La dura realidad del Patrimonio
Un recorrido por algunos de los elementos del patrimonio arquitectónico de la ciudad pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrenta para su recuperación y su puesta en valor
San fernando/Esta tarde comienzan los XX Encuentros de Historia y Arqueología de San Fernando, una cita en la que se mostrará en dos sesiones teóricas y una práctica tres aspectos básicos en el tratamiento del patrimonio arqueológico, como la investigación, la conservación y restauración y su difusión o gestión, partiendo de ejemplos de actuaciones e iniciativas desarrolladas en el municipio. Precisamente, esta propuesta organizativa de los contenidos del encuentro plantea preguntas acerca de la realidad patrimonial de San Fernando, más allá del campo arqueológico, porque se trata también de los ejemplos históricos y arquitectónicos, que llevan años en la espera de una intervención, para su recuperación o para su aprovechamiento.
Hace unos meses desde el gobierno municipal se advertía de que el deterioro de la finca de la antigua Cruz Roja -que el Ayuntamiento tuvo que expropiar hace un tiempo por la falta de intervención de los dueños- obligaba a realizar trabajos de urgencia para preservar revestimientos y otros elementos de la fachadas. La actuación que necesita para volver a su esplendor de antaño-más siendo cara visible de la calle Real en el inicio de la vía, a pocos metros del futuro Museo Camarón y en pleno eje cultural-, sin embargo, sería de mayor envergadura y por tanto la inversión también. Es la razón de que desde el equipo de gobierno se plantee la revisión del uso que recoge el Plan General para buscar su salida como espacio residencial u hotelero. Desde el principio del mandato se descartó la idea que planteó el anterior gobierno local de convertirla en Archivo Municipal, aunque no se llegó a plasmar en un proyecto y en números concretos.
Es la misma situación en que se encuentra la Casa Lazaga, de la que preocupa su estado de conservación, que ha llevado a Desarrollo Urbano a encargar un proyecto básico para obras urgentes de impermeabilización de cubierta y reparación de fachadas por el agravamiento detectado tras la paralización de una actuación de consolidación anterior que al poco de empezar se mostró insuficiente. Mientras no se concluye todo el proceso administrativo para que se haga efectiva esta intervención, la empresa Toledo Coca se encuentra inmersa, entras cuestiones, en la demolición de un trozo del castillete de la azotea. Ni lo uno ni lo otro suponen evidentemente la gran rehabilitación que el inmueble necesita. Pero, además, a principios de 2018 se cumplirán 17 años desde que el Ayuntamiento adquiriera esta histórica casa palacio sin que se le haya dado una salida o uso. Durante un tiempo se propuso, incluso hubo inversión privada interesada, que albergara un hotel con encanto. El PGOU frenó esa posibilidad por impedir ninguna actividad económica. No fue hasta hace unos años que surgió la idea de que fuera el Museo Camarón, aunque, entre otras razones, el gobierno actual lo descartó por los altos costes. Por eso de nuevo ronda la posibilidad de cambiar los usos en el documento de planificación urbanística. Porque para recuperar la Casa Lazaga la inversión privada resulta imprescindible en estos momentos que la administración local hace frente a la gran obra de la Casa Consistorial.
Tampoco es que la rehabilitación de este inmueble haya tenido un camino tranquilo. Cuando las máquinas y operarios de Vías y Construcciones tomaron el lugar hacía años que estaba cerrado. Precisamente la financiación necesaria bloqueaba la ejecución del proyecto de Francisco Márquez, que ganó un concurso público; y de hecho se estimaron necesarios recortes en las pretensiones de esa idea arquitectónica. En este caso la rehabilitación avanza sin remedio, superando ya el 50%.
El dinero resulta el principal escollo para que la recuperación de estos elementos del patrimonio histórico. Como ejemplo está la segunda fase de la recuperación del Sitio Histórico del Puente Zuazo sin avanzar un ápice en años desde que se culminará el trabajo en el Carenero y algunas baterías defensivas de la zona. No ayuda, en ese sentido, la falta de uso del lugar, incluso de mantenimiento que el conjunto rehabilitado sufre. No hay control en la zona por lo que tiene riesgo de sufrir deterioro y actos vandálicos, que ya se sucedieron hace un año con el levantamiento de losas de la batería de San Pablo (algo que sigue sin arreglarse). Sólo la Fundación Legado de Las Cortes que hace actividades divulgativas acude -con la autorización del Ayuntamiento de Puerto Real, término en el que se ubica esta parte de las estructuras- algunas veces. Que haya actividad constante sería por tanto esencial para su conservación.
En el lado opuesto se encuentra el Castillo de Sancti Petri que ha explotado con una autorización provisional tras su recuperación la empresa Loggia. Francisco Toledo explicará su gestión en estos encuentros de arqueología.
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