La otra cara de la fiesta de Las Cortes
208 aniversario de las cortes | del izado de bandera a los trajes de época, la fiesta en la calle
Hasta mediada la tarde no consiguió el centro animarse con la fiesta
El izado de la bandera protagonizó los actos en la calle
San Fernando/El 24 de Septiembre parecía haber perdido su magia para conjurar a grandes multitudes en la calle. Ayer, especialmente durante la mañana, se echó en falta ese concurrido aspecto que La Isla aireaba orgullosa en las primeras ediciones de la gran fiesta de Las Cortes, hace ya casi dos décadas. Hasta mediada la tarde no consiguió animarse el centro y mostrar esas imágenes que han sido habituales en esta jornada. Hasta fue un alivio ver que a esas horas la vida regresaba a la calle Real y que el 24-S mantenía su poder de convocatoria.
Quizá fue el calor excesivo -el termómetro se disparó y pasado el mediodía superaba con creces los 35 grados- o quizá que los actos programados para celebrar este nuevo 24-S, que los ha habido, se han dispersado demasiado durante un largo fin de semana en lugar de concentrarse -como antaño- en una única jornada. El caso es que la calle Real y el centro de la ciudad, hasta bien entrada la tarde, estuvieron muy lejos de ofrecer su mejor cara en un pueblo que, sin embargo, lleva muy a gala participar activa y masivamente de sus fiestas, como en anteriores ocasiones ha puesto de manifiesto sin dudarlo siquiera. Algo falló en estas horas de la mañana en las que otros años no se podía andar por la calle Real ni encontrar hueco en una terraza. A la tarde fue diferente, sí. Y quizá fuese el calor excesivo de ayer o quizá fue el síntoma evidente de que es el momento de replantearse de alguna manera las fórmulas que el 24 de Septiembre emplea desde hace 18 años para mantener viva la fiesta. La fiesta en la calle, claro, porque en su faceta institucional -la que tiene al gran Teatro y el ámbito de la política como escenario- cumple de manera intachable e, incluso, refuerza cada vez más y con acierto su faceta reivindicativa: este año, con la mujer y la lucha por la igualdad real como tema central.
Hasta el izado de la bandera en la plaza de la Iglesia a cargo de la Armada -acto que habitualmente resulta multitudinario y que es de lo que más gusta a los isleños en este día tan especial- arrastró ayer a mucha menos gente de lo habitual al madrugar y adelantarse a las diez de la mañana.
Lo cierto es que, al margen del acto institucional que se celebró en el Real Teatro de las Cortes -siempre reservado por razones de aforo a una minoría- poco más hubo que hacer en el centro de La Isla en estas horas de la mañana y primeras de la tarde salvo pasearse por la Feria de la Tapa en el parque Almirante Laulhé, que a la sombra de la arboleda fue el único escenario que mantuvo el tipo en lo que a público se refiere. Y que conste: hizo mucho, demasiado, calor. Aunque tampoco -recuerden- ha sido la primera vez que el 24-S se las ha tenido que ver con las altas temperaturas.
Quienes no faltaron a su cita con La Isla y cumplieron a rajatabla en este tramo de la jornada de fiesta fueron los miembros de la asociación histórico-cultural 24 de Septiembre con sus trajes de época, sus levitas, sus uniformes del XIX y sus recreaciones. Poco antes del mediodía pusieron la nota de color por la calle Real, donde se dejaron ver paseando -casi podría decirse que procesionando, por esa forma que en La Isla hay de entender toda puesta en escena- hasta la Iglesia Mayor Parroquial.
Al izado de la bandera española le falló la hora. Coincidía el día con la toma de posesión del nuevo almirante de la Flota en Rota y eso -como se recordaba desde el Ayuntamiento- influyó también en la agenda. Con todo, la Armada, presente en la celebración del 24-S desde sus mismos orígenes, cumplió con su misión y volvió a sacar del Tercio de la Armada a su sección de uniformes históricos para rendir honores a la enseña nacional, que ondeó en el corazón de la ciudad durante todo este día de fiesta.
El Almirante Segundo Jefe del Arsenal de Cádiz, Cristóbal González-Aller, presidió la ceremonia castrense junto a la alcaldesa isleña, Patricia Cavada, y parte de la Corporación Municipal. Por cierto, que se echaron en falta a los concejales de Podemos -no acuden nunca- y a varios del PP en los actos de ayer. Brillaron por su ausencia en los actos institucionales que recordaron un año más que La Isla es cuna del parlamentarismo y de las libertades democráticas.
Como siempre, el desfile de los infantes de marina por la calle Real levantó el ánimo de los espectadores que a primeras horas de este día de fiesta se congregaron en el centro. Evocó una estampa de La Isla en sus mejores tiempos y, cómo no, se llevó los aplausos de un público fiel que respalda a la Armada cada vez que se deja ver por el centro.
A la tarde la cosa mejoró. Fue un ambiente más propio del 24-S. Las temperaturas bajaron y la gente se animó a echarse a la calle. En la plaza del Rey, la fiesta cedió el protagonismo a los más pequeños con representaciones de títeres.Y la Armada volvió a tomar el protagnismo con el arriado de la bandera que, esta vez sí, consiguió arrastrar a bastante público.
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