La cesión del azulejo del Ayuntamiento vuelve a pleno tras la renuncia del Obispado
Tras su rechazo se ha tenido que tramitar de nuevo el expediente para hacerle entrega directamente de la cerámica a la parroquia de San Francisco, que fue la que planteó la cesión
San Fernando/El azulejo del Sagrado Corazón que durante casi 80 años coronó la fachada principal del Ayuntamiento sigue dando vueltas. Figuradamente, claro. Al pleno ordinario que la Corporación Municipal celebrará mañana volverá la controvertida pieza artística que salió de la célebre fábrica Mensaque de Sevilla en 1940 y que está valorada en 125.000 euros.
Hay una razón: que el Obispado ha rechazado finalmente la cesión del azulejo religioso. Así se lo comunicó al Ayuntamiento en el pasado mes de noviembre, lo que ha obligado de nuevo a tramitar todo el expediente administrativo para hacer entrega de la cerámica –en los mismos términos y condiciones– a la parroquia vaticana castrense de San Francisco de Asís, que es en realidad de quien partió la idea de la cesión del azulejo.
En la decisión del Obispado de no hacerse cargo del azulejo han pesado las obligaciones incluidas en la propuesta de acuerdo, entre las que se encontraba –a pesar de ser una cesión gratuita– la de contratar una póliza de seguros que cubriera los posibles daños materiales ocasionados al bien objeto de cesión dado su alto valor patrimonial, así como hacerse cargo de su mantenimiento.
Así que será finalmente la parroquia castrense la que se quedará con la pieza con la idea, claro está, de recuperarla y volverla a colocar en el templo (para lo que tendrá también que sortear las restricciones del PEPRICH). Según el acuerdo que mañana se tratará en pleno –y que previsiblemente saldrá adelante sin problemas– dispondrá de un plazo de seis meses a contar desde la cesión para destinarlo al uso previsto. La cesión, además, tendrá un plazo de 25 años.
El punto a tratar, concretamente, propone "autorizar la cesión de uso, gratuita y con carácter temporal, a la parroquia vaticana castrense de San Francisco de Asís, del azulejo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús que se encontraba ubicado en el centro del segundo cuerpo de la fachada principal del edificio consistorial, para su colocación en un lugar de culto apropiado que permita su contemplación y veneración".
La polémica ha acompañado al tema del azulejo del Sagrado Corazón desde que se afrontara su retirada de la fachada al hilo de las obras de rehabilitación del Ayuntamiento, en otoño de 2017. Y eso que era cosa sabida desde hacía años y que venía recogida en el proyecto al apostar por recuperar en su totalidad el aspecto original de la fachada de este histórico edificio. Aún así fue lo bastante sonada. El PP, que fue el que licitó las obras en el anterior mandato, llegó incluso a exigir la reposición de la pieza a través de una moción que se debatió en un pleno. Y la campaña de Hazte Oír llevó incluso a que la Asociación de Abogados Cristianos recurriera a los juzgados por la retirada de la cerámica que se colocó en el Ayuntamiento en 1940 alegando "cristianofobia". Todo, sin embargo, quedó en nada. A pesar del ruido, la causa fue archivada por el juzgado en mayo del año pasado.
El azulejo, como se ha apuntado, salió de la reputada fábrica de cerámica Mensaque de Sevilla en 1940. Fue pintado por Eduardo Acosta Palop utilizando la técnica mixta de cuerda seca y pintado. La obra, que ha estado en el centro de la fachada del Ayuntamiento durante casi 80 años, está formada por 80 piezas de 20x20 centímetros –que son las que corresponden a la imagen iconográfica que se representa– y por otras 36 de 16x20 que conforman la moldura que encuadra la obra. Es, por tanto, un conjunto de grandes dimensiones cuya recolocación no resulta fácil.
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