El comedor de El Pan Nuestro continúa su labor solidaria

Crisis del coronavirus en San Fernando

El Pan Nuestro continúa con el reparto de las raciones diarias de comida, aunque el espacio de comedor está cerrado

La entidad reclama que el Ayuntamiento habilite un espacio para las personas sin hogar

Trabajo en las cocinas del comedor de El Pan Nuestro, con medidas higiénicas. / D.C.

San Fernando/El comedor de El Pan Nuestro está a pleno rendimiento para seguir ofreciendo las raciones diarias de comida tanto a las familias que acuden a recogerla como a las personas con pocos recursos que suelen comer en sus instalaciones. Eso sí, las medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus impiden el uso de la estancia de comedor, por lo que la comida se está entregando en bases estériles. "El Ayuntamiento se tiene que hacer responsable de los que están en la calle y no tienen donde comer", reclama la presidenta de la entidad, Joaquina Luna, que hace de portera en estas circunstancias.

La entrada para la recogida del menú se está haciendo de manera ordenada y de uno en uno, haciendo que los presentes guarden las distancias de seguridad necesarias y precediendo a la desinfección de manos. "Hemos repartido mascarillas también entre los transeúntes", apunta la responsable del comedor, que pide donaciones de este material, además de guantes y cubiertos de plástico. Las medidas adoptadas se han decidido a partir de la información que han ido recibiendo a través de los medios de comunicación.

"Nadie se ha puesto en contacto con nosotros para darnos indicaciones", lamenta Luna sobre la falta de información por parte del Ayuntamiento u otra administración implicada. De hecho, solicitó a la Administración local la presencia de un guardia de seguridad o de la Policía Local para poner orden en los accesos a las instalaciones de Fadricas y esta colaboración no ha llegado hoy. "Ayer hubo dos conatos de histeria", comenta sobre las razones que la llevaron a esta petición.

Manipulación y envasado de la comida que se entrega en el comedor. / D.C.

A pesar de ello, la labor solidaria del comedor de El Pan Nuestro sigue adelante, con en torno a 100 raciones para el reparto. El personal atiende con el material de prevención necesario. Tienen la ayuda de dos voluntarias. "A las personas mayores voluntarias que vienen las hemos mandado a casa, y están una chica joven y otra nueva que ha venido hoy", destaca la presidenta.

Solo están permitiendo la entrada a la sala de la televisión, un máximo de 7 personas, para que estén un rato dado el mal tiempo. "Pero les estamos dando la comida y se la tienen que comer en la calle, sentados en un bordillo o donde sea cuando está lloviendo", se queja Joaquina Luna que insiste en que el Ayuntamiento debe habilitar un sitio donde acoger a estas personas.

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