Conrado Rodríguez, concejal en San Fernando (PSOE) de 2015 a 2025: “Me he esforzado al 120% para luego no arrepentirme de lo que no se ha hecho”

Tras más de dos mandatos siendo un puntal en el equipo de gobierno de Patricia Cavada, Rodríguez hace balance de su etapa política y cuenta cómo es su vida alejado de ella

Conrado Rodríguez se despide del Ayuntamiento de San Fernando tras 10 años en la primera línea del gobierno municipal

Conrado Rodríguez, disfrutando de un café en la Plaza del Rey con el Ayuntamientro de fondo.
Conrado Rodríguez, disfrutando de un café en la Plaza del Rey con el Ayuntamientro de fondo. / Domingo Migueles

San Fernando/Durante el Pleno del pasado 31 de enero entregó su acta de concejal Conrado Rodríguez. El que fuese uno de los pilares fundamentales del equipo de gobierno que lidera Patricia Cavada se retiraba de la política activa entre los aplausos de sus compañeros de Corporación y dejando atrás una trayectoria que ha dado para mucho y bueno. Durante sus 15 años, 10 de ellos con responsabilidades de gobierno al frente de áreas tan visibles como Desarrollo Económico, se ha forjado una reputación de persona trabajadora, resolutiva y conciliadora. Alguien que toma ahora esta decisión para emprender nuevos retos profesionales y personales.

–¿ A qué le ha dado tiempo en estas dos semanas que han pasado desde que entregó su acta?

–Pues me ha dado tiempo para ponerme al día en mi antiguo puesto de trabajo, del que estaba en excedencia, y para terminar de tratar algunas cuestiones que quedaban pendientes con los compañeros y compañeras que han asumido las competencias de las concejalías de las que me encargaba. En definitiva, echando un cable en la medida de mis posibilidades.

Y también he recobrado algunas de mis aficiones, especialmente los fines de semana. Por ejemplo, he vuelto a tocar la guitarra eléctrica, que tanto me ha gustado siempre como buen aficionado al metal, y le he dedicado algunas horas a la programación informática, a la que luego suelo buscarle aplicación en el trabajo. Y en breve retomaré la natación al menos un par de días a la semana.

También me ha dado esta nueva etapa más tiempo de calidad para pasarlo al lado de mi pareja y de mis hijos. Para disfrutar de ellos.

–Se marcha de la política con una merecida fama de ‘currante’ y de persona dialogante. Entiendo que esos aspectos, más allá de la política, forman parte de su forma de ser.

–Es un poco como usted dice. Al final son parte de la forma que tengo de entender la vida. Creo que, independientemente de lo que se haga, siempre hay dar lo máximo de uno mismo. Habrá cosas que te salgan bien y otras que no, pero al menos has de saber que has dado no ya el 100% de tu esfuerzo, sino el 120%.

Y eso también se aplica al ámbito de la política local. Ser concejal, y con responsabilidades de gobierno, es una enorme suerte que muy pocas personas tienen, pero también es una gran responsabilidad. Por eso es una etapa que hay que aprovecharla al máximo, porque si no a la larga te arrepientes de aquello que has podido hacer y no has hecho.

Sabes que cuentas con un tiempo limitado para hacer cosas y que en esa terrible cuenta atrás se te escapan los minutos y las horas. Además, la burocracia cada vez es más compleja y los tiempos para cualquier tipo de actuación son cada vez mayores.

–Medio en broma, medio en serio, hay gente que decía que usted llevaba medio Ayuntamiento sobre sus hombros.

–Bueno, habrá gente que lo vea así pero esa no era, ni de lejos, la realidad. Lo que pasaba es que muchas de las áreas y concejalías en las que yo estaba eran muy visibles y con mucho peso en la gestión municipal.

Si es verdad que he tenido la suerte de tocar muchas áreas distintas del Ayuntamiento, bien porque las llevara directamente o bien porque indirectamente estaba implicado, y eso me ha dado una visión muy amplia de la gestión municipal. Una visión muy global que me ha requerido mucho tiempo pero que también me ha ayudado mucho a la hora de solventar problemas.

–Seguro que fue muy reconfortante encontrar en su despedida el afecto de sus compañeros de Corporación, compartiesen o no su color político, ¿cómo fue aquel Pleno?

–La verdad es que fue muy emotivo. Uno tiene la percepción de que, más allá de tus compañeros de gobierno, hay buena relación en general con los representantes de los otros grupos políticos. Y estemos o no de acuerdo en algunas cosas, me han reconocido el trabajo realizado y eso reconforta mucho y te alegra.

También me ha abrumado el reconocimiento de los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento, de las empresas que trabajan para él. Aún estoy asimilando tantas muestras de cariño, y más como persona bastante tímida que soy.

Todo este afecto ha sido un auténtico chute de energía. A todos nos gusta que se nos reconozca el trabajo y estas muestras de afecto me han dejado claro que el sacrificio de todos estos años ha merecido la pena.

–¿Qué experiencias se lleva de esta etapa? ¿Qué alegrías y qué sinsabores?

–Al final, evidentemente, pesa mucho más lo bueno que que lo malo, aunque hay muchos momentos duros, porque cambiar la realidad es muy difícil, tanto en la vida como en la administración. Es relativamente sencillo mantener una continuidad, pero cuando quieres romper y hacer cosas distintas es complicado. Por eso luego cuando consigues los proyectos y retos que te marcas es mucho más satisfactorio.

Lo cierto es que hay muchas cosas en este camino de las que me siento muy orgulloso, entre ellas la municipalización del servicio de ayuda a domicilio, que tanto trabajo tiempo y sacrificio nos ha costado. Este logro significa mejoras en la calidad de servicio, de mejora de las condiciones laborales de la plantilla. Y, además, abre un camino hacia una gestión pública que es bastante más eficiente

También estoy muy satisfecho con la reconversión del Parque de la Historia del Mar en el centro de formación de excelencia de Navantia: el Navantia Training Center. Un equipamiento que aporta un valor añadido tremendo a nuestro a astilleros, que es la gran industria en San Fernando.

Y también me llevo en el recuerdo pequeños casos en lo que se ha podido ayudar a isleños e isleñas de manera individual con sus problemas.

En el lado negativo se encuentran esas ocasiones en las que no se ha podido ayudar a alguien porque hay que ajustarse a un marco normativo y legal que no te puedes saltar por muy injusto que sea. Esa sensación de impotencia cuando un ciudadano o ciudadana te venían con un problema y sabías que no le ibas a poder ayudar es terrible.

Cuando usted comunicó su decisión la propia alcaldesa reconoció que aún quedan muchos proyectos por hacerse realidad que llevan su impronta. ¿Le hubiera gustado ver alguno de esos en primera fila y no desde la barrera?

–Claro. La constitución de la empresa mixta del agua es un proyecto que me hubiera gustado dejar concluido y en el que he estado muy implicado. Y si hablamos de inversiones me vienen a la cabeza el nuevo estadio y el desarrollo de Polvorines de Fadricas, que es un proyecto espectacular de futuro.

–¿Cómo cree que ha cambiado estos años San Fernando gracias a la labor del equipo de gobierno liderado por Patricia Cavada?

–Nosotros siempre insistimos mucho en que estábamos aquí para transformar el modelo de ciudad. Durante muchos años hemos vivido básicamente en una ciudad dormitorio, en la que la actividad vinculada al empleo y al ocio estaba fuera y salíamos por ella. Ahora, por el contrario, la gente viene a San Fernando y la nuestra es una ciudad con actividad económica, en la que se genera mucho empleo y que cuenta con una oferta cultural y de ocio. Todavía queda mucho por hacer pero se ha abierto ese camino.

Algo muy importante es que los ciudadanos y ciudadanas de San Fernando tienen ese sentimiento de una ciudad viva, de una ciudad potente. Hemos dejado atrás ese sentimiento casi de decepción continua que teníamos.

Ahora la gente se enorgullece de cómo está la ciudad. Siempre hablábamos del símbolo del Ayuntamiento, que ha unido mucho a los ciudadanos. Tenemos elementos de los que sentirnos orgullosos. Y, por otro lado, los visitantes reconocen cómo ha cambiado San Fernando.

Rodríguez, en plena Calle Real.
Rodríguez, en plena Calle Real. / Domingo Migueles

–¿Cómo recuerda esa llamada de Fernando López Gil en 2010 con la que empezó su trayectoria política?

–Yo conocía a Fernando con anterioridad y la verdad es que me sorprendió que me buscase para trabajar en su proyecto de ciudad. En aquel momento necesitaba un cambio vital y profesional y me vino este reto como un soplo de aire fresco. Fue todo un aliciente y me volqué en un proyecto muy bonito con personas totalmente implicadas.

A mí nunca se me había pasado por la cabeza que me planteasen ir en la lista, y menos en un puesto de salida. Me sentí muy valorado por la confianza que depositaban en mí. Yo por aquel entonces ni siquiera estaba afiliado al PSOE, concurrí como independiente y me afilié un par de años después, al involucrarme cada vez más y compartir tantas cosas.

–¿Le ha dado tiempo a echar de menos a sus antiguos compañeros de gobierno?

–Se les echa muchísimo de menos, porque además de antiguos compañeros ya son también amigos que se quedan para toda la vida. Pero mantenemos el contacto y todavía me van consultando cositas. Además, yo encantado de ayudar en lo que pueda.

Y también se echa de menos el día a día de la rutina política. La política y el servicio público enganchan mucho en lo positivo. Y el nivel de compromiso es tan alto que es difícil desentenderse de él.

–¿Su adiós a la política es definitivo o esconde un hasta luego?

–La vida da muchas vueltas, pero en principio el planteamiento de futuro que tengo va más vinculado a temas de gestión empresarial que a otra cosa.

–Usted dijo que llevaba tiempo reflexionado su decisión, ¿hubo algún punto de inflexión que le llevara a elegir este momento?

–No lo hubo. Creo que tengo la capacidad de aplazar las decisiones al momento adecuado y así lo abordé con la alcaldesa. Nos pareció que era ahora el momento más adecuado. Las cosas estaban encauzadas, el presupuesto iba a aprobarse en el año y los proyectos estaban encaminados.

–Lo cierto es que sus compañeros han sido siempre respetuosos y comprensivos con su decisión.

–Sí, y se lo tengo que agradecer a todos, especialmente a Patricia. No es fácil irte a mitad de un mandato, claro. Y entiendo, además, que cuando uno conforma un proyecto para un mandato cosas como éstas te cambian los planes. Ella me conoce mucho y sabe que tampoco hago esto porque sí, que son cuestiones que he meditado largo y tendido.

–¿Qué aprendizaje de su etapa en la política se lleva consigo?

–He tenido la oportunidad de conocer de cerca los problemas de muchas personas y eso te hace ser mucho más sensible y ponerte en el lugar del otro. Te hace tener una mayor vocación por lo público de la que tenía en un principio y darte cuenta de lo importante que es ayudar a los demás. Lo bueno que tiene la política es que puedes intentar cambiar la realidad de muchas personas y colectivos.

En una época tan dura como la pandemia aprendimos a valorar las cuestiones realmente importantes. Entonces supimos dar solución a las personas que peor lo estaban pasando ofreciendo ayuda social. Hablamos de personas que nunca habían necesitado una ayuda social, porque tenían su trabajo.

–¿Cómo es trabajar codo con codo con Patricia Cavada?

–Es una persona digna de admiración. A nivel personal somos amigos, pero como política es fantástica. Tiene un compromiso por la palabra dada que es del todo inspirador. En aquellas ocasiones en las que algún proyecto se resistía, ella, en nuestras conversaciones, siempre descartaba olvidarse de él, porque se había dado la palabra al ciudadano y eso era sagrado.

Por otro lado, hay que destacar su capacidad de liderazgo. Es todo un ejemplo. Si ves que ella trabaja todos los días, a todas horas, tú tienes que hacer lo mismo. Con ese liderazgo, ejercido desde el trabajo, y sus valores no te puedes plantear otra cosa. Trabajar con ella tiene eso. Y he aprendido muchísimo también de cómo se puede ejercer ese liderazgo en distintos ámbitos: grupos, equipos de trabajo, el propio gobierno municipal o a pie de calle.

–¿Cómo es el presente de Conrado Rodríguez y qué le espera en el futuro?

–Ahora, a corto plazo, pues la vuelta al trabajo en el que estaba en excedencia. Un trabajo (coordinador técnico en el CADE de Cádiz) que la verdad que es bastante bonito y agradable y en el que he vuelto a reencontrarme con viejos amigos. Además, he podido retomar un poco más de tiempo para mi vida personal, con mi familia, ahora que precisamente los niños son más grandes, y mi pareja. Y también se ha dado la posibilidad de afrontar otros retos en el ámbito profesional vinculados, como le decía, a la esfera de la gestión empresarial, que es lo que me apetece. Eso es un poco lo que espero del futuro.

La verdad es que uno no se acostumbra a tener lo que para mí es mucho tiempo libre. Afortunadamente, tengo bastantes inquietudes y cosas que hacer. Estoy ilusionado y muchísimo más relajado.

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