La despedida soñada de un capitán con mucho carisma

Jesús Bernal, Puli, recibió el cariño de los suyos, fue ovacionado y se despidió como siempre quiso, vestido de azulino

1. Eran las 21.41 horas cuando Jesús Bernal Aparicio, Puli, se despedía definitivamente de la afición azulina saludando a los seguidores que le homenajeaban con una salva de aplausos. 2. El carismático delantero ejerció por última vez como capitán del San Fernando posando tras el sorteo con el trío arbitral y el cancerbero sevillista Palop. 3. Los presidentes Dani Luna, en la imagen, como Del Nido obsequiaron al jugador con varios presentes antes de comenzar el partido. 4. Puli besa el césped del Iberoamericano minutos antes de ser sustituido. /fotos: JORGE BREA.
Jordi Agabo / San Fernando

24 de julio 2012 - 01:00

Fue como lo había soñado. Jesús Bernal Aparicio, Puli, recibió el cariño de la afición azulina, se despidió del fútbol con una tremenda ovación y su equipo le brindó la victoria ante su 'otro' equipo, el Sevilla.

Estaba previsto que jugase once minutos, el mismo número que siempre ha tenido en la espalda, su cifra favorita. Y así fue. Cuando el partido entre el San Fernando y el Sevilla cumplía ese tiempo, David Zamora, por petición del banquillo isleño, lanzaba el cuero a la banda. Era el momento del mayor de los homenajes.

Se abrazó a sus compañeros, los que estuvieron con él el pasado año y los nuevos, que hicieron una piña en el centro del campo y caminó con tranquilidad para ser sustituido.

Antes de llegar a la banda aplaudió y se puso de rodillas para besar el césped de un campo del que se lleva grandes recuerdos. Posiblemente por su mente pasaban las horas de trabajo, los goles anotados con la camiseta azulina, 103 dianas, el tanto ante el Amurrio, ese que marcará la historia, y tantas tardes de alegrías y sufrimientos. Fueron segundos, pero pasaron por su mente innumerables momentos, incluso aquellos malos, los de las respectivas lesiones en la rodilla. Sin esas lesiones, posiblemente, hubiese jugado una temporada más.

Todo el estadio se puso en pie y la ovación fue de las más largas que se recuerdan en los últimos tiempos, marchándose con el típico grito de ¡Puli, Puli! cuando se abrazaba con los componentes del banquillo azulino y con el que fue su compañero y ahora técnico, Pepe Masegosa.

Puli recibió, igualmente, antes del comienzo del encuentro, un bonito homenaje de los dos equipos, tanto del San Fernando como del Sevilla, y fue Del Nido el encargado de entregar una metopa con el escudo del que fuese su equipo, mientras que Dani Luna hizo lo propio con un collage con fotos del delantero azulino en las diversas etapas en las que ha militado en el equipo isleño.

Fue una tarde de emociones y de despedidas y, una vez finalizado el encuentro, el jugador dio una pequeña rueda de prensa donde se despidió de toda la familia azulina, afición, directiva, compañeros y medios de comunicación. En definitiva, todos los que han estado con él durante tantos y tantos años en su devenir como futbolista.

Puli lo dejó claro: "El fútbol lo ha sido todo en mi vida y lo cierto es que ahora me costará aclimatarme como exjugador", señalando que "lo que he tenido la suerte de vivir en esta despedida ha sido tremendamente emotivo y ha habido varias fases donde no he podido evitar el emocionarme de manera significativa", explicaba mientras que alzaba en brazos a su hijo.

Puli ya forma parte de la leyenda de San Fernando y del San Fernando y el domingo, ante el Sevilla, tuvo el mejor homenaje que se puede tener, despedirse a lo grande y ver cómo su equipo, con mayúsculas, lograba la primera victoria de la pretemporada ante la algarabía de los seguidores, de sus seguidores, de los que ahora "seré uno más, estando en la grada animando a mi equipo. Sólo me quedar dar las gracias", dijo.

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