego hasta el último cuarto y el equipo va a demostrar que la diferencia la marcan los gestos que nacen del corazón.

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