El dinero 'frena' el futuro de la ballena

Los restos del rorcual común que varó en la Bahía el año pasado aún no tienen un futuro claro Está prevista su muestra al público pero no cuenta con fondos económicos

Imagen la de ballena varada en aguas de la Bahía.
Imagen la de ballena varada en aguas de la Bahía.
Dulce G. Escalera San Fernando

03 de noviembre 2013 - 01:00

El ejemplar de rorcual común que apareció en la costa de la Bahía, en término municipal de Cádiz, en enero de 2012 aún no tiene un futuro establecido. Sus restos han sido tratados especialmente para su conservación con el fin de mostrarlos al público y poder así ser utilizados como instrumento pedagógico. Pero este proceso ha sido frenado dado que el Parque Natural de la Bahía de Cádiz se ha quedado sin recursos económicos para seguir adelante. Ahora el esqueleto de este ballenato de 10 metros de longitud descansa en un almacén del Jardín Botánico. "Nuestra intención es colocarlo en exposición en el Centro de Visitantes, en las inmediaciones de la playa de Camposoto", explica Antonio Gómez, director del Parque Natural.

La singularidad de esta ballena es que no se tenía constancia de que este tipo de cetáceos circulaban por la Bahía. De ahí su interés científico. En enero del 2012 fue encontrada cerca de la salina Nuestra Señora de los Dolores en el saco interno de la Bahía. Un ballenato de algo más de un año. Esto fue un problema a la hora de la conservación de los huesos ya que había mucha presencia de tejido cartilaginoso, muy poroso, que de cara a la conservación hace mucho más complicado su tratamiento que el de los huesos de una ballena ya adulta. Este tipo de ballenas puede alcanzar los 30 metros de longitud, lo que la convierte en la segunda más grande del planeta.

La ballena ha tenido un protocolo de seguimiento desde que fue encontrada. Este procedimiento se realizó con un doble objetivo,: por un lado observar las influencias que causaba en el medio ambiente las toneladas de carne en proceso de degradación; y por otro lado se ha registrado las fases del proceso de degradación del cetáceo. Esto se ha llevado a cabo puesto que todo lo que se había conocido hasta el momento de este proceso era pura teoría: normalmente cuando una ballena vara son retiradas y llevadas al vertedero o se entierran.

Ahora y gracias a este seguimiento se ha observado cuáles son los verdaderos síntomas externos de las distintas fases en el proceso de degradación. A través de distintas fichas se fue recogiendo por ejemplo que clase de animales se alimentaban de esta carne, en este caso destacaban los cangrejos. Todo esto ha supuesto grandes avances en el conocimiento de los cetáceos.

Cuando varó hubo demandas sociales para que se utilizara este ejemplar como recurso didáctico, lo que impulsó al Parque Natural a comenzar con este proceso para mantener los restos de la ballena, para su conservación. El primer escollo que se encontraron, y que sirvió finalmente para estos novedosos estudios, fue la dificultad que existía para su retirada, ya que se encontraba en una zona muy somera donde la pleamar no llega al medio metro. El acceso de un barco era imposible y por aire se corría el riesgo que se dañara el medio ambiente colindante que está protegido. Estas condiciones motivaron la decisión de conservar la ballena en la costa hasta su degradación, vigilada en todo momento por un exhaustivo análisis para evitar los daños en el ecosistema y sacar conclusiones nuevas sobre los cetáceos.

Cinco meses en degradación natural antecedieron a un mes de tratamiento natural de los huesos con secado al sol que se realizó en un espacio del Jardín Botánico. Después se sometió a otro procedimiento: la dulcificación de la osamenta con inmersión en agua dulce para quitar las partículas salinas, al que siguió un tratamiento desengrasante, un blanqueamiento y otro tratamiento para fortalecer el hueso. Todo ello fue desarrollado por voluntarios.

Ahora el resultado de estos trabajos se quiere mostrar al público, pero no disponen de recursos económicos. Por eso, se ha pedido una subvención a través del Centro de Visitantes aunque también buscan otras formas de financiación. Si lo consiguen será una buena forma de atención didáctica para los amantes del mar, un núcleo de actividad para voluntarios, y por qué no, un reclamo turístico por ser el único ejemplar expuesto en la provincia.

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